El Tribunal que tenía a cargo el juicio contra Cristian “Pity” Álvarez por el homicidio en julio del 2018 de un vecino del barrio Samoré, ratificó este martes la suspensión del debate, ordenó el cese de su arresto domiciliario y que se le quite la tobillera electrónica que le habían colocado para monitorearlo. Además, dispuso la Justicia Civil lo supervise en su tratamiento de rehabilitación por el consumo de sustancias, hasta que esté en condiciones psíquicas.
En un fallo de 31 páginas los jueces Juan Martín Ramos Padilla, Gustavo Goerner y Hugo Navarro del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 29 porteño, resolvieron como primer punto rechazar el pedido de sobreseimiento de Álvarez, requerido por el José Marino. El defensor oficial consideraba que “Pity” debe ser declarado inimputable debido a su estado de salud y sus padecimientos psicológicos y psiquiátricos por el consumo de sustancias.
“Teniendo en cuenta los informes médicos y demás constancias obrantes en autos, sin perjuicio de las afecciones que presenta Cristian Gabriel Álvarez Congiu -trastorno cognitivo mayor, trastorno depresivo, trastorno adictivo de consumo de sustancias crónico y diversos factores de riesgo-, ello no permite aseverar que, en la actualidad, el nombrado resulte inimputable”, indicó Goerner en sus argumentos, al que adhirieron sus pares.
No obstante, en la resolución, los magistrados sí hicieron lugar a la suspensión del debate oral por el crimen en Villa Lugano de Cristian Maximiliano Díaz (36), al considerar que el exlíder de “Viejas Locas” e “Intoxicados” no está en condiciones psíquicas de afrontar un debate oral.
Por ese motivo, se ordenaron informes trimestrales para conocer la evolución en la salud de Álvarez y establecer si, en algún momento, podrá ser juzgado por el delito de “homicidio simple”, el cual prevé una pena de 8 a 25 años de prisión.
Por otra parte, los jueces ordenaron el cese del arresto domiciliario del músico y que se le retire su tobillera electrónica, que fue provista para controlar su atención médica en el tratamiento por sus adicciones en una clínica, desde donde se informó que “no presenta adherencia y no participa en los tratamientos”.
Un informe del Cuerpo Médico Forense aportado por la defensa del artista concluyó que “las facultades mentales de Álvarez Congiu no encuadran dentro de los parámetros considerados como normales desde la perspectiva médico legal, ya que presenta un cuadro de deterioro psicoorgánico, compatible de acuerdo a la evaluación psiquiátrica con Trastorno Cognitivo Mayor, que le impide la autonomía adecuada para desenvolverse en la vida diaria, y un Trastorno Depresivo, con intensa anhedonia (incapacidad para sentir placer) y apatía, por lo que en la actualidad no estaría en condiciones de estar en proceso debido a su deterioro psicoorgánico, que le dificultaría su adecuada defensa en el proceso”.
“Al respecto, debe recordarse que el psiquiatra del Cuerpo Médico Forense expuso que si bien el daño psiconeurobiológico que presenta Álvarez Congiu resultaría mayormente irreversible, no puede descartarse una mejoría que podría producirse en caso de recibir un tratamiento adecuado, luego de lo cual podría volver a ser evaluado”, sostuvieron los jueces en su mencionado fallo.
Fue por ello que el tribunal dispuso la intervención del Juzgado Nacional en lo Civil 4 “ante la posibilidad de que, eventualmente, sea necesario disponer su internación involuntaria en un dispositivo adecuado para afrontar su cuadro de salud mental”.
Luego de conocer la decisión judicial, Jacqueline Guazzardi, hija del hombre cuyo crimen se le atribuye a Álvarez Congiu, se mostró molesta y se preguntó: “¿Cómo es posible que si estando con sus adicciones mató a una persona, hoy, cinco años después, luego de estar en rehabilitación, esté peor?”. “Con sus adicciones, mató a una persona, y no solo la mató, sino que la remató en el piso, escondió el arma, se fue a bailar, estuvo prófugo, le mandó un audio a la madre y también está la grabación de cuando fue a la comisaría y dijo que era él que disparó”, declaró.
Guazzardi afirmó que el músico “en todo momento demostró que estaba consciente de lo que hizo”, por lo que no entiende por qué “luego de estar en rehabilitación no está en condiciones de entender lo que sucede”.
En una entrevista a Télam, el único testigo del homicidio, quien prefirió no revelar su identidad, afirmó sobre Álvarez: “Siempre estaba drogado y enfierrado; era una bomba de tiempo que iba a explotar en cualquier momento y explotó ahí. Espero que pague por lo que hizo”.
LC con información de agencia Télam