El 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos y la Democracia, se cumple también un año de un gobierno que afectó gravemente ambos. Asumió con promesas de libertad y ajuste a la casta pero muy pronto quedó claro que las medidas regresivas que se implementaron afectaron gravemente a mujeres, niñas, adolescentes y personas LGBTIQ+. Más aún, fue un gobierno que construyó parte de su identidad política marcando a las mujeres como sus enemigas.
En este primer año de gestión hubo una precarización económica generalizada; se desmantelaron políticas públicas clave para prevenir la violencia de género y garantizar derechos sexuales y reproductivos; y se consolidó un discurso oficial que legitima la violencia estructural contra mujeres, niñas, adolescentes y LGBTIQ+. Este balance no sólo da cuenta de una crisis social y económica, sino también un ataque deliberado a los pilares que sostienen la igualdad y los derechos humanos. ¿Por qué tanta crueldad? ¿Qué Argentina quieren construir para nosotras? ¿Qué Argentina quieren los entusiastas de Milei para sí mismos, para sus familias?
¿Nosotras éramos la casta?
En este año, las políticas económicas han agravado las desigualdades de género. La devaluación del 100% de la moneda, la caída del PBI en un 3,4% en 6 meses y el ajuste fiscal han impactado más sobre las condiciones de vida de mujeres, niñas, adolescentes y personas LGBTIQ+, sectores que ya enfrentaban tasas más altas de pobreza y precarización laboral.
Las estadísticas de este primer año son contundentes. La pobreza alcanzó al 52,9% de la población -11 puntos porcentuales más que en el segundo semestre de 2023- y, de esa población, 6 de cada 10 son mujeres. El desempleo en general pasó del 6,2% al 7,6% -del segundo trimestre del 2023 al segundo trimestre de 2024-, pero las mujeres y los hogares encabezados por ellas se llevaron la peor parte. El desempleo en las mujeres llegó a 8,4%, mientras que en los varones fue de 7%. El 13 de agosto, UNICEF publicó un informe afirmando que 1 millón de niños y niñas en Argentina se van a dormir sin comer y que 1,5 millones se saltean alguna comida porque sus padres y/o madres no pueden comprarla. Más que números, son historias concretas de quienes sufren las consecuencias de estas políticas.
A esto se suma el recorte a jubilaciones y el anuncio de eliminación de las moratorias. El 22 de agosto, el Senado había aprobado una modificación de la movilidad jubilatoria que mejoraba levemente los ingresos pero Milei la vetó: 63% de los jubilados son mujeres. El 18 de octubre, el Gobierno anunció que no habrá prórroga de la moratoria previsional que vence en marzo del 2025: el 73,5% de las personas que acceden a una jubilación gracias a la moratoria son mujeres.
¿Cuál es la solución que propone el Gobierno? Comer asados con quienes frenaron la recomposición en el Congreso y gobernar a puro bait tuitero.
¿La violencia de género no existe?
En 2023 en Argentina hubo 250 femicidios y, a noviembre de 2024, ya hubo aproximadamente 243: son muertes violentas de mujeres por razones de género, la mayoría de ellas en manos de una pareja actual o pasada. Mientras tanto, el Presidente y sus funcionarios afirmaron reiteradas veces que la violencia de género no existe.
La degradación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad en diciembre 2023 y la disolución definitiva de la Subsecretaría de Protección contra la violencia de Género (que se suponía continuaría su trabajo) el 18 de julio del 2024 son el símbolo más evidente del retroceso. Programas claves para prevenir la violencia han sido reducidos a su mínima expresión, con recortes presupuestarios que los dejan prácticamente inoperantes.
Respecto a la Línea 144 de atención telefónica, contención y asesoramiento a personas en situación de violencia de género, entre el 1° y el 2° trimestre de 2024, se registró una reducción del 11% en la cantidad de comunicaciones, 4% en la asistencia y 25% en el seguimiento de casos. Mientras el Gobierno hacía una utilización política de casos mediáticos de violencia contra las mujeres e invitaba a llamar a la línea, en la práctica la desfinanciaba, despedía masivamente a quienes trabajaban allí y, por primera vez en siete años, no incluía un presupuesto específico para su fortalecimiento en el proyecto de presupuesto presentado al Congreso para 2025.
