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Opinión
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¿Econochantas?: advierten que ni bajó tanto la deuda, ni subió la jubilación, ni se puede crecer con cepo

El presidente Javier Milei, esta semana en la Bolsa de Comercio de Rosario.

Alejandro Rebossio

30 de agosto de 2024 13:26 h

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“Hoy hemos finalizado la firma de un acuerdo de confidencialidad para asegurar los fondos necesarios para la dolarización”, había dicho Javier Milei en junio de 2023. Andá a buscarlos. “¿Quieren saber cómo va a crecer la economía? Va a crecer como pedo de buzo”, prometió en abril pasado, pero al menos no precisó cuándo. El Toto no se queda atrás. El ministro de Economía, Luis Caputo, celebró en abril que un usuario de X llamado Bot Jumbo informaba que los precios bajaban 5%. La inflación ese mes fue 8,8%. En mayo ya divisaba una recuperación acelerada: “Veo una V”, pero esta semana admitió que “tardará meses en llegar a la gente”. En junio anunció el fin de las tasas de interés negativas (por debajo de la inflación). Ningún banco o billetera virtual te las ofrece.

En julio, Caputo proclamó la emisión cero porque primero dejó de financiar al Tesoro y a partir de entonces el Banco Central (BCRA) le transfirió la deuda al Tesoro, con lo que dejó de emitir para remunerar intereses. Pero fuentes del sector bancario advierten que en agosto emitió $400.000 millones para comprar dólares y otros $200.000 millones para pagar todavía pasivos de la autoridad monetaria. Un día después de aquel anuncio de Caputo en julio, su secretario de Finanzas, Pablo Quirno, informó por X que iba comprar los dólares para saldar el fuerte vencimiento de deuda externa de enero próximo y que los giraría a Nueva York, pero aún no los transfirió. Mientras, sobrevuelan los riesgos de embargos por fallos adversos que dejó en herencia el kirchnerismo.

En junio, Caputo ya decía que las jubilaciones le ganaban a la inflación en su gobierno: “Desde que asumimos las jubilaciones subieron 4% en términos reales”. Ni los senadores del PRO le creyeron y votaron hace una semana una ley para aumentarles 7,2% y compensar el salto inflacionario de enero. Milei prometió vetarla y después mandó a la Policía Federal a reprimir a los jubilados que protestaron este miércoles. Si la frena, consolidará la pérdida de poder de compra que él y su ministro de Economía niegan.

La mitad de la jubilación

Carlos Martínez, economista especializado en seguridad social de la Universidad de General Sarmiento, calcula que, de los 7,5 millones de jubilados, los más de 3 millones que cobran la mínima y que en el gobierno anterior recibían bonos de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) y del Programa de Asistencia Médica Integral (PAMI) resignaron el 28,3% de su capacidad adquisitiva en relación a noviembre pasado. Otros dos millones que reciben la mínima y el bono de Anses compran 21,6% menos. El resto, 9,1%.

Como en el gobierno de Mauricio Macri ya habían perdido un cuarto del haber y en el de Alberto Fernández sólo se recuperaron los que percibían los extras de la Anses y del PAMI, y los demás se siguieron hundiendo –las prestaciones medias y altas incluso más que con Cambiemos–, desde 2015 hasta lo que lleva de gobierno libertario, todos están cobrando en términos reales la mitad que hace nueve años. No está siendo fácil sobrevivir para los mayores en la Argentina. Tampoco para los niños y adolescentes: el 58% son pobres, más que el 41% del total de los argentinos, según los datos oficiales al segundo semestre de 2023. El 26 de septiembre se sabrá cuánto se incrementó la pobreza en la primera mitad de 2024.

El Presidente preguntó a la oposición qué impuesto quiere aumentar para compensar un mayor gasto jubilatorio. Podrían no haber rebajado el impuesto a los más ricos, el de Bienes Personales. O quitar rebajas tributarias a ganancias financieras y de los jueces, al IVA a la educación y la salud privadas, los juegos de azar y las obras de arte, a las contribuciones patronales de los servicios audiovisuales, a los Bienes Personales por depósitos y campos, a la promoción de Tierra del Fuego o de la economía del conocimiento, incluidas las grandes firmas tecnológicas. Pero justo el jefe de Estado visitará las oficinas de Mercado Libre el próximo miércoles junto a su dueño, Marcos Galperin, en plena pelea con los bancos.

