El Día Internacional del Chocolate tiene sus orígenes en el año 1995, cuando se decide homenajear el nacimiento en 1916 del escritor británico Roald Dahl, autor de “Charlie y la Fábrica de Chocolate”.
Por su parte, en Estados Unidos no dudaron en apoyar la iniciativa, ya que ese mismo día pero de 1857 nació Milton Hershey, fundador y dueño de The Hershey Chocolate Company, una de las empresas más grandes del mundo dedicadas a la producción de chocolate.
Sin embargo, hay algunos países que consideran que otra es la fecha correcta para el Día del Chocolate. Para la Academia del Chocolate y la Confitería, con sede en Francia, en realidad se conmemora a la llegada del cacao de América a Europa en 1550. Junto con la Organización Internacional del Cacao, conmemoran al chocolate junto al Día Mundial del Cacao el 7 de julio.
Un poco de historia
El chocolate viene del árbol del cacao, muy habitual en los países tropicales de América: México, Colombia, Costa Rica, Perú y Venezuela. Durante la época precolombina, la semilla de cacao era considerada moneda de cambio porque su sabor y versatilidad eran tan codiciadas que muchos artesanos, cazadores y agricultores vendían sus productos a cambio de ella.
Hace más de 3000 años, los pobladores originarios de la Amazonia fueron quienes descubrieron cómo procesar los granos de cacao. En su momento, los mayas lo cultivaban y los aztecas fueron perfeccionando el proceso que les permitía obtener una bebida aromática.
La Organización Internacional del Cacao sostiene que Cristóbal Colón fue el primer extranjero en beber cacao tal como era preparado por los pueblos americanos cuando, según la organización, llegó a Nicaragua en 1502. Sin embargo, dicen que fue Hernán Cortés quien regresó a España con la receta del xocoatl de los aztecas.
La bebida no fue recibida con entusiasmo al principio, pero se volvió popular recién cuando se le agregó azúcar en las cortes españolas, y se convirtió en un éxito entre la realeza francesa del siglo XVII gracias a María Teresa de Austria, la esposa de Luis XIV, quien la consideraba una bebida afrodisíaca.
Más allá del día en que se celebre, siempre es bueno festejar este alimento, cuyo consumo diario en dosis moderadas puede ser beneficioso para la prevención de patologías y procesos degenerativos e inflamatorios. Además, mejora el flujo sanguíneo, regula la presión arterial y eleva el colesterol bueno en sangre.
LC