El gobierno de Javier Milei eliminó los fondos fiduciarios con la excusa de que son un “curro”, “cajas de la política” o de la “casta”. Se trata de fondos creados por ley con una asignación específica, que están afuera del control del Tesoro, con cuestionamientos sobre su rendición de cuentas, pero que cumplen funciones vitales para subsidiar el colectivo, el tren, la garrafa y el gas natural en zonas frías y para facilitar el acceso a la vivienda social, a la casa propia de la clase media vía plan Procrear, a la conexión a Internet en regiones remotas a las que no van las empresas privadas y obras contra las inundaciones. Con sus habituales clichés contra los políticos, Milei busca seguir aplicando un ajuste brutal contra los que menos tienen.
Los principales fondos son: el Fondo Fiduciario del Sistema de Infraestructura de Transporte, que en principio iba a fomentar las obras viales pero terminó sirviendo para subvencionar los boletos de colectivos y trenes; el Fondo Fiduciario Subsidios Consumos Residenciales de Gas Licuado de Petróleo (GLP), es decir, la garrafa, que favorece a los que menos tienen, habitantes de villas, asentamientos y de zonas del país sin gas natural (por tubería) como el noreste (NEA); Fondo Fiduciario Subsidios Consumo Residenciales de Gas, que ayuda a la Patagonia, la Puna o el departamento Malargüe, en Mendoza; el Fondo Fiduciario para la Vivienda Social, que construye casas en barrios precarios; y el Fondo Fiduciario Régimen de Regularización Dominial Integración Socio Urbana, que contribuye a la urbanización de villas. Los subsidios y las obras se concretan, aunque puede haber curros como en otros gastos del Estado. La diferencia radicaba en que los gobiernos no podían cambiar la asignación de los recursos a otros gastos, tal como lo advierte un informe que la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) publicó a principios de 2023.
“Frente a los problemas de escasez de recursos y por la necesidad de contar con mayor flexibilidad en la gestión financiera, el Estado Nacional, ya sea por su propia decisión o por la del Congreso, ha cedido parte de su recaudación o transferido fondos del Presupuesto Nacional para afectarlas al cumplimiento de fines específicos, profundizando la rigidez presupuestaria en el manejo de sus recursos y disminuyendo el espacio fiscal para financiar otras políticas”, explicó la OPC en su documento. “Se deberían contemplar mecanismos que confieran mayor flexibilidad en la ejecución presupuestaria”, aconsejó el organismo cuando lo dirigía Marcos Makón. También se advirtió. sobre su opacidad a la hora de rendir cuentas, a diferencia de los recursos que maneja cada ministerio en la administración central del Estado: “La importancia económica y presupuestaria que tiene este sector institucional amerita realizar los esfuerzos necesarios para incrementar la transparencia y comprensión del destino de los recursos presupuestarios asignados.
Pero una cosa es mejorar la transparencia y flexibilizar el destino de los recursos que tienen asignación específica y otra dejar de financiar las obras y los subsidios que se venían materializando. De los 28 fondos fiduciarios existentes, el periodo en el que más se crearon fue en el gobierno de Mauricio Macri:
- Fondo Fiduciario para la Vivienda Social.
- Fondo Fiduciario para el Desarrollo de Capital Emprendedor (FONDCE): ayudas micro, pequeñas y medianas empresas.
- Fondo Fiduciario de Desarrollo Productivo (FONDEP), que también ha apoyado a pymes y a monotributistas.
- Fondo Fiduciario de Infraestructura de Seguridad Aeroportuaria.
- Fondo Fiduciario Nacional de Agroindustria (FONDAGRO), con el que se asistió, por ejemplo, el año pasado a los afectados por la sequía.
- Fondo Fiduciario para la Cobertura Universal de Salud, del que se conoce poco y nada.
- Fondo Fiduciario de Energías Renovables, que ha permitido desarrollar parques eólicos y solares.
- Fondo Fiduciario para la Generación Distribuida de Energías Renovables; con fines similares.
