Pez Banana es un club del libro que funciona así: por una suscripción mensual, recibís en tu casa un libro. La selección la hacen Florencia Ure y Santiago Llach.
Los libros son siempre de ficción y la cuota es equivalente al precio promedio de cualquier título que puedas encontrar en las librerías.
También son nuevos, nunca te va a tocar uno que ya tengas.
En sus redes entrevistan a autores, editores, traductores o charlan entre ellos sobre literatura.
Para llegar al elegido del mes, leen (casi) todo lo que se publicará, así que aprovechan y escriben un newsletter con recomendaciones. El newsletter es buen espacio para hablar de libros favoritos que pelearon la final, de otros más de nicho que no imaginaron como “libro del mes” pero que por igual les gusta, presentar editoriales no tan conocidas, rescatar algún clásico que se haya publicado con nueva traducción. En fin, contar un poco el panorama editorial según sus miradas.
Un libro del fin de un amor de Borges, otro de su sociedad con Bioy, una nueva colección de ficción y algo más
Las recomendaciones de Santiago Llach y Flor Ure para leer durante el mes de julio.
Este mes, comentamos una nueva colección, una reedición de uno de los grandes escritores argentinos contemporáneos y dos libros de o sobre Borges, una notoria obsesión de Santiago.
El libro que este mes enviamos a nuestros socios de un libro divino de una escritora chilena actual. Recuerden que para recibir el libro del mes en sus casas sin costo adicional de envío pueden asociarse en pezbanana.club.
Vamos ahora sí con otras novedades recomendadas.
Vaquera invertida, de McKenzie Wark (Caja Negra)
Santiago: Habías prometido esta reseña en el newsletter del mes pasado. Dejame comentar algo antes. Si bien no comulgo en general con el tono de melancolía anticapitalista que gobierna a muchos de los ensayos que publica Caja Negra, creo al mismo tiempo que es una editorial que tiene una coherencia estética, un énfasis en la buena prosa a la hora de seleccionar títulos y una seriedad en el trabajo editorial que la hacen muy atractiva. Mis hijos son fans, tienen todos los títulos. Que ahora Caja se haya lanzado a la ficción es algo para celebrar, y además los dos títulos iniciales son muy coherentes con el proyecto general de la editorial: belleza para aguantar un porvenir amenazante.
Flor: Vaquera invertida es un libro sobre la búsqueda y el abismo. El sexo protagonizando mucho porque es desde ahí desde dónde se piensa el género, la identidad y mucho más. Los descubrimientos del personaje nunca revelan, son pequeños movimientos. Y así de a poco se va para un lado o para el otro. El vaivén de la vida. No hay una transición lineal sino accidentada. Olvídate de un arco narrativo perfecto. Subir una montaña sin sendero.
Hay una postura marxista en el texto y muchas posturas sexuales que también son políticas. Si la vida es sueño, cada capítulo es una noche diferente. Sin coherencia ni patrón. Tiene el ritmo de la noche: horas que pasan volando, partes de las que te acordas, agujeros negros y escenas borrosas.
Santiago: Qué suerte que ya no somos jóvenes y esas noches quedaron atrás.
Flor: Mil de acuerdo, no extraño nada. Aunque cada tanto alguna clavamos, abuelo.Sigo con Vaquera: es genial cómo construye su libro y miles de conceptos como la importancia de lo colectivo en toda transición o que las mujeres trans entienden el tiempo de otra manera. Justamente ese mismo concepto sostiene Camila Sosa Vilada en una entrevista (se puede escuchar en el podcast de Caja Negra). Y ya que estamos Wark leyó Las malas (Tusquets) y la elogia mucho.
Cielos de Córdoba, de Federico Falco (Eterna Cadencia)
Flor: Esta nouvelle es una reedición que ya era inconseguible así que festejemos y corran a comprarla. Su prosa vista de lejos parece tranquila y hasta monótona. También sus historias. Falco escribe y te va contando cosas conmovedoras sin estruendos. Terminas sus libros y resulta que atravesaste miles de estadíos sin sentir saturación. Una literatura que tiene de todo y no abarrota. Con elegancia y disimulo en menos de ochenta páginas mete a Perón. el despertar sexual, la muerte, la amistad y una receta de risotto. Una maravilla.
Si, de Anibal Jarkowski (Bajo la Luna)
Santiago: ¿Me dejás comentar OTRO LIBRO MÁS sobre Borges?
Flor: ¿Qué pasa si no te dejo?
Santiago: No considero que sea una posibilidad.
Ure: Bueno, entonces no te dejo.
