¿Cuál es la parte linda de la vida? “La que más vale la pena. La que espabila nuestros sentidos. La de la curiosidad, la de la sorpresa, la de las historias inspiradoras, la de los barrios llenos de estímulos, la de los viajes, la de una muestra de arte que te cambia la cabeza, la de una buena charla en la barra de un bar, la de los restaurantes que nos hacen felices, la de los emprendedores y el optimismo, la de las nuevas tendencias, la de los planes en buena compañía que te alegran la semana”. Con esas palabras se presenta Maleva, una revista digital que te introduce a las tendencias de Buenos Aires. Con ese mismo espíritu escribirán desde el viernes 1 de octubre un newsletter quincenal para elDiarioAR llamado: “La ecuación del disfrute”.
Dirigida por Santiago Eneas Casanello, Maleva lleva casi 10 años “espabilando sentidos” con notas de gastronomía, arte, viajes, ocio y mucho más. “Somos los periodistas (un poco hedonistas) que no te cuentan la desgracia, te cuentan todo lo otro”, agregan desde su sitio web donde se puede repasar las recomendaciones de todo este período.
“La ecuación del disfrute” es el octavo newsletter de la familia de elDiarioAR. Si todavía no conocés los demás podés hacerlo ingresando acá.
De lo ordinario a lo extraordinario: las cinco obras de “Casa Tomada”, la muestra de Gaspar Libedinsky
En el Museo de Arte Decorativo se expone la retrospectiva del artista argentino. Una guía para recorrerla. Hay tiempo hasta el 14 de agosto.
“¿Cómo tocás una casa que en realidad es intocable?” Así arranca la recorrida de su primera muestra retrospectiva, Gaspar Libedinsky, artista, curador y arquitecto argentino, en el Museo de Arte Decorativo en Buenos Aires (Libertador 1902). Su exhibición site-specific, entra en diálogo abierto con el patrimonio de la casa - museo; su colección, sus muebles, su decoración y su arquitectura. “Es una contradicción que la muestra se llame Casa Tomada, y tiene que ver con que yo intervine el Palacio Errázuriz Alvear de forma casi etérea, y está pensada para convivir con este espacio puntual”, resume Libedinsky.
Si bien las quince instalaciones de Casa Tomada son un manjar, Maleva recorrió la muestra y tejió un recorrido de las cinco obras infalibles. Los puntos en común: objetos domésticos que anhelan trascender sus límites, piezas de indumentaria que caben en una valija, y guiños sociopolíticos encriptados; “la crítica siempre está debajo, nunca adelante, porque sino creo que la obra divide, la primera relación con la obra, debe ser emocional, y apta para todo público”, sintetiza el artista, que se formó en la prestigiosa Architectural Association de Londres.
1) Monumento al hombre común: un mensaje sobre las tensiones sociales.
Esta es la obra que inaugura la muestra, y está configurada por dieciséis trajes de vestir, adquiridos en el Ejército de Salvación; “fueron utilizados y caminaron las calles de Buenos Aires”, comienza el artista, “y yo los elegí para que ahora configuren un monumento o torre humana”. A su vez, este monumento funciona como bandera, porque como en todas las jornadas escolares, a la mañana se iza. “Al final del día, pasa de estar erguida y triunfal, a ser una amorfa pila de ropa, porque la hago colapsar”, explica. De esta manera, Libedinsky introduce el guiño sociopolítico en su obra; “también está inspirada en los Castells, o Castillos humanos, que hacen en las fiestas catalanas, donde los más grandes están abajo, y los niños arriba, haciendo una arquitectura con los cuerpos. En este caso, la ecuación de obra se invierte, y de hecho funciona a tensión; el traje XL, L y M, todos se le cuelgan de las patas al eslabón más débil, el XS”, detalla.
2) Arrecife: ¿puede el plástico evolucionar como vida?
Este fascinante arrecife anaranjado de escobillones, toma el Gran Hall del Museo y la naturaleza, de alguna manera, es conquistada por el plástico. “Es una operación efímera, porque sólo existirá por los tres meses que dure la muestra, y es sitio-específica porque va respondiendo a este espacio; tapa puertas, genera circulación”, le explica a La Ecuación del Disfrute, Libedinsky. Uno de los puntos más interesantes del Arrecife, es también, su huella de carbón neutral; “para generar este paisaje se utilizaron cero recursos, porque una empresa de productos de limpieza me prestó mil packs de cerdas de escobillones, y cuando la exposición finalice, yo devolveré la totalidad del material y el mismo se convertirá en escobillones; dejarán este estado, para volver a su valor de producto”. Esta obra, al igual que el resto, tiene intrínseca una crítica, y la atraviesa particularmente la pregunta: ¿puede el plástico evolucionar como vida?. Porque el plástico comienza su vida como petróleo, para ser transformado en botella de gaseosa, y luego desechada; su circuito continúa como reciclaje y posterior conversión en cerdas de escobillón. Vale la pena zambullirse en este arrecife distópico, y profundo.
