El Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) reiniciaron este martes los negociaciones de paz en La Habana, con el objetivo principal de acordar un cese al fuego en las próximas semanas.
La mesa del tercer ciclo de diálogos de paz, esta vez en Cuba luego de las rondas en Venezuela de noviembre y en México de marzo, tuvo lugar tras a semanas de desencuentros por la violencia y a dudas en cuanto a las expectativas de avances en esta nueva fase de las negociaciones.
El cese al fuego es el punto clave de la agenda, debido a las vidas en juego y la capacidad de la cuestión para desatascar otros asuntos de los diálogos. Aunque las dos partes aseguran que aspiran a acordarlo en La Habana, persisten las diferencias en el lenguaje al respecto.
El negociador jefe del ELN, Israel Ramírez, alias “Pablo Beltrán”, aseguró que su equipo tiene “plena disposición y voluntad para llegar al cese al fuego”. En la víspera, junto a medios internacionales y colombianos, explicó que su objetivo era un cese al fuego diseñado con “realismo”, para “que funcione al ciento por ciento, cero errores”: que no sea “elemental”, pero tampoco “pesado y complejo” y por tanto “difícil de cumplir”.
En esa línea, señaló que sería un cese al fuego “preliminar”, porque no se trata de un cese “de fin de conflicto”, y debe ser “totalmente lograble, medible y evaluable”. “Un buen cese va a demostrar una capacidad de la mesa para hacer acuerdos con realismo. Eso es lo que va a gobernar esta idea del cese que vamos a trabajar aquí”, planteó Beltrán.
Por su parte, Otty Patiño, el jefe negociador del Gobierno colombiano, abogó por un cese al fuego “temporal con vocación de darle prolongación y profundidad”, un acuerdo “irreversible”, que permita en octubre unas “elecciones en paz”.
Patiño recalcó que “sin cese al fuego es imposible avanzar las transformaciones y las acciones humanitarias”, también en negociación en estos diálogos de paz y que “sin cese al fuego y sin cese de hostilidades no es posible una transformación y una participación democrática”, para que tenga voz una “inmensa” parte de la población colombiana.
Avanzar rápido
Patiño aseguró que Colombia puede estar “confiada de que vamos a llegar a un cese al fuego, que vamos a avanzar sobre el tema de la participación y que vamos a consolidar lo de acciones y dinámicas humanitarias”. Apostó por avanzar “lo más rápido que se pueda”, pero sin empujar “de forma desmedida” al ELN, el cual necesita “hacer consultas” y “llegar unido a la firma final de los acuerdos”.
Por otro lado, Beltrán señaló que su delegación tiene “mucho margen de maniobra” porque llega tras dos reuniones “muy amplias” de “todos los frentes” del ELN donde se gestó un “consenso interno pleno”.
El representante gubernamental también valoró como una “buena noticia” que se haya incorporado a la delegación del ELN Nicolás Rodríguez Bautista, alias “Gabino”: “Creemos que Gabino, a pesar de que ya no es el comandante del ELN, es un hombre que es un símbolo de la unidad del ELN y por tanto una garantía de que podemos avanzar mucho más rápidamente con él que sin él”.
Menores
Además, Patiño aseguró que su delegación seguirá exigiendo a la guerrilla desvincular a todos los menores de edad de la guerra, luego de la última controversia. “Ellos han reconocido que tienen menores y desde el concepto internacional todo menor reclutado es reclutado violentamente. Ese punto lo abordaremos o lo seguiremos abordando”, afirmó.
Indicó que en la mesa “se les ha exigido (a los representantes del ELN) no sólo que digan la verdad” respecto a esta cuestión, “sino, sobre todo, que desvinculen a los niños de la guerra”, “no solamente porque es delito, sino porque los niños no deben estar en la guerra”.
Sin embargo, Beltrán negó que en las filas de la guerrilla hubiera menores de 16 años o guerrilleros forzados. Indicó que el reglamento interno del ELN “se ciñe al derecho internacional humanitario”, por lo que los ingresos a sus filas son a partir de los 16 años, y que en el ELN está “prohibido” forzar a alguien a entrar o a permanecer en su seno.
“En el ELN se entra voluntario y se sale voluntario, que es lo contrario al concepto de reclutamiento”, subrayó el negociador jefe del ELN. De todos modos, reconoció que la pobreza empuja en ocasiones a miembros de ciertas comunidades a la guerrilla, por la falta de otras opciones. Por ese motivo, apostó por resolver “las causas por las que esos muchachos les queda sólo como opción irse a la guerrilla”.
Al respecto, Patiño agregó que el Estado colombiano “debe comprometerse” a resarcir a esos niños en sus derechos, para evitar casos de vulnerabilidad y desprotección.
LC con información de agencia EFE