Es difícil compensar con ajuste de gastos porque caen casi todos. Casi, no todos, teniendo en cuenta el decreto de necesidad y urgencia (DNU) que elevó en $100.000 millones las erogaciones de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), a cargo de Sergio Neiffert, otro hombre del asesor Santiago Caputo, que desde que llegó al Gobierno subió de monotributista a autónomo por su mayor facturación. Mientras, el Ministerio de Economía estrenará este viernes un canal de streaming, bajo la conducción de Felipe Núñez, director del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), el “halcón”, como lo llama el jefe del Palacio de Hacienda. “No tiene presupuesto, lo hacemos con lo que tenemos”, aclaran en Economía acerca del costo de la nueva emisión audiovisual.

También hay polémica sobre los números de la deuda pública. El pasado día 15, la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) publicó un informe sobre la evolución del pasivo en el primer semestre. Allí se señalaba: “El stock de la deuda pública pagadera en pesos ascendió a $166,5 billones, lo que representó un incremento de 98,6% con respecto al cierre de 2023. Por otro lado, el stock de la deuda en moneda extranjera disminuyó en 3,6% en el mismo periodo”. Medida en dólares, el total subió 18,8%, tal como refleja el siguiente cuadro.

Pero en un apartado, la OPC destaca que este aumento fue en parte la contrapartida del “saneamiento del balance del Banco Central”, una de las obsesiones de Milei en su lucha contra la elevadísima inflación que heredó del gobierno de Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y su ministro de Economía, Sergio Massa.

“Durante el transcurso del primer semestre de 2024, el Ministerio de Economía ha realizado una serie de operaciones coordinadas con el Banco Central, y, de esta manera, que el Tesoro de la Nación sea quien asuma dichos pasivos”, comenta la OPC, que dirige Gabriel Esterelles y que tiene a cargo del asunto de la deuda a Joel Vaisman, secundado por Eugenia Carrasco y Emilio Nastri.

Aquí, el gráfico que muestra cómo descendió la bola de las Letras de Liquidez (Leliq) y los pases pasivos del Central a costa de aumentar las Letras de Capitalización (Lecap), que capitalizan los intereses y, de ese modo, reducen el déficit fiscal financiero, aunque aumentan las amortizaciones. En el mercado están atentos a cómo se pagarán el próximo vencimiento de Lecap.

La deuda del Tesoro

¿Preocupa esta alza de la deuda del Tesoro? “Nada, es todo el efecto del tipo de cambio”, responde Andrés Borenstein, de la consultora Econviews, en referencia al impacto de la apreciación real del peso en relación al dólar. Alfredo García, economista jefe del Banco Credicoop, también matiza: “Hay que considerar que en diciembre el endeudamiento en pesos bajó significativamente por la devaluación. Por ejemplo, la deuda total en noviembre de 2023 fue de US$423.000 millones equivalentes. Más específicamente, la deuda en pesos cayó de US$159.000 millones equivalentes en noviembre a US$104.000 millones equivalentes en diciembre. Si comparamos con noviembre, la deuda total equivalente en dólares aumentó US$29.000 millones, principalmente la de pesos, en gran parte ajustable por CER (inflación) mientras que el tipo de cambio avanzó a un ritmo de depreciación del 2% mensual”.

“Por ahora no preocupa”, analiza un trader de una de las principales sociedades de bolsa local. “Mucho de ese aumento de deuda es por lo que se fue de pases del Central al Tesoro. La diferencia es que el Tesoro puede pagar la deuda con su superávit... el Central sólo puede pagar emitiendo, lo que puede ser inflacionario, o vendiendo reservas”, continúa el broker. Es decir, el nuevo pasivo se abonará con más ajuste fiscal o refinanciándolo en el mercado.

“En realidad ningún gobierno puede repagar la deuda. La pregunta es si puede acceder a los mercados internacionales”, advierte Fausto Spotorno, el economista del estudio Ferreres que dejó el Consejo de Asesores Económicos de Milei tras críticas públicas al anuncio de Caputo sobre la emisión cero.

Al empresario textil Teddy Karagozian le sucedió lo mismo después de alertar sobre los despidos en empresas, el atraso cambiario y lo que él considera una reforma laboral insuficiente. El jefe de Spotorno, Orlando Ferreres, suma luces amarillas: “Sí, preocupa la deuda, especialmente a los tenedores de bonos por más que los mercados han bajado algo el riesgo país, pero aún es muy grande para encarar más préstamos, salvo con garantías adicionales”.

