En una de sus últimas entrevistas públicas antes de morir, el papa Francisco alzó la voz contra los recortes en educación y reivindicó el modelo argentino de escuela pública, gratuita y de calidad. Sin mencionarlo, sus palabras fueron una crítica directa a la política educativa del presidente Javier Milei, que en su primer año de gestión eliminó el Fondo de Incentivo Docente (Fonid), recortó el presupuesto universitario y desfinanció al sistema de ciencia y técnica.
“Hacer ajuste en la educación es el suicidio programado de un país. Es criminal. Y me alegra ver que tanta gente, incluso los jóvenes, se opone”, sentenció Francisco en una entrevista concedida a la periodista Bernarda Llorente el 20 de diciembre de 2024, desde el Vaticano.
Las declaraciones fueron emitidas por el canal Orbe 21, y rápidamente se interpretaron como un respaldo a las marchas federales y protestas masivas que, durante todo el año pasado, se multiplicaron contra el desfinanciamiento del sistema educativo público.
“La educación es un alimento: de la mente, del alma, del espíritu”, dijo el pontífice. Y alertó sobre los modelos políticos que deterioran intencionalmente el acceso a la formación: “En los países dictatoriales o en los liberales extremos, la educación se poda lentamente. Y sólo los hijos de los ricos pueden acceder a la universidad”.
Francisco habló también desde la experiencia personal. En otra entrevista, con Jorge Fontevecchia, recordó que toda su formación fue en instituciones públicas. “Me educó el pueblo argentino, con su riqueza y su contradicción. Estudié en la escuela pública de la calle Varela y me gradué como técnico químico en una secundaria pública. También cursé en la universidad pública antes de entrar al seminario”, rememoró el pontífice. “Toda mi educación se la debo a la escuela pública argentina”.
En su diálogo con Llorente, el Papa insistió: “Nuestro pueblo siempre tuvo la percepción de que la educación no se toca. La escuela era como un segundo hogar”. Y agregó: “Argentina tiene buena fama internacional por sus profesionales. Esperemos que la universidad siga con este prestigio”.
La entrevista tuvo lugar pocos días después del Sínodo de los Obispos —uno de los hitos de su papado— y a pocas semanas del Jubileo 2025, celebración mundial con eje en el perdón, el diálogo y la esperanza. En ese contexto, el Papa reflexionó sobre las desigualdades, el negacionismo, el cambio climático, las guerras y los nuevos autoritarismos, pero fue especialmente enfático en la defensa de la educación como pilar de la democracia y la justicia social.
Sin necesidad de nombrarlo, Francisco dejó en claro su desacuerdo con las prioridades del actual Gobierno argentino. En su despedida pública, su voz resonó como un legado y una advertencia: un país que desfinancia la educación está hipotecando su futuro.
La educación, una causa de vida
Bergoglio hizo de la educación una causa de vida. Scholas Occurrentes es una organización internacional de Derecho Pontificio fundada por el ahora fallecido pontífice, en 2013, año en que ascendió a jefe de la Iglesia Católica, con el objetivo de promover una “cultura del encuentro” a través de la educación, el arte y el deporte.
Su origen se remonta a 2001 en Buenos Aires, cuando el entonces arzobispo impulsó los programas “Escuela de Vecinos” y “Escuelas Hermanas”, integrando estudiantes de escuelas públicas y privadas, de todas las religiones, con el fin de educar a los jóvenes en el compromiso por el bien común.
Desde su creación, Scholas ha crecido hasta convertirse en una red global que conecta a más de 400.000 instituciones educativas en 190 países, alcanzando a más de un millón de niños y jóvenes en todo el mundo. La organización trabaja en colaboración con escuelas y comunidades educativas, buscando reunir a jóvenes de diferentes orígenes y religiones para fomentar el sentido de comunidad y la ciudadanía activa.
JJD