Con una sonrisa en el rostro, Celeste Saulo recibió los aplausos de una audiencia toda de pie. Moviendo los brazos de un lado a otro, recibió aún más aplausos.
Fue la primera mujer en ser directora del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de Argentina en 2014, cargo que aún mantiene; fue la primera mujer en ser segunda vicepresidenta de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en 2018; y, un año después, fue la primera mujer en ser primera vicepresidenta del mismo organismo.
El pasado primero de junio, Saulo recibió esta ovación al hacer aún más historia al convertirse en la primera mujer elegida Secretaria General de la OMM, el organismo de Naciones Unidas especializado en la meteorología y la hidrología que, en los últimos años de crisis climática, se ha convertido en una voz cada vez más necesaria y autorizada sobre el estado de la atmósfera y el cambio climático.
Nacida en Argentina y formada en Meteorología y Ciencias de la Atmósfera, Saulo ha realizado importantes investigaciones sobre el sistema monzónico sudamericano, así como sobre cuestiones meteorológicas relacionadas con la producción de energía, la agricultura y los sistemas de alerta temprana. En conversación con Diálogo Chino, profundiza en sus objetivos para la OMM cuando tome posesión del cargo en 2024, los cambios necesarios para un mayor aporte a la acción climática y la relevancia de que haya más mujeres en roles de liderazgo frente al contexto de crisis.
Diálogo Chino: ¿Cómo se siente luego de la elección en la OMM?
Celeste Saulo: Sumamente honrada, halagada, agradecida y, obviamente, con una enorme responsabilidad. Fue un enorme impacto. Había trabajado para eso, pero no dejó de ser algo que me terminó sorprendiendo. La parte uno fue haber sido elegida. Luego viene la más importante: trabajar e implementar lo que uno se propuso. El desafío es enorme, pero estoy muy contenta y orgullosa.
¿Por qué cree que se tardó tanto en que una mujer llegara a liderar la OMM?
La realidad es que hay muchas menos oportunidades para las mujeres porque, indirectamente, para ser conocida o conocido en la OMM se tiene que ser directora o director de su servicio meteorológico [nacional]. Entonces, depende de que los países tengan la voluntad de elegir mujeres para que haya más mujeres en el escenario de la OMM. Durante esta campaña, me fui cruzando con mujeres que eran elegidas directoras de servicios meteorológicos por primera vez en la historia de esos servicios. Me encontré con lugares muy diversos del planeta donde me decían “yo soy la primera mujer” y eso me resultó fabuloso.
¿Cuáles serán sus objetivos prioritarios al mando de la Organización?
En primer lugar, implementar la agenda que votaron los miembros en el reciente congreso de la OMM. Entre sus prioridades se incluye la implementación del programa de alerta temprana para todas las personas que, si bien se lanzó hace un año, todavía tiene un enorme recorrido por hacer. Además, se señaló fortalecer las redes de obtención de información meteorológica en los países, para lo cual hay que buscar recursos extrapresupuestarios. Lo otro es ampliar los alcances de las redes de observación al monitoreo de gases de efecto invernadero y al de la criósfera.
¿Y qué le aportaría a esa agenda ya votada?
Si le agrego una característica personal, sería el trabajo cuerpo a cuerpo con los miembros. Un sistema de alerta temprana no es una cuestión meramente técnica que uno pone a funcionar como si nada. La dependencia cultural, el tipo de percepción del riesgo, las vulnerabilidades son tan variadas en el planeta que sería ingenuo y muy poco profesional de mi parte no entender que eso requiere de trabajo en territorio, requiere de trabajo con cada miembro. No es lo mismo una alerta temprana para una población en Jujuy [en el norte de Argentina] que para una población en Patagonia, no es lo mismo para una población urbana que para una rural. Ahí hay que poner un esfuerzo grande que, a mi juicio, hoy no está del todo bien desarrollado entre la OMM y otras agencias de Naciones Unidas.
Al respecto, ¿qué oportunidades y desafíos ve para poder cumplir con la meta pedida por el secretario general de ONU, António Guterres, para que todos los habitantes del planeta estén protegidos por los sistemas de alerta temprana para fines de 2027?
