San Antonio de los Cobres: el punto en común entre litio, deporte y pueblos originarios

Augusto Papasidero

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San Antonio de los Cobres. A 300km hacia el norte la frontera con Bolivia, a 135km para el oeste el cruce con Chile. Centro exacto del “Triángulo del litio”. En medio de 17 proyectos de minería la pelota sigue rodando. El deporte se mantiene presente a pesar de las dificultades que conlleva la explotación de las tierras de la zona y los conflictos con las comunidades originarias. Campeonatos masculinos y femeninos de fútbol y hasta las “Olimpiadas Mineras” siguen vigentes año tras año.

El 65% de las reservas mundiales del oro blanco yacen en la región compartida por estos tres países. Catamarca y Jujuy comparten con Salta las mayores reservas argentinas de litio y también el Torneo Interprovincial de fútbol de La Puna. Para mantener distancias equitativas se realiza en el punto medio de las tres provincias, que es justamente San Antonio de los Cobres. Desde la década de los '90 que el campeonato se hace ininterrumpidamente, en sus comienzos participaban solo equipos amateurs masculinos de mayores, pero gracias a la gran repercusión que tuvo se aceptaron las categorías femeninas, de veteranos y juveniles a mediados del 2000.

“Siempre se relacionaron deportivamente Catamarca, Salta y Jujuy por el Campeonato de La Puna, y ahora también lo hacen en la Mesa Nacional del Litio”, comenta Vicente Arias, fundador de La Unión de Los Andes y entusiasta de la minería. El certamen unificador fue declarado de interés cultural por la Cámara de Senadores el año pasado en su trigésima octava edición. Es tal su magnitud y popularidad entre los habitantes que hasta llegan camiones colmados con decenas de hinchas para presenciar alguna de las rondas eliminatorias.

Suelen competir entre 40 y 50 equipos y el desenlace se lleva a cabo en noviembre. Dependiendo de la instancia se juega en una cancha de tierra, con las líneas demarcadas con cal, o en una de césped sintético, ambas en un entorno casi desértico donde solo se perciben algunas casas humildes frente a las sierras norteñas. La copa verde y dorada que se le entrega al campeón llega a medir casi dos metros, además se les entrega las respectivas medallas y se premia al goleador y al mejor arquero del torneo.

Levantar ese alto trofeo es el sueño de cualquier conjunto puneño. De a poco -y con mucho sacrificio- los equipos amateurs se fueron “profesionalizando” en cierta medida. Remeras estampadas (hasta algunas con sponsors), creación de una comisión directiva, actividad en redes sociales, diversidad de categorías y una sede fija; un movimiento que se formó con jugadores jóvenes que no tenían la posibilidad de jugar en un club, como explica Mario Viveros -vinculado a Club Atlético Pomense-, actualmente se lleva las miradas y aplausos de los vecinos de San Antonio de los Cobres.

El primer trimestre del año que viene su imbatible popularidad tendrá competencia: a unos kilómetros se inaugurará la planta de producción de litio de Centenario Ratones. Se espera que tenga una capacidad de almacenamiento de unas 24 mil toneladas, para eso están trabajando más de mil obreros bajo una inversión de unos US$ 850 millones. Daniel Chávez Díaz, CEO de Eramine Sudamérica, indicó que actualmente el proyecto se encuentra avanzado en un 56% y que cuenta con la asociación de la empresa china Tsingshan.

En esta mezcla entre el deporte y la explotación de la tierra nace una pregunta que Belén Morelli, Presidenta de la Asociación Salteña de Fútbol Femenino, responde convincentemente.

-¿Puede perjudicar en algún sentido la vida deportiva de la zona la extracción de este mineral?

-La manipulación del litio deriva a la contaminación de la tierra. Si la tierra está contaminada el agua termina contaminada, y si el agua está contaminada es obvio que perjudica a los deportistas.

-¿Creés que no se está resguardando las condiciones naturales de la región?

-Mucha gente vende el discurso de “cuidar la Pachamama, la tierra y los animales”, pero realmente no les importa. Su única meta es llenarse los bolsillos.

 Al perforar el suelo para su estirpe se mezcla el agua dulce con el agua salada, por lo que queda inaccesible para el consumo humano y también para el riego de la flora norteña. No solo se contamina, sino que se pierde una enorme cantidad de litros.

 Quienes se manifestaron en ciertas ocasiones en contra de la explotación del territorio fueron los pueblos originarios. Hace 15 años se reunieron Técnicos de la Secretaría de la Minería con representantes de las comunidades oriundas, trataron diversos temas como problemas de pastura, tratamiento del aire y -la más recurrente- la contaminación de los ríos cercanos.

 En Jujuy existió una gran resistencia hacia las medidas que impulsaban el empleo de su tierra. A nivel litio le llevan casi una década de ventaja a Salta, pero las protestas en su contra persisten hasta la actualidad. En junio hubo una marcha que terminó con heridos y detenidos por la aprobación de una reforma en la Constitución de la provincia. En Salta el Senador Leopoldo Salva planteó un escenario totalmente contrario en el que las comunidades piden participar de los distintos proyectos de extracción.

Litio, pueblos originarios y deporte vuelven a encontrar un punto en común. Morelli organizó un torneo en el que se presentaron algunas jugadoras pertenecientes a la comunidad Wichi, algo que le sorprendió completamente dado que creía que eran de un pueblo que no participaba mucho en estas actividades. Algunos miembros wichis, en contraparte a los protestantes, dan mano de obra a una planta piloto que se está construyendo en Formosa en la zona de Palmar Largo.

La minería en San Antonio de los Cobres también adopta un papel competitivo. Año tras año se realizan las Olimpiadas Mineras bajo el lema de “la minería es la fuente de nuestra fuerza y caudal de hermandad”. Se realiza desde hace 15 años en conmemoración al día nacional de esta actividad (7 de mayo); con el Boom Minero -como lo denomina Arias- hubo récord de asistencia en las últimas temporadas que llegó a superar las 500 inscripciones.

Los competidores se dividen en equipos dependiendo de la compañía para la que trabajen. Cada edición es organizada por una diferente empresa excavadora, y constantemente se suman más y más disciplinas: fútbol 11, fútbol cinco masculino y femenino, vóley mixto, maratón, ciclismo, truco, ping-pong, sapo y metegol fueron las incluidas en el 2022.

Miembros originarios que juegan torneos de fútbol. Mineros que participan como atletas en Olimpiadas. Comunidades que se oponen a la explotación de las tierras y otras que ayudan a las empresas excavadoras. Escasos kilómetros separan una cancha de sintético con la construcción de una planta de extracción de litio. En San Antonio de los Cobres, por el momento, parece haber lugar para todos.

 AP / NB