Alberto Fernández sacó hoy por decreto de necesidad y urgencia (DNU) el presupuesto 2022, que a fines del año pasado le había rechazado la oposición en el Congreso. Claro que esta ley de ingresos y gastos, a diferencia de aquel proyecto original, incorpora los lineamientos del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), es decir, un déficit fiscal primario (antes del pago de deuda) del 2,5% del PBI. Para lograr esa meta, el presupuesto incorpora ajustes en diversas áreas, sobre todo en los subsidios energéticos al 10% más rico de la población, porque en el segundo trimestre, por efecto de la guerra de Ucrania en las importaciones de energía y en el gasto social para compensar la inflación ascendente, el rojo superó lo proyectado y por eso ahora analistas privados temen que termine el año en el 3%.
“Durante el primer trimestre del año la gestión de la política económica ha hecho posible cumplir las metas cuantitativas de acumulación de reservas internacionales, resultado fiscal primario, y financiamiento monetario al tesoro, establecidas en el programa económico del gobierno nacional”, explicó el Ministerio de Economía, que encabeza Martín Guzmán, en un comunicado de prensa, en referencia a los tres objetivos pactados con el Fondo. “Desde fines de febrero, sin embargo, Argentina y el mundo enfrentan los desafíos generados por la guerra en Ucrania, y más recientemente también aquellos que presenta la situación de inestabilidad financiera internacional. Como resultado directo del conflicto se ha registrado un fuerte incremento en el precio internacional de alimentos y combustibles, lo que repercutió sobre insumos y costos de producción. Este fenómeno se superpone sobre las dinámicas propias de la salida de la pandemia, donde la combinación de las políticas de estímulo a la demanda con una oferta afectada por el quiebre en las cadenas valor generaron cambios en los precios relativos y una aceleración inflacionaria en casi todas las economías, tanto desarrolladas como emergentes. La inflación ha vuelto a ser un fenómeno relevante a nivel global. Los bancos centrales del mundo han reaccionado elevando las tasas de interés y retirando progresivamente los estímulos monetarios, lo que significó un alza en el costo de financiamiento para las economías emergentes y tensiones financieras en un escenario de elevada incertidumbre global”, agregó el Palacio de Hacienda.
“El gobierno nacional considera apropiado, a efectos de los objetivos económicos y sociales trazados, mantener las metas anuales del programa económico, entendiendo que las mismas son los pilares sobre los cuales se asienta un proceso de estabilización que refuerce la tendencia de crecimiento económico y de recuperación sostenible de los ingresos de los trabajadores y el fortalecimiento de la seguridad social”, continuó Economía. “El cambio en las condiciones imperantes conlleva la necesidad de una continua adaptación de la administración macroeconómica”, admite.
“Con el fin de fortalecer la planificación presupuestaria y alcanzar los objetivos fiscales planteados en el marco del programa económico, es necesario adaptar el marco presupuestario a las condiciones actuales”, explica Economía, aunque el DNU del presupuesto también era una exigencia del convenio con el FMI. “El impacto de la guerra en los precios internacionales del gas natural licuado (GNL) y otros combustibles líquidos generó un incremento del gasto en subsidios, que se desacelerará a lo largo del año”, prometió Economía. “Asimismo, el incremento en los precios internacionales de los alimentos impactó sobre el costo de la canasta básica. Para lidiar con las consecuencias distributivas, el gobierno nacional instrumentó un refuerzo transitorio de ingresos para trabajadores informales, beneficiarios de programas sociales y jubilados y pensionados que cobran hasta dos jubilaciones mínimas. Esta situación provocó una aceleración del crecimiento del gasto en términos reales que repercutió en el resultado fiscal del segundo trimestre del año. Frente a los comportamientos de gastos y recursos en las circunstancias descriptas, y a efectos de mantener un carácter de sostenibilidad de la política fiscal que le permita al Estado atender objetivos de desarrollo económico y social, el gobierno nacional ha decidido una actualización presupuestaria. En este sentido, el resultado presupuestario es consistente con una proyección de déficit primario base caja del Sector Público Nacional (SPN) de 2,5% del PIB”, prosigue el ministerio, sin especificar en qué áreas aplicará ajuste más allá de los subsidios energéticos.
AR