La basquetbolista estadounidense Brittney Griner fue trasladada a Mordovia, a 500 kilómetros al sureste de Moscú, Rusia, donde cumple la condena a nueve años de prisión en la colonia penal IK2 de la aldea de Yavas. La semana pasada, sus abogados habían denunciado que desconocían su paradero después de que la sacaran del centro de detención de Iksha. “Está tratando de mantenerse fuerte”, dijo su representante Lindsay Colas.
Tras el rechazo de la apelación a la condena por tenencia y tráfico de drogas, la estrella de la liga de básquet femenino de Estados Unidos, de 32 años, fue trasladada a la cárcel en la que cumplirá los más de ocho años de pena que le quedan. Allí, comparte el espacio con alrededor de 800 presas comunes. “La visitamos a principios de esta semana. A Brittney le está yendo tan bien como se podría esperar y está tratando de mantenerse fuerte mientras se adapta a un nuevo entorno. Teniendo en cuenta que este es un período muy desafiante para ella, no habrá más comentarios de nuestra parte”, afirmaron los abogados Maria Blagovolina y Alexander Boykov a través de un comunicado.
Según el Centro de Estudios Orientales de Polonia, OSW, existen más de 800 colonias penales en Rusia, la mayoría de ellas construidas durante la Unión Soviética y en las que continúa la lógica del gulag de la época estalinista. La deportista, además es lesbiana y está casada, algo que agrava su situación ya que en Rusia las personas LGBTI son perseguidas.
La representante de Brittney, Lindsay Colas, confirmó que está en buenas condiciones. “A pesar de que está sola y ahora se acerca a su noveno mes en detención separada de sus seres queridos, está tratando de mantenerse fuerte. Queremos expresar nuestro más profundo agradecimiento a la Administración Biden, al Centro Richardson y a todos los que se han acercado para ofrecerle palabras de aliento”, indicó. Tras conocerse el proceso legal contra la jugadora por trasladar un vaporizador con menos un gramo de cannabis en la valija, Estado Unidos calificó la condena de “farsa” judicial y exigió su liberación. “Estamos en contacto constante con las autoridades rusas para liberar a Brittney Griner. De momento no nos hemos puesto de acuerdo, pero no nos rendimos”, dijo el presidente Joe Biden semanas atrás.
A lo largo del proceso judicial, Griner pidió disculpas por haber llevado el vaporizador y explicó que lo utilizaba por los dolores en una rodilla. La joven solía viajar a Rusia para hacer la contratemporada mientras estaba de vacaciones en los Estados Unidos.
Si bien no se trata de la misma unidad, en el año 2013 una de las integrantes de la banda Pussy Riot denunció malos tratos en una cárcel de Mordovia. Nadezhda Tolokonnikova realizó una huelga de hambre y escribió una carta abierta en la que alertó sobre abusos cometidos en su colonia penitenciaria como jornadas laborales extremadamente largas y amenazas. Algo que Amnistía Internacional pidió investigar. En ese momento las autoridades penitenciarias negaron las acusaciones y meses después un informe del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de Rusia sostuvo que no se confirmaron las denuncias.
El ex infante de Marina estadounidense Paul Whelan, es otro de los detenidos en Mordovia, donde cumple 16 años acusado por cargos de espionaje que él niega.
Ahora, la dos veces medalla de oro olímpica y campeona de la WNBA, permanecerá en la colonia penal en la compartirá espacio con otras presas comunes. “Cada minuto que Brittney Griner debe soportar una detención injusta en Rusia es un minuto demasiado largo”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en un comunicado.
“Mientras continuamos trabajando incansablemente para asegurar su liberación, el Presidente ha ordenado a la Administración que convenza a sus captores rusos para que mejoren su trato y las condiciones que puede verse obligada a soportar en una colonia penal”, agregó.
CDB/MG