Fin de semana en Buenos Aires. Después de días encapotados, en la ciudad amanece un sábado celeste. Con él, arranca la temporada de festivales de la primavera, o por lo menos un anticipo. El primero es EQUAL, una demostración de fuerza del gigante del streaming Spotify. Su lema, “Mujeres a todo volumen”.
El evento es parte de una campaña que busca celebrar y visibilizar a las artistas mujeres de la Argentina, que cada vez tienen más presencia en los rankings de la plataforma. Con una pantalla en el Times Square de Nueva York, anunciaron el lineup que se presentó anoche en el Hipódromo de Palermo: Connie Isla, Taichu, Soledad, Karina, Marilina Bertoldi, Emilia, Lali y María Becerra.
Durante la engorrosa acreditación aparecían muestras de lo que sería una audiencia de 19 mil personas, según informaron oficialmente. Muchas familias, en especial madres e hijas. En general, más mujeres. También jóvenes, con más paridad pero de un amplio rango de edad.
Lo que se tardó para llegar al escenario hizo difícil poder ver a Connie Isla y Taichu. Una persona cercana a la segunda notó que pasaron una pista con un ritmo más rápido de lo habitual, y por ello señaló la queja de la cantante. Taichu aprovechó entre un tema y otro para irse a zancadas detrás del escenario, mientras se acomodaba su top con la cara de La pasión de Cristo.
“Está todo mal organizado” se queja una fuente de la producción. Recuenta que le confirmaron su entrada recién un día antes y que también se demoró en poder ser acreditada en el lugar. De todos modos, se respetó el horario estipulado para cada presentación, y se notó el poco tiempo que llevaba pasar de un acto al siguiente.
Se notaban también los precios. La botella Smartwater del aguatero, milqui. La hamburguesa, cuatro lucas. El cono de papas, también. La remera oficial del festival valía siete mil pesos. El buzo, ocho mil. Igual, la mayoría de aquellos con merch las trajo de sus casas o la compraron a los manteros de la avenida Bullrich. “Faltaron remeras de los artistas”, reconoció la fuente.
“La Sole” presentó parte de su nuevo álbum, “Natural”, “que no es de esos discos que van a sonar en la radio o tener rotación”, pero que viene del corazón, contaba. “Sueño que haya pan y trabajo, ese es nuestro derecho”, dice una de sus letras. Se notó la brecha generacional entre madres con los ojos llorosos y sus hijas que no se sabían del todo las letras, aunque todas confluyeron con “Tren Del Cielo” al cierre. Al costado, desde una carpa encima una tarima que vendría a ser el VIP, la miraba Daniel Grinbank.
Un punto en común entre la variedad de artistas fue el hecho de estar pendientes de los tiempos. Todas relojeaban cuánto les quedaba en el escenario y si podían hacer una canción más. Una que tuvo varios changüí fue Karina, quien cantó “Corazón mentiroso” al atardecer y logró que el resto de su repertorio se baile de noche. Su fiesta, ya en la oscuridad, tuvo como clímax la aparición de Ivonne de La Delio Valdez para hacer “Inocente”, además del final con “Fuera”.
Previo a cada show, la introducción se hacía en las pantallas por parte de una artista invitada. Barbi Recanati presentaba a Marilina Bertoldi, pero fue tapada por una sirena y un estallido que dieron lugar al rock. La miraba un grupo de tres nenas, que sorprendidas se decían “es lesbiana” y “es un chique”. Sus madres se miraban y cuchicheaban a viva voz, escandalizadas por los movimientos de Marilina. “Termina esto y viene la mejor de la noche” se decían, graciosas pero tensas. Parece que lo que termina de cruzar la línea entre lo normal y el escándalo sigue siendo la orientación sexual de alguien.
Marilina le contestó con “Lá Lá”, su canción “para toda la familia”, además de sus habituales letras con puteadas y sus gestos acompañados por el dedo medio de su mano. Entró con saco, camisa y corbata pero terminó en calzas, con los botones desabrochados y la corbata haciendo de vincha. “Una última y se viene lo mejor de la noche”, avisó cuando terminaba.
Después de Marilina, llegó lo que una mayoría de la tribuna estaba esperando. Un sinfín de madres y padres alzaban a sus hijas para que queden por encima de las demás cabezas, o las llevaban a upa lo más cerca posible de Emilia Mernes. Una Emilia sacada del manga nipón Sailor Moon, a la que las jóvenes le dibujaban carteles donde le pedían bailar con ella. Tati tuvo suerte de subirse al escenario en “No_se_ve.mp3”. Hacia el final, Emilia arrancó “Los del Espacio”, pero la dejó justo antes de las estrofas de su compañera María Becerra.
Lali pidió la atención de la audiencia desde las pantallas, pero estas volvieron a negro. Antes de arrancar, se oyó en el eco del hipódromo al operador invocando a Osvaldo Pugliese. Casi al final de “Obsesión” se cortó el micrófono de Lali y su pista siguió de largo por unos segundos (fue una de las pocas sin banda, solo acompañada por sus bailarines). Se fue tras bambalinas para pedir arrancar desde el principio de nuevo. “Acá no ha pasado nada”, dijo al terminar. Estaba cerrando una gira que la llevó del otro lado del océano y terminó en Buenos Aires, donde cantó “Quiénes son?” -su collab con Moria Casán- por primera vez en el país.
El final fue todo de María Becerra, la Nena de Argentina, la argentina mas escuchada del mundo. Después de “Adiós” -su tema con Ráfaga-, anunció que cantaría “la reina de las cumbias”. Acto seguido, regresó Karina e interpretaron juntas “Con la misma moneda”. “Es importante hacer eventos así para visibilizarnos entre todas” dijo Maria antes de último single, “Corazón vacío”, el cual se lo dedicó a todas las madres solteras. Repartió rosas azules mientras la cantaba.
Se despidió, pero no terminó su presentación sin antes una breve aparición en las pantallas de Morena Cesáreo, “La miedosa” o “More con Flow”, quien se volvió viral en los últimos meses en TikTok. Para terminar, María retomó con su parte de “Los del Espacio”. Una vez terminado el festival, el público gritaba por Morena, quien asistió y vio todo desde el VIP que balconeaba sobre el campo. Otras personalidades testigos del momento, confundidas, lo filmaban con sus celulares.
La persona que alzó la voz y contestó a cualquier crítica que pudiera surgir para la organización fue Lali. “Hicieron algo tangible”, dijo, restándole importancia a los repetidos problemas técnicos. “Los cambios culturales se hacen, no se dicen”.
LC