De todas las letras del alfabeto griego que la pandemia de CoVid-19 vino a recordarle a la humanidad, Delta es la que más se repite por estos días en el mundo y también en la Argentina. Esa variante del virus, según se comprobó científicamente hasta ahora, duplica en contagiosidad a la variante original y a otras, consideradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “de interés”. Delta, por esa posibilidad de propagarse mucho más velozmente, es una de las variantes consideradas “de preocupación” a nivel global.
Este martes, a la mañana, el ministro de Salud de la Provincia, Nicolás Kreplak, confirmó que en ese distrito se detectó el primer caso de transmisión comunitaria de esa variante. Algunas horas más tarde la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, sostuvo que en la Argentina ya se identificaron 202 casos de esa variante originalmente identificada en India y que, de ese total, 180 casos fueron de personas que habían viajado al exterior o tenían nexo con alguien que hubiera viajado. La funcionaria destacó que, hasta este momento, la variante Delta no tiene una “circulación predominante” entre los casos positivos que cada día se confirman en la Argentina.
Ante la consulta de elDiarioAR, el médico infectólogo Eduardo López, integrante del comité de expertos que asesora al Ministerio de Salud de la Nación, explica: “Una persona infectada con la variante original contagiaba a entre tres y cuatro personas, y si se contagió de la variante Delta puede transmitir el virus a entre seis y ocho personas. La Delta tiene una tasa de contagiosidad similar al sarampión la varicela, que están entre las enfermedades más transmisibles”.
Florencia Cahn, también infectóloga y miembro de ese comité, describe a este diario: “La variante Delta tiene un período de incubación más corto que otras. Esa incubación transcurre en entre 4 y 6 días, mientras que en el caso de la variante original esa incubación ronda los 7 días”. ¿Pero cuánto demora en identificarse de qué variante está infectada una persona?
En la Argentina, cada vez que un viajero aterriza en el aeropuerto de Ezeiza debe hacerse un test de antígenos allí mismo: en alrededor de 15 minutos sabe si tiene o no CoVid-19. Las personas cuyo test da positivo tienen que hacer otro estudio, un hisopado de nariz y garganta, y esas muestras son estudiadas en el Instituto Malbrán. Esa institución, que depende directamente del Ministerio de Salud de la Nación y que fue la primera en llevar a cabo los test de PCR en busca de CoVid-19 apenas el virus llegó al país, lleva a cabo la secuenciación genómica de las muestras de laboratorio que recibe desde el aeropuerto.
Según sostienen fuentes del Malbrán, el proceso una vez que las muestras tomadas llegan a esa institución puede demorar, de mínima, entre tres y cuatro días. Es el tiempo que lleva, primero, confirmar el resultado del PCR llevado a cabo en Ezeiza y extraer el ARN de la muestra que va a analizarse, y después, la identificación de la variante de cada muestra a cargo de la Unidad Genómica del instituto.
Más allá de la vigilancia epidemiológica que lleva a cabo el Instituto Malbrán, el Proyecto País impulsado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación también se ocupa de secuenciar muestras de casos positivos de CoVid-19. En rigor, Proyecto País se ocupa del análisis de muestras aleatorias en distintas jurisdicciones de la Argentina, para determinar la circulación de las diferentes variantes del virus. Según fuentes de esa iniciativa oficial, se procesan las muestras una vez que se tiene una cantidad determinada de casos a analizar. Excepto que haya que investigar algo muy puntual de un caso particular, la secuenciación siempre es grupal, no hay secuenciación individual por una cuestión de costos.
En el caso del nodo central del Proyecto País, que busca determinar cómo circulan las variantes en la comunidad -es decir, más allá de cualquier caso vinculado a viajes al exterior-, el proceso de secuenciación se inicia cada lunes con muestras de casos positivos confirmados la semana anterior. Ese proceso termina cada viernes. Así, pueden pasar hasta once días hasta que se confirme a qué variante pertenece el caso estudiado.
“Que la secuenciación corra por detrás a la circulación del virus es un riesgo que corren todos los países. Claro que a medida que se amplía la capacidad de secuenciar ese riesgo se acota. Este es un país con recursos más limitados que casos como Israel o Inglaterra, obviamente, pero que el Proyecto País sea multicéntrico ayuda a que se pueda analizar lo que está pasando en distintas zonas de la Argentina. Esos procesos llevan tiempo, de lo que hay que asegurarse es de tomar las muestras lo suficientemente aleatorias como para que no es escape una variante que ya está circulando”, explica López. Y advierte: “En Argentina todavía no está aumentando el número de casos, se ha bajado de la meseta de los 10.000 positivos por día y la ocupación de camas de terapia intensiva está tranquila. Cuando empiecen a aumentar los positivos en plena tendencia a la baja habrá que aumentar la secuenciación porque allí puede estar la Delta ya circulando de forma más predominante”.
JR