Después del duro golpe que sufrió Carlos Reutemann en la fecha inicial de la temporada 1974 de Fórmula 1, al quedarse sin nafta a media vuelta de ganar el Gran Premio de la República Argentina, el piloto santafesino obtuvo su revancha con una victoria contundente en Kyalami, Sudáfrica, escenario de su primera victoria en la categoría.
Recuperado anímicamente de la pesadilla en Buenos Aires, Reutemann afrontó la tercera fecha el 2 de marzo de ese año con la ilusión que le generaba su flamante auto Brabham BT44, diseñado por el sudafricano Gordon Murray.
Ante 100.000 personas y con cielo nublado bajo amenaza de lluvia, se puso en marcha el Gran Premio y el austríaco Niki Lauda tomó la punta con su Ferrari, acechado por el argentino que no tuvo éxito en su intento de pasarlo antes de completar el primer giro al circuito.
Cuando se desarrollaba la décima vuelta, Reutemann tomó decididamente la punta con magistral sobrepaso a Lauda, fue estirando ventajas hasta el final y cruzó la meta gallardamente, con amplia ventaja sobre sus escoltas, el francés Jean-Pierre Beltoise (BRM) y el nueve veces campeón mundial de motociclismo, el británico Mike Hailwood (McLaren).
“Estimado Reutemann, en nombre mío y del pueblo le envío un afectuoso saludo por el triunfo de hoy, que ratifica sus extraordinarias condiciones de volante que lo destacan entre los mejores del mundo. Un fuerte abrazo”, fue el mensaje que le envió mediante un telegrama el presidente Juan Domingo Perón.
El logro de Reutemann en el Gran Premio de Sudáfrica fue significativo por tratarse de su bautismo triunfal en la F1 y también por la vuelta al triunfo del equipo Brabham, que había celebrado por última vez en 1970.