Diseño

Fiat mostró el nuevo Panda eléctrico y ya tiene un pulgar para arriba por el lado del diseño

Renato Tarditti

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Tal vez no sea tan conocido por estos pagos –porque nunca se llegó a comercializar masivamente en Argentina–, pero el Panda es un ícono para los que seguimos el mundo de los autos. Su primera versión fue lanzada en Italia en 1980, y está considerado como una de las obras maestras del gran diseñador Giorgetto Giugiaro, porque es el más perfecto ejemplo de un auto muy económico que podía combinar una máxima funcionalidad con una apariencia encantadora por su carácter y originalidad. Desde ese original hubo otras dos generaciones (en 2003 y 2012), que supieron mantener su popularidad, aunque resignando algo de esa singularidad inicial.

Luego de estos 12 años desde su última renovación, la nueva generación era esperada con mucha expectativa, por varias razones. Primero, porque es el auto más vendido de Italia y prácticamente vino “sosteniendo” las ventas de Fiat en la península en las últimas décadas. Segundo, porque esta nueva versión ya tendría una variante eléctrica, con la misión de acercar las propulsiones “limpias” a los usuarios de autos chicos y accesibles. Y tercero, porque ya venía siendo anticipado desde hace al menos 5 años, con distintos concept cars y hasta filtraciones de registros de patentes. Además, ya se sabía que iba a compartir plataforma y muchos elementos con dos modelos de Citroën y Opel –ë-C3 y Frontera, respectivamente– ya que esas dos marcas pertenecen con Fiat al megagrupo Stellantis.

Pues bien, incluso un poco antes lo previsto, Fiat develó las primeras imágenes del nuevo Panda, por ahora llamado “Grande Panda”, ya que esta nueva generación va a convivir hasta 2027 con la anterior, y tiene un tamaño mayor y jugará en un segmento distinto: el “B” de familiares compactos, en lugar del “A” de citycars.

Pero más allá del posicionamiento comercial, lo importante es que su diseño no decepcionó. Sería muy exagerado decir que está  a la altura del original de Giugiaro, pero en principio logró algo que venía generando dudas: diferenciarse de su “primos” de Citroën y Opel; porque lo peor que le podría pasar a un Panda es ser confundido con otros modelos. En ese sentido, juegan mucho las líneas y ángulos más rectos, que no solo conectan visualmente con el modelo de 1980 (las dos generaciones siguientes fueron mucho más redondeadas), sino que le dan al auto una actitud confiada y asertiva. A esto también contribuye la “postura SUV”, ya que tiene buen despeje, una posición de manejo un poco más alta y los ya clásicos apliques negros en los pasarruedas que le dan una estética “aventurera”. Por eso también recuerda al legendario Panda 4x4, aunque por ahora todas las variantes propuestas serán de tracción simple.

El otro gran acierto del Centro Stile Fiat está en los detalles, especialmente en el tema del “pixelado” que se aplica en las ópticas y en otros elementos gráficos (como la parrilla), muy en la onda “retro gamer ochentosa”, que está tan de moda por estos días. Otro detalle distintivo es el estampado del nombre “Panda” en el lateral, algo un poco controversial desde el punto de vista estético, pero sin dudas original y provocativo. Es que el Panda tiene que ser así, simpático y un poco desafiante, como un gran guiño rodante que propone un uso muy intensivo, pero a la vez divertido. 

Electrificación, precio y Argentina

Por el lado motriz, el nuevo Grande Panda confirmó las expectativas de su electrificación, ya que ofrecerá las mismas opciones que el Citroën ë-C3: una versión puramente eléctrica con 113 CV y un motor naftero con hibridación ligera de 136 CV. Tal vez luego se sume otra opción naftera de 100 CV que porta el C3. 

El precio será clave en éxito de este nuevo producto de Fiat, y se descuenta estará entre los autos chicos más accesibles del mercado europeo. Se estiman unos 15.000 euros como punto de partida para las versiones convencionales y las eléctricas arrancando en los 23.000 €, que se reducirían a unos 17.000 con los subsidios estatales.

Aún no hay información oficial acerca de si el nuevo Panda llegaría a la Argentina, pero en el terreno especulativo se presentan tres opciones: 1. Que llegue importado de Europa para posicionarse como un producto aspiracional a un precio bastante alto (especialmente la versión eléctrica); 2. Que de lugar a un desarrollo regional, fabricado en Brasil, con varias modificaciones (algo similar a lo que ocurrió con el Citroën C3 local) y tal vez hasta otro nombre (¿“Nuevo Uno”?); 3. Una combinación de las dos primeras.

RT