Respecto al Programa Acompañar, de apoyo económico, emocional y jurídico para personas en situación de violencia de género, los datos también son alarmantes. De 34 mil personas asistidas en el primer trimestre del 2023 se pasó a 434 en el primer trimestre del 2024. Esto significa una caída del 98,72% en la asistencia, a pesar de que el 54,4% de las mujeres que solicitó el programa se encontraba con el máximo nivel de riesgo de vida. Se registró una caída del 82% en la ejecución presupuestaria en comparación con el segundo semestre de 2023 y, además, el Gobierno definió por decreto que la cobertura de ayuda económica se reduciría de 6 a 3 meses, con la obligatoriedad de realizar de manera previa una denuncia policial. Es decir, no hay espacios de acompañamiento ni mecanismos de atención pero te obligan a denunciar… y quedar librada a tu suerte. Como si fuera poco, tampoco figura el Programa Acompañar en el Proyecto de Presupuesto 2025.
Este vaciamiento institucional refleja una visión política que subestima la violencia de género y naturaliza las desigualdades estructurales. Más allá de la pérdida de recursos, el mensaje es claro: mejorar la vida de las mujeres no es una prioridad para este gobierno. Negar la violencia no hace que desaparezca pero, en este primer año de Gobierno, las mujeres quedaron libradas a su suerte.
Tu cuerpo SU decisión
En relación a los derechos sexuales y reproductivos, el balance también es grave. En un año, destinó cero pesos a la compra y a la distribución de medicamentos para la implementación de la Ley de Interrupción Voluntaria y Legal del Embarazo y amenazó con derogar la Ley sancionada en 2020, hablando local e internacionalmente del aborto como una “agenda sangrienta”.
Sin embargo, tampoco implementó ninguna medida para prevenir los embarazos no deseados. El Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA), que logró reducir un 50% la tasa de fecundidad adolescente en 5 años, fue prácticamente paralizado. El Gobierno redujo en un año la distribución de insumos, como métodos anticonceptivos, y despidió a 619 integrantes de los equipos técnicos en todo el país. El presupuesto de este Programa cayó un 70% en comparación con 2023 y, para 2025, tendrá una caída del 27% respecto al 2024.
Si bien ya venía sosteniéndolo durante el proceso electoral, la Libertad Avanza comenzó una feroz campaña mediática con fakenews el 8 de noviembre contra la incorporación del libro “Cometierra” a las bibliotecas de la Provincia de Buenos Aires, contra la Educación Sexual Integral y los y las docentes que cumplen la Ley. A pesar de proteger a niñas, niños y adolescentes, ofreciéndoles herramientas para vivir libres de abusos, prejuicios y violencias, el Gobierno no le asignó fondos en el Presupuesto 2025.
Libertad sólo para algunos
En paralelo a los recortes, los discursos oficiales han deslegitimado el feminismo y las políticas de género a nivel local e internacional. Desde calificativos como “agenda sangrienta del aborto” en el Foro de Davos hasta el rechazo de compromisos internacionales en la ONU y la OEA, las declaraciones del presidente y su gabinete refuerzan narrativas que buscan excluir, desmovilizar y generar una sensación de “batalla perdida”.
La prohibición del lenguaje inclusivo, presentada como una medida “neutral”, es en realidad un retroceso cultural que profundiza estereotipos de género y limita la expresión de identidades diversas. El punto no es si alguien elige hablar con la “e” o buscar otros recursos lingüísticos que no pongan nerviosos a los adeptos a la Real Academia Española. El punto es que a través de ese ataque al lenguaje, en realidad se ataca una manera de comprender el mundo, una propuesta de inclusión y no discriminación que pensamos habíamos conquistado. No en beneficio de las mujeres ni del colectivo LGBTIQ+, sino en beneficio de toda la sociedad. El ataque no queda solo en el discurso. Mientras provocan sistemáticamente en redes sociales, las consecuencias no son sólo simbólicas.
Ya lo dijo Flor de la V en su despedida (esperamos temporaria) de la pantalla de la televisión: seguimos creyendo en una sociedad inclusiva, igualitaria, justa. Y seguiremos trabajando para conseguirla.
NG/CRM