Lorenzo Sigaut Gravina, de la consultora Equilibra, apunta a los vencimientos de deuda externa con el sector privado en enero y julio de 2025: “El problema no son los pesos, porque el Tesoro hoy tiene superávit en pesos. Pero para esos vencimientos necesitás tener dólares. Y hoy sólo se los puede pedir al Banco Central, pero las reservas netas están alrededor de US$4.000 millones negativas, después de llegar a cero a fines de mayo, tras recibir US$10.000 millones negativas del anterior gobierno. Para fin de año las perspectivas no suelen ser buenas: entre septiembre y noviembre vas a tener más pagos de importaciones porque redujiste los plazos (para abonarlas)”.

Amnistía fiscal

La reducción del impuesto PAIS a los productos importados también postergó compras externas de agosto para el mes próximo. En el sector financiero esperan, no obstante, que esta rebaja tributaria disminuya la inflación mayorista, aunque no tanto al consumidor. De todos modos, aguardan que en términos fiscales se compense con un nuevo tarifazo en luz, gas, agua y transporte público, el aumento de Ganancias para los empleados, el anticipo de Bienes Personales y las multas del blanqueo.

Hay que ver cuántos adhieren a esta amnistía fiscal. En las huestes del PRO calculan que quizás se blanqueen entre US$10.000/20.000 millones, menos que los 110.000 millones que con Macri en 2016/2017, cuando no había cepo. Son los mismos que advierten sobre la caída de la popularidad de Milei en los últimos dos meses, pero no se atreven a difundirlo por temor a los trolls. Igual sueñan con entrar al Gobierno con Guillermo Dietrich en Transporte y Jorge Triaca en Trabajo.

Sigaut Gravina tampoco prevé un éxito como aquel y además observa que a los US$1.500 millones de intereses que el Gobierno quiere depositar en Nueva York para intereses deberán sumarse US$2.800 millones para abonar el capital ese mes. A eso se suman las intervenciones del Central para intervenir en el mercado cambiario.

De ahí que el economista de Equilibra tema que a fin de año las reservas netas vuelvan a ser negativas en US$10.000 millones. “Siempre pueden conseguir un financiamiento externo de alguien, pero el Fondo (Monetario Internacional, FMI), no parecería ser salvo que en noviembre gane (Donald) Trump, pero recién asumiría en enero”, concluye Sigaut Gravina. Por las dudas, Caputo viajará el 8 de septiembre a Arabia Saudita a pedir prestado.

Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva de Eco Go, publicó el pasado día 18 en el diario La Nación un artículo titulado “Sin financiamiento a la vista, el esquema actual luce muy audaz y peligroso”. Varias de sus ideas las había adelantado en una entrevista previa con elDiarioAR. Pero en el periódico de los Saguier apuntó en un contraataque a tweets del streamer Núñez: “Se olvida de que detrás de la eliminación de los pasivos remunerados (del Central) hay un aumento equivalente de la deuda del Tesoro, y de que los precios de los bonos se duplicaron, pero hoy cotizan al 50%”.

Más adelante siguió: “Dado el stock de deuda heredado (la del BCRA y la del Tesoro), la consolidación fiscal no es suficiente para asegurar la desaparición de la dominancia fiscal. Pasar la deuda del BCRA al Tesoro no sirve si no se desploma el riesgo país y si el Tesoro no puede armar un programa financiero que no dependa del cepo para refinanciar los mayores vencimientos de deuda. Con un riesgo país en 1.470 puntos (ahora está en 1.444) los vencimientos de la deuda en dólares se siguen pagando con reservas, y cuando dejamos de comprar dólares el mercado pasó factura. Los vencimientos de deuda en pesos, mayoritariamente en el balance de los bancos, se refinancian dentro del cepo. Remunerar la nueva deuda en pesos bien por encima del crawling peg (depreciación gradual del peso) al 2%, es algo que volvió a inflar la deuda medida en dólares oficiales tras la licuación inicial, y al día de hoy el stock de deuda relevante (Tesoro con el mercado y organismos más BCRA) alcanza a US$270.000 millones, sólo 5% por debajo de los niveles de partida.La concentración de vencimientos de deuda en pesos en lo que resta del año alcanza a casi 5 puntos porcentuales del PBI, casi diez veces el superávit primario (antes del pago de intereses) remanente incluido en los objetivos del Gobierno. El año que viene vencen 6 puntos porcentuales del PBI adicionales”.

