¿Cómo se logra el primer puesto de un deporte?

De controlar la respiración y escalar un cerro al campeonato del mundo: las razones por las que la selección de sóftbol masculino es líder del ranking mundial

Trabajaron lo deportivo, la respiración, cuestiones espirituales y aspectos psicológicos. Hasta escalaron dos veces el Cerro Champaquí, en la provincia de Córdoba, con el fin de ponerse a prueba individualmente y como equipo. Fueron doce años de entrenamientos diarios en lo táctico, lo técnico y lo físico. En ese periodo se reclutaron jugadores -de 15 años en adelante- en distintos lugares del país. El resultado de ese proyecto generó un hecho histórico: en junio de este año el sóftbol masculino argentino llegó por primera vez a lo más alto del ranking mundial que establece la Confederación Mundial de Béisbol y Sóftbol (WBSC). El ranking evalúa el desempeño de todas las categorías de cada rama: mayores, juveniles, U18 y U23; y se elabora un puntaje que posiciona a los distintos países. Argentina consiguió estar en la élite, entre las potencias como lo son Japón, Canadá y Nueva Zelanda.

Hubo apoyo económico del ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) y la Secretaría de Deportes que permitió que el sóftbol argentino pudiera cubrir los gastos de las giras y estar los torneos internacionales, algo necesario para estar en el alto rendimiento deportivo.

Los triunfos y los resultados empezaron con las categorías juveniles y los campeonatos mundiales obtenidos en 2012 y 2014. Gracias a esa base, Argentina es: Campeón Mundial República Checa 2019, Medalla de oro Juegos Panamericanos Lima 2019, Campeón del Campeonato Panamericano Paraná 2022; y, para sumar, recientemente el 30 de julio pasado sumó el Campeón Panamericano U23 Venezuela 2022. Este año en agenda queda: entre el 22 y 30 de octubre se realizará en Paraná el primer Mundial U23; y del 26 de noviembre al 4 de diciembre la selección de mayores participará del Mundial en Nueva Zelanda.

¿Cómo se logra el primer puesto de un deporte? “Argentina llega a ser primera en el ranking mundial después de doce años de trabajo ininterrumpido que abrió una nueva perspectiva en nuestro deporte para llevarlo en el camino de la excelencia hacia el alto rendimiento deportivo”, dice Julio Gamarci, director técnico de la selección argentina de sóftbol masculino, de profesión abogado, que transitó distintas funciones dentro de este deporte: jugador, director técnico, dirigente.

Transformaron por completo la forma de trabajar, según Gamarci, copiando a deportes de élite que habían alcanzado logros de alcance mundial. Eso, combinado con una muy buena competencia local y la proyección de los jugadores argentinos al mundo, quienes en el verano boreal emigran a jugar a Estados Unidos y Canadá, países en donde se encuentran con “lo mejor del concierto mundial de sóftbol”. Todo este proceso generó que desde juveniles a mayores Argentina empezara a tener performances muy destacadas.

“Muchos de esos deportistas son prácticamente hijos de ese proceso y muchos otros son antecesores pero que se adaptaron perfectamente y, por cierto, fueron los protagonistas más importantes de los últimos logros. Había una amalgama de generaciones que ha podido tener un objetivo común y un trabajo con un liderazgo muy claro pero a la vez con una parte de sacrificio muy importante de nuestros deportistas”, dice Gamarci, quien además destacó el rol de los distintos presidentes que tuvo la Confederación Argentina de Sóftbol: “Han siempre tenido el objetivo del bien común como premisa y así se ha ido avanzando desde los inicios, de los primeros equipos que han salido del país a fines de la década del setenta, principios del ochenta en donde solo se iba a explorar un poco el sóftbol internacional a ser protagonista en la última década”.

La tierra del sóftbol

Paraná es el semillero de sóftbol y donde más se juega. Muchos jugadores se mudaron a esa ciudad para tener mejor nivel y para mantener un estilo de entrenamiento y de seguimiento de sóftbol diario. Los mejores jugadores de Argentina están allí.

Mariano Montero es oriundo de Paraná, juega en el Club Patronato y actualmente es el capitán de la selección argentina. Cuenta con herencia en este deporte: madre, padre y hermanos jugadores de sóftbol. “Argentina tiene buenos jugadores de softbol, tal vez no en una gran cantidad como lo es en otras potencias como es Japón como Canadá, Nueva Zelanda pero sí tiene grandes jugadores de calidad, de los mejores. Estos entrenamientos arduos, estar día a día mejorando y trabajando hace que en el caso de Paraná que es la mejor liga, se recluten a los mejores jugadores: es una de las ligas de mayor nivel mundial y eso hace que los jugadores estén en un buen nivel constantemente”, dice.