3) Kunstformen der Natur: que los objetos marginados cobren relevancia.
Para nombrar su obra pictórica, Gaspar Libedinsky eligió un nombre inentendible, adrede; “me parece importante no condicionar al espectador, con títulos pomposos. Quería poner un título que no fuera un mensaje cerrado”. Tomando placas de escobillones domésticos, y formando una progresión de operaciones físicas como compresión, tensión, y rotación, el artista logró que cada escobillón, fuera como una pincelada. “Adelante puse un acrílico, y si yo sacara las tuercas que lo sostienen, los escobillones caerían y dejaría de ser obra; me interesa mucho que la obra esté en cierta tensión, y que con unas pocas operaciones, pueda volver a su origen más modesto”, resume el artista. También, de alguna manera, Libedinsky logró torcer el destino de los escobillones, para ocupar un lugar estelar. Y no sólo eso; “en un palacio, incluso en mi propia casa, la parte doméstica y de limpieza siempre está escondida. A nivel curatorial, me pareció interesante que hubiera una inversión de roles y que los objetos que suelen estar marginados, cobren una alta relevancia”. Una maravilla explosiva de color.
4) Mister Trapo: exhibida en Nueva York o París (y que pasa cualquier aduana).
Esta colección de doce prendas de vestir, expuestas en el Salón de Baile, fueron confeccionadas con trapos domésticos, franelas, rejillas y repasadores y posan como “bailarines en la sala de La Bella y la Bestia”, según Gaspar. Para el autor, la obra revela el “deseo intrínseco del trapo por ser prenda” y el giro a objeto de deseo; “qué es lo que cada trapo quiere ser?”, se pregunta, “el paño para piso ‘nido de abeja’ quiso ser un clásico cárdigan inglés”. La cara sociopolítica que se entrevé en esta obra es, por un lado, la evidente referencia al trabajo de los “trapitos” o cuidacoches, y por el otro, la engorrosa prohibición de entrar y sacar legalmente obra de arte en este país. “Para esta obra, que fue exhibida en grandes ciudades como NYC y París, me pareció interesante generarla en formato indumentaria, justamente para poder entrar y salir con ella en mi propia valija; si la aduana me pregunta ¿esto qué es? Le contesto, mi vestuario”, dice de forma pícara. Así, toda la obra de Casa Tomada tiene muchas capas, algunas más superficiales y otras más profundas y críticas. Es muy interesante pinchar e indagar en todas sus caras.
5) La economía circular del Avestruz: con plumeros comprados a vendedores ambulantes.
Dos avestruces majestuosas reciben al público en el Salón de Madame. Están compuestas por un esqueleto de madera con una grilla de perforaciones y un plumaje generado a través de la inserción de plumeros de limpieza doméstica, que el artista le compró a vendedores ambulantes. A través de plumas de ñandú y de avestruz, el animal “se reconstituye”. Un indicio de la capa política de la obra, es que el plumero se fabrica dentro de una economía informal. “También tiene que ver con una idea-fuerza que atraviesa toda la muestra, y tiene que ver con que los elementos de la vida cotidiana, desean una vida más elevada; el plumero quiere volver a ser avestruz”. Gran parte del carnaval de Brasil, se hace con plumas de avestruz, por ejemplo. Así, la ex avestruz, y posterior plumero, vuelve a su origen.
La muestra se puede visitar en el Museo de Arte Decorativo (Av. del Libertador 1900), de 13 a 19 hasta el 14 de agosto. La obra de Gaspar Libedinsky, artista visual, arquitecto y curador, en síntesis, está atravesada por una serie de ideas-fuerza: la transformación de lo ordinario a lo extraordinario, la transformación de lo marginal a objeto de deseo, la creación de lo ‘nuevo’ a partir de la reorganización de lo existente, y el obstáculo como potencial.
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“¿Cómo tocás una casa que en realidad es intocable?” Así arranca la recorrida de su primera muestra retrospectiva, Gaspar Libedinsky, artista, curador y arquitecto argentino, en el Museo de Arte Decorativo en Buenos Aires (Libertador 1902). Su exhibición site-specific, entra en diálogo abierto con el patrimonio de la casa - museo; su colección, sus muebles, su decoración y su arquitectura. “Es una contradicción que la muestra se llame Casa Tomada, y tiene que ver con que yo intervine el Palacio Errázuriz Alvear de forma casi etérea, y está pensada para convivir con este espacio puntual”, resume Libedinsky.