El acusado de asesinar de al menos seis disparos al kiosquero Roberto Sabo, durante un asalto cometido ayer en la localidad bonaerense de Ramos Mejía, se negó esta tarde a declarar ante el fiscal de la causa, lloró en la audiencia y rogó “por favor” que no le “pidan prisión perpetua”, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Leandro Daniel Suárez (29), un joven que estuvo casi seis años preso por robo y hurto y recuperó la libertad en agosto de 2020, y a quien ahora le imputaron el “homicidio agravado” del comerciante, delito que, justamente, prevé la pena máxima.
“Por favor, no me pidan la prisión perpetua. Me quiero morir”, fueron las palabras que utilizó el acusado, según una fuente de la investigación, en su indagatoria ante el fiscal Federico Medone, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Homicidios de La Matanza.
Voceros judiciales informaron que Suárez fue imputado del “homicidio agravado criminis causa, por el uso de arma de fuego” de Sabo (45) y también de “robo calificado -dos hechos-, hurto de vehículo, portación ilegal de arma de fuego de uso civil, portación ilegal de arma de guerra”, todo ello agravado por la “participación de un menor de edad”.
Los mismos informantes señalaron que, tras negarse a declarar, el juez de Garantías 5 de La Matanza, Gustavo Banco, ordenó que el acusado siga formalmente detenido por todos esos delitos mientras se resuelve su situación procesal.
A su vez, la jefa de todos los fiscales de La Matanza, la fiscal general Patricia Ochoa, indicó que en la ficha de antecedentes de Suárez figura una condena del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 8 porteño de cinco años y diez meses de prisión por “hurto con escalamiento en grado de tentativa y robo agravado por el uso de arma”, y que salió de la cárcel con “pena cumplida”.
En ese sentido, fuentes policiales informaron a Télam que, por esa causa, Suárez ingresó a una prisión del Servicio Penitenciario Federal (SPF) el 16 de noviembre de 2014 y egresó el 13 de agosto de 2020.
Sin embargo, los investigadores aguardan para las próximas horas la certificación de esos antecedentes.
Los pesquisas también esperan los resultados de la autopsia al cuerpo de Sabo, quien presentaba al menos seis orificios de bala en la zona del cuello y tórax.
Al respecto, la fiscal Ochoa detalló que en poder del acusado se secuestraron una pistola .765 semiautomática con la “numeración suprimida” y un revólver Italo calibre .22, con el que se cree disparó contra el comerciante.
Por su parte, la adolescente de 15 años aprehendida ayer junto a Suárez quedó a disposición del fiscal Pablo Insúa, del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil del mismo Departamento Judicial.
A pedido del fiscal, el juez de garantías del Joven, Gustavo Indovino, dispuso que la chica quede alojada en el Instituto Centro de Admisión y Derivación de Jóvenes de San Martín como medida de seguridad ya que, por su edad, es inimputable y se le aplica un encierro preventivo por cuestiones de peligrosidad.
“Lo de ayer no fue una cuestión policial, la policía los detuvo, un policía forcejeó con el delincuente, pasaba por ahí. Se los detuvo, es decir, que no es una cuestión policial en este caso”, dijo esta mañana en declaraciones a radio La Red, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, quien anoche estuvo en la comisaría de Ramos Mejía en momentos en que vecinos se manifestaban en el lugar en reclamo de justicia.
El funcionario recordó que ni bien se enteró del crimen del comerciante lo primero que pensó fue que el detenido tenía antecedentes: “Y sí, es una persona que estuvo presa de 2014 a 2020, con antecedentes por robo agravado, que sale de la cárcel sin resocialización, sin seguimiento del patronato de liberados, con una menor”.
Para Berni, hay que “leer sus antecedentes como si se leyera la historia clínica” y ver que “es el mismo patrón: totalmente fuera del sistema, sin control, sin educación, sin perspectiva de trabajo. Es un fenómeno extremadamente complejo”.
Sabo fue asesinado ayer por la tarde, durante un asalto en su comercio situado en Avenida de Mayo y Alvarado, en la zona comercial de Ramos Mejía, partido de La Matanza, en el sudoeste del conurbano.
Un testigo alertó a la Policía cuando el asesino salió del local y se fugó con su cómplice en un Ford Focus negro que le robaron a un remisero que los había llevado hasta el lugar.
En medio de la huida, los dos delincuentes chocaron contra un árbol, tras lo cual ingresaron a un supermercado con la intención de simular unas compras y cambiarse la vestimenta para no ser reconocidos.
Luego, ambos huyeron en una moto robada a un repartidor, aunque fueron detenidos por efectivos de la comisaría 2da. de Ramos Mejía en Avenida de Mayo y Rivadavia.
Ayer por la tarde, tras conocerse el crimen del comerciante, un grupo de vecinos se concentró frente a la comisaría de Ramos Mejía para pedir justicia y más seguridad en la zona y la movilización continuó hasta la noche.
Por su parte, Pedro Sabo, padre de Roberto, aseguró que “le arruinaron la vida” a él y a su familia, y pidió que los delincuentes “no salgan más”.
DA