La Liga Argentina de Sóftbol está dividida por las asociaciones y cada una de ellas juega su liga local. Paraná, Buenos Aires, La Pampa, Bahía Blanca son las más fuertes del país y son importantes las de Mendoza y Corrientes. Cada año, en febrero se realiza en Paraná el Nacional de Clubes que recluta a los 30 o 40 mejores equipos del país. Allí se disputa anualmente el torneo de todos los equipos en cuatro zonas, dependiendo el nivel de cada una y de ahí surge el campeón nacional todos los años. Es el torneo más importante a nivel nacional. “El sóftbol no es un deporte muy popular en la Argentina. Hay una cierta cantidad de jugadores repartidos en el país pero la calidad supera la cantidad en este caso. No hay tantos jugadores como en otros países pero sí de muy buena calidad y eso hace porqué Argentina es potencia en el sóftbol mundial”, explica Montero.

Argentina, que durante años copió el modelo de las potencias, hoy es modelo a seguir en la formación de selecciones y muchos países intentan aplicar el sistema de entrenamiento de juego argentino. “Hay mucha gente trabajando, a mucha gente que le gusta el softbol en la ciudad de Paraná, no solo los jugadores lo que aportan a esto. Hay una fuerte dirigencia atrás, un buen cuerpo de entrenadores a nivel nacional que dan clínicas en el exterior, dirigen equipos en el exterior. Todo ese conjunto de cosas, el esfuerzo, la disciplina hace que el nivel sea cada vez sea mayor y que la vara esté más alta. Los más chicos ya lo van viviendo desde más chicos”.

Durante el proceso de crecimiento, la selección nacional empezó a trabajar con un coach externo que actualmente ya es parte del equipo. Las premisas de trabajo eran: enfrentarse a situaciones fuera de lo deportivo, salir de la zona de confort, hacer supervivencia. “Hacemos muchos trabajos de respiración, de buscarnos el estado de presencia el aquí y ahora. Son trabajos que ayudan mucho y han hecho la diferencia. Creo que más allá de todo el trabajo que veníamos haciendo, toda esa parte que hemos sumado ha sido muy especial y nos ha dado frutos, hemos sabido trabajar eso y aplicarlo al campo de juego”, detalla Montero.

El roce internacional hace la diferencia

Argentina es uno de los países que más jugadores exporta, después de Canadá y Estados Unidos. No se trata de una cuestión económica, sino deportiva porque el sóftbol es un deporte amateur en el país.

A diferencia de otros deportes, como pueden ser el fútbol, el básquet o el hockey, el sóftbol es un deporte estático y eso hace que se juegue en un clima cálido o clima templado. Muchos jugadores argentinos compiten en el torneo local de septiembre a mayo y de junio a agosto van a jugar a Estados Unidos o Canadá, países en donde se reúnen la mayoría de los mejores jugadores del mundo en distintos equipos. El mundial de clubes llamado ISC (International Softball Congress), se disputa, habitualmente, en agosto.

A comienzos de los años ’80 se dio la primera migración de jugadores argentinos a jugar en Norteamérica. Luego se produjo un impasse hasta fines de los ’90. Este año unos 50/60 jugadores argentinos se fueron a “hacer la temporada” a la liga estadounidense North American Fastpitch Association y la cifra es récord. Tienen garantizado: casa, movilidad, viáticos, dependiente del presupuesto de cada equipo. “La importancia de venir acá es el roce internacional, estar jugando contra los mejores jugadores de los mejores equipos del mundo. Ese es el verdadero valor que nosotros le sacamos al venir a jugar la liga en Estados Unidos. Prácticamente la base del nivel del sóftbol argentino está en los planes de entrenamiento de las selecciones y de venir a jugar las ligas extranjeras, eso es lo que dio los frutos a que Argentina sea número uno”, detalla.

Los argentinos están repartidos en varios equipos. Esta es la segunda experiencia de Montero que actualmente juega para J.B Panthers de California. “En el equipo somos cinco argentinos, estamos rankeados entre los mejores cinco de los clubes de acá y también obviamente el resto de los jugadores de la selección están distribuidos en los demás equipos. Los jugadores de la selección nacional están en los mejores equipos rankeados. De hecho en algunos casos son la base de los equipos norteamericanos acá”, agrega.

Es la segunda experiencia del capitán de la selección en la liga estadounidense y puede sumar esta experiencia porque cuenta con el permiso de su empleo: trabaja desde hace 18 años en el Hotel Howard Johnson Mayorazgo. “He podido venir a hacer esta experiencia y agarrar más nivel de juego ahora más que nada que en noviembre nos prepararnos para el mundial de Nueva Zelanda y todo es parte del proceso de entrenamiento venir acá es un factor muy importante de seguir jugando de tener muchos partidos de enfrentar a los mejores jugadores para no perder ritmo”.

ADE