A las pocas horas le contestó por X, sin nombrarla, nada menos que Federico Furiase, director del Central, que fue empleado de la consultora de Dal Poggetto entre 2017 y 2021: “Reducción del overhang (sobrante) monetario en 10% PIB con solvencia fiscal intertemporal. Con superávit fiscal primario (1,4% del PIB acumulado) y endeudamiento neto del Tesoro a tasas sostenibles, la deuda consolidada (Tesoro+BCRA) neta en pesos bajó de 42,7% en diciembre a 32,3% del PIB en julio”.

Dal Poggetto no le contestó ni quiso responder a las nuevas consultas de elDiarioAR sobre la polémica. Pero clientes suyos recibieron un informe que alerta que, si bien la deuda total (no sólo la de pesos) del Tesoro y el Central medida en dólares bajó en relación a noviembre, la “relevante”, es decir quitando la que se debe a organismos públicos, apenas disminuyó en moneda dura e incluso se elevó en relación al PBI, desde el 36,3% al 39,8%. He aquí el cuadro de Eco Go.

Detrás de las dudas sobre el pago de la deuda están las referentes al cepo cambiario, dado que dificulta la consecución de dólares para abonarla.

En 2022, Milei sostenía que el control de cambios atentaba contra el crecimiento. Hace un par de semanas, aclaró que “es falso que no se puede crecer sin cepo”. Sabe que eliminarlo implicará un salto inflacionario.

Un consultor de Wall Street, José Barrionuevo, CEO de BrightHill Capital, lo cuestiona, pese a elogiarlo: “Hay varios aspectos positivos de Milei; que sepa no se puede crecer con inflación, que evitó la hiperinflación, ahora hay una tasa del 4% mensual, que empieza a tocar fondo, pero hizo un avance extraordinario en sólo nueve meses, y eso se ha logrado por un gran esfuerzo fiscal, fundamentalmente reduciendo gasto público, ya está sacando impuestos. También mucho se avanzó en reformas estructurales”, apunta a la laboral y a las desregulaciones sectoriales.

“En la parte donde se está atrasando un poco es en la monetaria. No hay salida clara del control de cambios. Argentina tiene que volver a crecer y para eso va a depender del flujo financiero, del capital extranjero, y nadie te va invertir con controles. El éxito de estos planes es atraer capital, aunque sea especulativo, porque aprecia el tipo de cambio, aumenta las reservas, atrae más crédito, empiezas a crecer desde un nivel bajo, la gente empieza a ver resultados positivos. Para eso necesitas un nuevo programa con el FMI para dar claridad al inversionista porque no tienes reservas”, señala Barrionuevo y agrega: “Vas a necesitar US$15.000 millones si quieres un tipo de cambio con flotación sucia. El problema es que Milei ha tenido diferencias con el FMI, que le pide definiciones cambiarias. No puedes hacer la dolarización endógena que él quiere (es decir, esperar que los argentinos vendan sus dólares) porque para que lo hagas necesitas apreciar el tipo de cambio brutalmente, eso trae una recesión muy fuerte, así como cuando terminaba la convertibilidad, eso es pedirle a la gente demasiado, es una locura. Jamás viste crecimiento con cepo, va en contra de la libertad de mercado, nadie va a invertir si no puede recuperar el dinero. Si Milei es el líder de la libertad mundial, no puede seguir con un esquema de los gobiernos de izquierda. Ni puede echar porque piensa distinto, eso genera desconfianza. Lo echó a (Joaquín) Cottani, el padre de la convertibilidad, porque quería salir del cepo”, recuerda Barrionuevo, exejecutivo de BBVA, Barclays JP Morgan al exsecretario de Política Económica, que esta semana fue reemplazado por el chileno José Luis Daza, el excolega de Luis Caputo en Wall Street que iba a ser ministro de Economía de un eventual gobierno del ultraderechista José Antonio Kast en su país.

Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli la rompieron en la selección chilena en su momento. Pero ocupar un alto cargo público de una república soberana no es fútbol.

AR/MG

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