Como enorme oportunidad está el llamamiento de alguien con alto nivel de impacto discursivo que le está diciendo al mundo que las alertas tempranas son importantes como herramientas de adaptación al cambio climático. Los países tienen que entender que esto se traduce en fortalecer sus servicios meteorológicos e hidrológicos. Este link no siempre está hecho y esa es la parte que le toca a la OMM. Ahí veo una oportunidad de trabajar para fortalecer los servicios meteorológicos e hidrológicos no porque deban ser fortalecidos per sé sino porque tienen un rol preponderante en la adaptación de los países, poblaciones y esquemas productivos al cambio climático. Esta retroalimentación positiva es una enorme oportunidad, pero, al mismo tiempo, un enorme desafío porque sabemos que el nivel de desarrollo de los servicios meteorológicos es completamente desparejo. La OMM tiene el desafío de tratar de achicar las brechas entre los servicios más y menos desarrollados.
¿Cómo ve a la región latinoamericana en su respuesta a impactos cada vez más intensos del cambio climático?
En promedio como región la veo bien, por supuesto con una enorme posibilidad de mejora. Separaría a los estados insulares que tienen una problemática que los diferencia. Tenemos una ventaja/fortaleza que pocas regiones poseen: hablamos el mismo idioma o casi el mismo idioma. Esa es una fortaleza, a mi juicio, sub-aprovechada.
La OMM se creó hace 73 años, la primera conferencia climática fue en 1995 y aquí estamos. ¿Cómo ve hoy la acción climática? ¿En qué avanzamos y por qué no hemos logrado avanzar lo suficiente?
La ciencia y la tecnología avanzaron muchísimo. Creo que, cuando hay decisiones que son delicadas para las economías y los intereses económicos, ahí es donde la cuestión se complejiza mucho. Lamento que, como científicos y científicas, no hayamos logrado convencer a los tomadores de decisión lo urgente que es que tomen las acciones pertinentes. Ahí hablo de Estados, pero también es forzoso hablar de empresas globales que, en dimensión, son más grandes que los Estados. ¿Qué responsabilidad le estamos exigiendo a esos jugadores? No me queda del todo claro. Lo que está claro es que es insuficiente. Ahí es donde estamos fallando y me preocupa. Por un lado, está la ciencia y la tecnología con su avance e intención de mejorar y hacer lo que hay que hacer. Por otro lado, están los tomadores de decisión que, mediados por los intereses económicos, no terminan de bajar a tierra las acciones contundentes para que los cambios se produzcan.
¿Cómo la OMM podría aportar mejor, más o diferente a la acción climática?
Tengo expectativas de poder trabajar mejor en lo que es la coordinación con otras agencias de Naciones Unidas para llevar una voz lo más pregnante posible. Así como en Argentina traté de sacar al Servicio Meteorológico del espacio limitado que tenía y llevarlo a hablar con ministerios y agencias, creo que hay que hacer lo mismo con OMM porque está un poquito chiquita para lo que es la importancia de la materia que trata. Ello sabiendo que hay complementariedad. No es que hay que tomar la agenda de otras agencias sino que hay que poder trabajar mejor colaborativamente. Lo otro es incorporar a más actores âcomo compañías y organizaciones no gubernamentalesâ. La cuestión es sumar, no de forma desorganizada sino con un propósito que es conducir la acción climática. Hoy hay iniciativas, pero no están coordinadas.
¿Por qué cree que es necesario que haya más mujeres en puestos de liderazgo en el contexto de crisis climática?
Porque aportamos otra mirada. Cualquier crisis obliga a atenderla entendiendo que hay diversidades. Si se la atiende desde un formato patriarcal, se va a atender sólo una parte de esas necesidades. Si se amplía la perspectiva incluyendo la perspectiva de género, la preocupación por los niños, las personas de mayor edad y las personas con discapacidad, se va a tener una reacción ante la crisis climática mucho más abarcativa que es capaz de incorporar a ellos que existen, no sólo hombres. Si no podemos pensarlo así, no va a funcionar. Las mujeres, al menos yo creo, tenemos una mirada más amplia capaz de captar esas diversidades.
¿Qué mensaje le daría a niñas, adolescentes y mujeres que hoy pueden encontrar en usted una referencia inspiradora?
Hagan caso a su instinto, pasión y gusto, y síganlo. Nunca lo hagan en soledad. Son importantes las redes de cualquier tipo: familiares, amigos, institucionales. Si eligen formar familia, no se asusten. Lo importante es poder elegir. En mi caso, por varios años mi familia estuvo muy por delante de lo que era mi carrera, pero no abandoné mi desarrollo profesional, seguí. Entré en una especie de meseta en la que me mantuve. Luego volví a retomar con más energía.
Este artículo fue publicado originalmente en Diálogo Chino https://dialogochino.net/es/