Santiago: Bueno, entonces lo hago igual. Puede decirse que Si es una novela, una ficcionalización de un episodio de la vida de Borges, el del final de su relación amorosa con la escritora y traductora Estela Canto. La historia transcurre en 1946, cuando Borges tenía cuarenta y seis años y Canto treinta. Hay bastante documentación sobre esa relación, en especial el libro Borges a contraluz, que ella publicó en 1989, poco después de la muerte de Borges y poco antes de su propia muerte. Jarkowski se sirve de esta documentación, de lo que los propios cuentos de Borges sugieren sobre su vida y un poco de su imaginación para crear esta historia.
Aunque las historias de escritores llevadas al cine suelen ser un bodrio, creo que acá hay una buena historia, muy filmable. ¡Attentis, amigos guionistas! En la historia son claves por un lado los padecimientos psiquiátricos de Estela, que la llevan a ser internada, y por el otro las dificultades amorosas y sexuales de Borges, que siempre pareció amar a las mujeres (a infinidad de mujeres) en una modalidad idealizada y a la distancia.
Para algunos puede ser poco interesante o muy impúdico meterse en las intimidades de un gran escritor. Para Jarkowski, es el motivo de una indagación sobre el vínculo entre intimidad personal y creación artística. Todos los lectores de Borges sabemos que bajo la apariencia fría y solipsista de muchos de sus cuentos hay, como le hace decir Jarkowski a Canto, una enorme sensibilidad y, agrego yo, trauma y sufrimientos.
El dispositivo novelístico es también una excusa para que Jarkowski meche ideas que podrían ser de Canto pero también de él mismo. Por ejemplo, ideas sobre cuán diferente es Borges de todo el resto, sobre por qué recurría a las enumeraciones o por qué le interesaban tanto los escritores del pasado.
Jarkowski es hábil para recrear algunos episodios de la vida de Borges, sobre todo los relacionados con la renuncia a su trabajo como burócrata menor en la biblioteca municipal Miguel Cané de Boedo y con la intimidad de su vida doméstica junto a su madre. Presenta ahí a un Borges muy porteño, muy concreto, que despierta un poco de ternura y un poco de humor.
Flor: Bueno, ¿estás contento?
Santiago: No, no estoy contento.
Flor: ¿Por quéé?
Santiago: Porque hay otra novedad ya no sobre Borges sino DE Borges, y la quiero comentar.
Flor: ¡Qué pesado, Dios mío! Vas a lograr que nuestros lectores dejen de serlo.
Santiago: ¿De qué podemos hablar que no sea del mejor escritor del universo?
Alias. Obra completa en colaboración, de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares (Sudamericana / Penguin Random)
Santiago: En 1935, en la estancia de la familia de Bioy, Adolfito y Borges reforzaron su amistad incipiente con la escritura en colaboración de un folleto comercial sobre la leche cuajada de La Martona, la empresa láctea también propiedad de los Bioy. El experimento fue comercialmente un fracaso pero literariamente feliz, porque en esos mismos días los dos amigos empezaron a planear otros textos juntos. A lo largo de más de cuarenta años, además de emprender traducciones y antologías y de dirigir la célebre colección policial de Emecé El séptimo círculo, escribieron guiones de cine, artículos y relatos, muchos de estos firmados bajo dos seudónimos que contenían un apellido familiar de cada autor: Honorio Bustos Domecq y Benito Suárez Lynch.
Este libro compila esas colaboraciones bajo un título algo insólito que es explicado por Alan Pauls, que parece ser algo más que el prologuista de esta edición: Pauls ofrece una linda interpretación de esta escritura a cuatro manos.
Flor: ¿Qué dice? Vos sabés que Borges, a diferencia de Bioy, me parece un poco plomo, pero todo lo que dice Alan me fascina.
Santiago: Básicamente, que bajo esos alias Borges y Bioy atentan contra su propia literatura, que se permiten hacer todo lo que critican en otros escritores. Se permiten escribir mal.
Flor: Me encanta.
Santiago: Pauls cuenta que Roberto Bolaños fue uno de los grandes lectores de Bustos Domecq y Suárez Lynch, algo que reflejó en su libro La literatura nazi en América. Alias es un libro de 500 páginas en tipografía minúscula, y como todo Borges es algo que se deja disfrutar de a poco. No hay esa prosa que lo hace único, sino más bien la parodia de esa prosa. Pauls dice que esta obra conjunta es en parte hija del peronismo, y que Borges y Bioy se permitían decir esas cosas que durante los primeros gobiernos de Perón era peligroso decir. Pero eso se extiende más allá de la política: los textos de sus alias son una especie de basural donde Borges sobre todo se divertía haciendo todo aquello que en su escritura personal no se animaba a hacer. Bioy lo llevaba a los soez, lo malhablado y lo popular, hacia la sátira monstruosa. Es otro Borges más que vale la pena descubrir.
Este mes, comentamos una nueva colección, una reedición de uno de los grandes escritores argentinos contemporáneos y dos libros de o sobre Borges, una notoria obsesión de Santiago.
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