- Fondo de Garantías Argentino (FOGAR), que sirve para garantizar créditos de pymes.
- Fideicomiso PPP Red de Autopista y Rutas Seguras
- Fondo Fiduciario para la Protección Ambiental de los Bosques Nativos, que subsidia a los dueños de campos que mantienen la forestación original.
En el gobierno de Alberto Fernández se crearon el Fondo Nacional para el Manejo del Fuego, el Fondo para la Promoción de la Economía del Conocimiento y el Fondo Fiduciario de Asistencia Directa a Víctimas de Trata. Entre los fondos a los que más recursos giró desde la administración nacional aparecen el Procrear, el del subsidio al transporte público, el FONDEP, el de vivienda social y el de infraestructura hídrica, para combatir los impactos de las inundaciones.
“Muchos son simplemente fondos que no tienen mayores objetivos que el de financiar transferencias”, se refiere el exviceministro de Economía del gobierno anterior Fernando Morra a giros a provincias, municipios, individuos y empresas. “Hay un tema que es la capacidad del Ejecutivo de controlar el presupuesto y sus objetivos, que es importante. Si tenés descentralizado y fuera de tu órbita un montón de cosas, el presupuesto de la Administración Pública Nacional (APN) no sirve para nada. Eso tiene que ver con la afectacion de los recursos. Te atas las manos. Yo estoy de acuerdo en que tendrías que ir en la dirección de darle menos incidencia a la afectación especifica: eliminar la afectación y ejecutar desde el Tesoro, no desde los fondos fiduciarios, pero eso tiene que ser gradual y no necesariamente tiene que ver con cerrar la función de los fondos. Tengo la impresión de que se hace porque se quiere recortar funciones. No es que no querés que los fondos estén afuera de la APN. Es que no querés que haya, por ejemplo, subsidios al transporte. Y esa es otra discusión diferente. Para el Presidente, todo lo publico es una estafa. Lo que quiere es cerrar el Estado. Arranca por los fondos fiduciarios. No porque quiera que el gobierno nacional sea más fuerte sino porque lo quiere más chico”, advierte Morra.
El diputado y economista radical Martín Tetaz también opina: “No estoy de acuerdo con la figura de los fondos fiduciarios, ni con las asignaciones específicas, porque son prácticas que ensucian y hacen mas rígido el presupuesto. Lo ideal es que llegue una nueva ley de presupuesto donde se reasignen las partidas de cada uno de esos fondos, en el caso en que continúe la política pública y se restituyan los fondos acumulados y no ejecutados a rentas generales. Si no, sigue la política. Hay una confusión entre la partida presupuestaria y la institución que la gestiona, que es el fondo fiduciario. Son dos cosas distintas. Vos podés eliminar la partida, bajás el subsidio, sin cerrar la burocracia que la administra, por ejemplo el BICE (Banco de Inversión y Comercio Exterior, que administraba 15 fondos). O podés cerrar la burocracia sin eliminar la partida y la partida pasa a gestionarla el ministerio respectivo. O podés eliminar las dos cosas. Obviamente, el monto significativo no es la burocracia, el fondo fiduciario en sí, sino la partida que financia la política concreta”.
El economista Rafael Flores, experto en presupuesto, también matiza: “Los fondos fiduciarios no están mal en sí. Lo que buscan es tener una disponibilidad de dinero para un fin muy específico y que no se pueda usar para otra cosa. El gran problema que tienen es la falta de transparencia: no se sabe en qué gastan, qué compran, a quién, quiénes trabajan allí, salvo los cargos más importantes. Hay una opacidad enorme, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de plata que se maneja (2% del PBI, según el Gobierno). Hay fondos con mucha plata y otros con poca, como el de la actividad ovina. En la medida en que sean más transparentes, uno puede discutir si es mucho o poco lo que se gasta en cada fondo. Pero ahora se plantea su eliminación total, sin tener en cuenta todo lo que hay detrás”.
AR/MG