El blog de la redacción de elDiarioAR
Sobre lectores y periodistas
El periodismo es un contrato no escrito entre ustedes, los lectores, y nosotros, los periodistas. Esto es así desde que el periodismo es periodismo, de lo contrario sería otra cosa. Nadie firmó nada pero sin ese contrato el periodismo no existiría. Esa confianza que ustedes depositan en nosotros cada día es la que nos permite trabajar. Ustedes confían en que lo que les entregamos es honesto y veraz –evitaré aquí el pretencioso concepto de verdad porque yo misma desconfiaría de quien se cree dueño de ella–. Confían en que honestamente no sólo chequeamos la información, también la perseguimos, la andamos olfateando por algún rincón para ofrecerla, como esos perros de caza que después de capturar una presa vuelven moviendo la cola a llevarle el trofeo al amo.
Quizás la comparación resulte un poco ñoña pero la verdad es que esas cosas pasan en una redacción. Cuando alguien del equipo encuentra una buena historia, se festeja.
Eso ocurrió esta semana cuando Emilia Delfino pudo desentrañar el misterio de la supuesta célula terrorista que con bombos y platillos había anunciado la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. “Acá hay algo raro”, me dijo apenas se conoció la noticia. El miércoles publicamos la primera entrega de esta saga con las contradicciones y sospechas detrás de la causa. Este domingo vuelve con una nueva entrega. El resultado es una historia desopilante, la de “El Rubio”, que podría ser el guión de la segunda temporada de División Palermo, salvo que en este caso hay tres detenidos de verdad.
Es Ezequiel Adamovsky quien en su columna advierte los riesgos de utilizar la palabra terrorista con liviandad: “Preocupa el uso político que se le viene dando a esa categoría, cuando se la aplica a cosas que caen fuera de su órbita, para demonizar adversarios o simplemente para fabricar climas que justifiquen la represión indiscriminada”, señala.
Victoria De Masi pudo encontrar al tío de Javier Milei después de haber hecho guardia durante dos días en una plaza. Sólo tenía ese dato, que Chicho, era repartidor y que activaba la aplicación en una plaza de determinado barrio. Nada más. Así lo encontró.
Mauricio Caminos en su nota de hoy: “El primer éxito libertario en el Congreso dependerá de cuánto esté dispuesto Milei a tocar la redacción del texto, sobre todo el capítulo que más le preocupa: el económico-fiscal. Allí anida el eventual apoyo de la variopinta oposición aliada que va del PRO, la UCR y Hacemos Coalición Federal a las fuerzas provinciales y los gobernadores no-kirchneristas”. Es el resultado de una semana transitando los pasillos del Congreso y escuchando durante horas los debates en el plenario de comisiones por la ley ómnibus..
El periodismo requiere eso, paciencia y olfato para ir tejiendo ese tapiz que luego terminará en nota, como el perfil que Gabriel Sued traza sobre Federico Sturzenegger: “Es uno de los protagonistas de la historia económica de la Argentina, un recurso repetitivo de los gobiernos antiperonistas de este siglo. Es el hilo conductor entre la gestión naciente de Milei y dos fracasos liberales, que terminaron con un salto en el endeudamiento público y en la pobreza. Es un economista que combina como pocos reputación académica y vocación de poder”, escribe sobre una de las figuras más importantes de este Gobierno.
Fue un lector quien le escribió a Victoria para contar que un conocido le había dicho que quizás había un hombre que era el tío del Presidente y que estaba a punto de ser desalojado. Esa fue la punta del ovillo de la que tiró Victoria para llegar hasta Chicho. Ese lector es un suscriptor que, como muchos otros, siente que es parte de esta comunidad que cada día construimos entre todos. Son lectores que nos siguen pero que también nos exigen y nos retan cuando nos equivocamos. Que reclaman su derecho a recibir un periodismo independiente y de calidad,. Que saben que entre ellos y nosotros está ese contrato no escrito. Por eso necesitamos que nos sigan apoyando, para seguir contando más historias como las de Chicho y las de El Rubio.
MG
El periodismo es un contrato no escrito entre ustedes, los lectores, y nosotros, los periodistas. Esto es así desde que el periodismo es periodismo, de lo contrario sería otra cosa. Nadie firmó nada pero sin ese contrato el periodismo no existiría. Esa confianza que ustedes depositan en nosotros cada día es la que nos permite trabajar. Ustedes confían en que lo que les entregamos es honesto y veraz –evitaré aquí el pretencioso concepto de verdad porque yo misma desconfiaría de quien se cree dueño de ella–. Confían en que honestamente no sólo chequeamos la información, también la perseguimos, la andamos olfateando por algún rincón para ofrecerla, como esos perros de caza que después de capturar una presa vuelven moviendo la cola a llevarle el trofeo al amo.
Quizás la comparación resulte un poco ñoña pero la verdad es que esas cosas pasan en una redacción. Cuando alguien del equipo encuentra una buena historia, se festeja.