La estampida de contagios de principios de abril, que la semana pasada dio indicio de “ralentizarse”, superó a nivel nacional el pico de casos de la primera ola que se produjo el 16 de octubre y registró 18.304 casos. El 16 de abril se produjo el que, hasta acá, es el pico de la segunda ola: ese máximo anotó 29.472 casos y fue un 61% superior al del 2020.
El martes último, desde los gobiernos de CABA y de provincia de Buenos Aires se coincidió en un planteo: en la tercera semana de abril la curva de contagios bajó su velocidad. Lo dijeron los ministros Daniel Gollán y Fernán Quirós, mientras que el jefe de Gabinete Carlos Bianco le puso números respecto al Gran Buenos Aires: la última semana el incremento de casos fue de 17%, contra 67% que había sido la semana previa.
Lo que se reflejó como un buen indicio es todavía eso: un indicio. Y, aunque confirmándose, no reflejaría ni un amesetamiento de la curva ni, tampoco, un descenso de la cantidad de contagios, sino simplemente que dejaron de crecer a la velocidad que venían creciendo. Nicolás Kreplak, viceministro de Salud bonaerense, lo planteó de otro modo: dijo que al ritmo que se venía, antes de las restricciones, se encaminaban a tener 50 mil casos diarios.
En paralelo, se produce otro fenómeno. En 2020, las curvas de contagios fueron sucesivas: en CABA el pico se produjo a mediados de agosto, en el conurbano a fines de ese mes y parte de septiembre, y en el interior del país en octubre. De hecho, el pico nacional del año pasado, con 18.304 casos, se registró cuando tanto CABA como la provincia de Buenos Aires estaban con sus curvas de casos en baja.
El 16-O, el máximo de la primera ola, en CABA hubo sólo 823 casos, la mitad de lo que había registrado en agosto, y en provincia de Buenos Aires se informaron 5.470, un 22% menos que el pico de fines de agosto que fue de 6.974. En porcentaje, durante el pico de la primera ola, sumados CABA y PBA, expresaron el 34% del total de casos informados. En cambio, en el pico del 16 de abril, CABA y PBA representaron el 55% del total de contagios.
Mancha
Aunque con otra velocidad, la mancha de aceite que se registró en el 2020 vuelve a darse. Según un análisis que hizo Martín Barrionuevo, economista que sigue los datos del Covid-19 desde el inicio de la campaña, de las 24 jurisdicciones, hasta la semana pasada sólo siete habían registrado su pico de contagios en lo que va de la segunda ola. El resto tuvieron los máximos o bien en la primera ola o durante el rebrote del verano.
Las siete que, hasta acá, tuvieron sus picos en la segunda ola fueron Buenos Aires, CABA, Chaco, Entre Ríos, Formosa, La Pampa y San Luis. Tres de ellas -CABA; Entre Ríos y La Pampa- registraron sus máximos el mismo día: el 22 de abril.
En tanto, Misiones, Santa Cruz y Catamarca, registraron sus máximos en enero. Las catorce restantes, lo hicieron entre octubre y noviembre del año pasado. Si las 17 que todavía tienen picos en la primera ola o durante el rebrote siguen la tendencia, aunque pueda haber aplanado la curva en el AMBA, la mancha de aceite aun no llegó a gran parte de las provincias.
Dos ejemplos: Córdoba registró 2480 casos en octubre pasado y esta semana rondó los 1900, y Santa Fe, que tuvo un récord de 2.673 en octubre, está en el orden de los 2000. Mendoza, otra de las provincias con indicadores críticos de ocupación de camas UTI, está muy cerca de los 1.155 del récord del año pasado. La comparación temible con CABA y AMBA es que en ambas provincias, los picos de la segunda ola duplicaron a los de la primera.
Si la mancha de aceite, desde el AMBA hacia las provincias repite los parámetros, en el interior podría registrar índices muy altos.
El otro indicador que marca el análisis de Barrionuevo tiene que ver con la media de los últimos 7 días, que permite evaluar por semana, tendencias pero, además, salir del registro de un solo día. En ese caso, siete de las 24 jurisdicciones están atravesando las semanas de más contagios. Ocurre con CABA, Catamarca, Entre Ríos, Formosa y San Luis. Todas están en los últimos siete días en sus acumulados más altos desde el inicio de la pandemia. En tanto, provincia de Buenos Aires y Mendoza muestran que la media mostró un leve descenso respeto a los máximos.
PI