Contaminación Informe especial

Desde las cumbres más altas hasta el fondo de los mares: la contaminación por plásticos es uno de los problemas medioambientales más graves que enfrenta la humanidad

En diciembre del año pasado un pescador artesanal rescató a una tortuga marina, de unos 35 centímetros de largo, que había quedado atrapada entre sus redes en la costa atlántica bonaerense. El animal, de la familia de los reptiles, fue ingresado a la Fundación Mundo Marino, en la ciudad balnearia de San Clemente del Tuyú, donde mientras se recuperaba  expulsó más de 10 tipos diferentes de plásticos, entre ellos fragmentos de tapas plásticas, manguera, redes, telgopor, sachets, nylon, precintos plásticos y celofán. 

Según Naciones Unidas (ONU, cada minuto se arroja a los océanos el equivalente a un camión colmado de basura plástica, lo que significaría una cifra anual de entre 4,8 y 12.8 millones de toneladas de este tipo de residuos. A ese ritmo, en 2050 habrá más plástico que peces en las aguas del mundo, donde la contaminación de este tipo ocasiona cada año la muerte de 100.000 especies marinas. Para la ONU la contaminación por plásticos es uno de los problemas medioambientales más graves a los que se enfrenta la humanidad, tanto que detalló que no hay lugar en la Tierra donde no hayan llegado los desechos plásticos: desde las cumbres más altas hasta las profundidades de los océanos.

Según Naciones Unidas (ONU, cada minuto se arroja a los océanos el equivalente a un camión colmado de basura plástica, lo que significaría una cifra anual de entre 4,8 y 12.8 millones de toneladas de este tipo de residuos

Ante ese panorama el 2 de marzo último representantes de 175 países, entre ellos jefes de Estado y ministros de Ambiente, firmaron una histórica resolución que busca terminar con la contaminación de plásticos mediante un acuerdo internacional jurídicamente vinculante que debería estar rubricado a finales de 2024. La decisión fue adoptada en la Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente, celebrada en Nairobi, y procura abordar el ciclo de vida completo del plástico: su producción, diseño y eliminación. Según estimaciones internacionales, la contaminación por plásticos pasó de dos millones de toneladas en 1950 a 348 millones en 2017.

La exposición a los plásticos perjudica a la salud humana en distintos aspectos: afecta a la fertilidad, la actividad hormonal, metabólica y neurológica. “Normalmente se ingieren por medio de productos de mar, bebidas e, incluso, sal común. Pueden atravesar tejidos y se inhalan cuando se suspenden en el aire”, destacó a elDiarioAR Andrés Arias, investigador del Conicet en el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO; CONICET-UNS) y uno de los integrantes del equipo de científicos que elaboró el reporte “De la contaminación a la solución” para el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés).

Arias detalló que “existen micropartículas y nanopartículas omnipresentes en los sistemas de producción de elementos que usamos diariamente, como ser vestimentas, objetos vinculados a la industria automotriz y a la construcción, que son transportadas muy fácilmente por el aire. Por eso los científicos dicen que es probable que estemos respirando una cifra no determinada de partículas de plásticos por semana que entran a los organismos, tanto que se han encontrado circulando en los vasos sanguíneos y en la placenta humana”, explicó el investigador del Conicet.

Al respecto, la Food Packaging Forum, una fundación internacional sin fines de lucro con sede en Suiza y que proporciona información sobre productos químicos en todos los materiales de envasado de alimentos y sus impactos en la salud, detalló que los vasos de café forrados de plástico desechables liberan más de 1.000 millones de nanopartículas por litro de agua caliente. También los saquitos plásticos de té liberan más de 14.000 millones de partículas por bolsa durante la preparación.

El impacto de la contaminación por plásticos en el cambio climático

La reducción de plásticos a nivel global permitirá también disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y sus consecuencias en el cambio climático. “A priori parece difícil relacionar un producto plástico, como puede ser un envase, con el cambio climático, que tiene que ver con la acumulación excesiva de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Sin embargo, se espera que para 2040 el 20% de este tipo de gases sean provocados por la producción de plásticos a nivel mundial”, explicó Arias.

El científico mencionó la necesidad de “articular con todos los actores de la sociedad y que todos los Estados tomen medidas urgentes de carácter armónico” para avanzar hacia puesta en vigencia de legislaciones e instrumentos de gobernanza global en torno a disminuir la tasa de producción actual, que está en torno a los 400 millones de toneladas anuales y en aumento, rediseñarla bajo conceptos de sostenibilidad y estándares de alta degradabilidad en el ambiente, y aumentar la circularidad en todos los eslabones de la cadena del plástico. “Son necesarios acuerdos globales porque hablamos de mercados y productores que están en múltiples continentes y países. No se puede regular desde un solo país, provincia o municipio”, advirtió.

El Congreso Nacional tiene en estudio un proyecto de ley de Presupuestos Mínimos de Gestión Ambiental de Envases y Promoción del Reciclaje Inclusivo, que establece el principio de responsabilidad extendida del productor. La iniciativa es impulsada por el Ministerio de Ambiente y espera ser analizada nuevamente por las comisiones de Ambiente y Presupuesto de la Cámara de Diputados tras no haber sido tratada en el recinto antes de finalizar las sesiones ordinarias de 2021.

El texto del proyecto hace responsables a los fabricantes del impacto ambiental que generan sus productos en la etapa posterior al consumo. Una información publicada semanas atrás en la agencia de noticias Télam destacó que en la Argentina existen cerca de 5.000 basurales a cielo abierto y sitios de disposición final irregulares que se convierten en fuente de trabajo de una gran cantidad de recuperadores informales. Según la Cámara de la Industria de Reciclados Plásticos, en el país se reciclan cerca de 258.000 toneladas anuales de ese material y se estima que la capacidad instalada recicladora de plástico aún presenta un 60% de ociosidad.

En la Argentina rige la Ley de Microplásticos Nº 27.602, que fue sancionada en 2020 y convirtió al país en el primero de Latinoamérica que prohíbe la producción e importación de productos cosméticos y de higiene que contienen micro partículas añadidas, como ser pastas dentales o cremas de limpieza facial.

Argentina, según Arias, tiene en la materia una legislación que sigue a varias de las normas más de avanzada dictadas en Europa, Asia y Norteamérica para reducir la contaminación con plásticos. En varias provincias, por ejemplo, rigen leyes que propician la reducción de elementos de un solo uso, desarrollados a partir de materiales que no son reutilizables y cuya reciclabilidad es baja por cuestiones técnicas y económicas. Entre esos elementos se encuentran botellas, vasos, sorbetes, vajilla, utensilios,hisopos, cotonetes y bolsas. “Puede parecer un pequeño gesto, pero es notable a la escala de kilos por día que suman estos plásticos de un solo uso”, destacó Arias. Además de legislaciones adecuadas, resulta clave que los sistemas de gestión y la deposición de este tipo de residuos funcionen correctamente. “Cuando hablamos de residuos que se encuentran fuera de su circuito de gestión, más del 80% de lo censado en la Argentina corresponde a productos plásticos”, mencionó Arias. La Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) difundió en marzo último que cerca del 50% de la basura extraída del cauce principal del río, justamente, fueron plásticos.

GT