El juez federal Ariel Lijo le concedió hoy la excarcelación al primer ganador de la versión argentina del reality show Gran Hermano, Marcelo Corazza, quien fue detenido en una causa por corrupción de menores, y dispuso que se lo vigile con una pulsera electrónica, informaron fuentes judiciales.
El magistrado le impuso la prohibición de ausentarse de su domicilio por más de 24 horas sin previa autorización del juzgado, le prohibió la salida del país y le fijó la obligación de presentarse ante el juzgado en los primeros cinco días de cada mes.
Corazza está acusado de integrar una asociación ilícita que se dedicaba al abuso de menores. Además, se comprobó que tuvo otra relación con un menor de 17 años.
En el escrito de 350 páginas sobre el último procesamiento, se explica que Corazza tuvo una relación con un menor de edad y que los chats con la víctima y la posterior Cámara Gesell fueron claves.
“Considero que promovió la corrupción de la víctima, en tanto, a partir de sus propuestas de tinte depravado, dio comienzo a la corrupción de la víctima, que nunca había realizado acciones de ese tipo por dinero y jamás se había vinculado sexualmente con otro hombre”, señaló el juez federal.
Fue el 16 de octubre cuando se dio a conocer el testimonio de la “víctima 5” frente a los especialistas del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a la Persona Damnificada por el Delito de Trata.
En su relato, sostuvo que el productor se contactó con él cuando era adolescente para pedirle fotos íntimas a cambio de dinero: “Yo tenía los perfiles de mis redes sociales como públicos y, entre tantas solicitudes que recibía, me llega la de Marcelo Corazza. Él me ofreció realizar un sorteo conjunto, con ánimo de incorporar nuevos seguidores. Para poder hacer eso, nos intercambiamos los celulares y comenzamos a hablar por WhatsApp”.
Aun así, el joven indicó que, con el paso del tiempo, la situación se había tornado extraña y las conversaciones ya no estaban ligadas a un sorteo: “Luego de algunos intercambios de mensajes, Corazza comenzó a solicitarme que le envíe fotos íntimas, a cambio de dinero. Yo acepté ese intercambio y le enviaba las fotos que me solicitaba. A cambio de eso, él me pagaba entre $5.000 y $6.000 pesos por cada imagen”.
“Toda vez que la víctima tenía 17 años al momento que comenzó a desplegarse la conducta ilícita de parte del imputado, no hay dudas que debe ser admitida como tal. Por otra parte, como se observa, evidentemente, las diferentes propuestas efectuadas por Corazza a la víctima fueron negativas para su normal desarrollo”, continuó. En el expediente también se mostraron los diversos chats del preso con el menor de edad.
MM con información de Agencia Télam y NA