Cayó el consumo interanual 15% en enero de la leche, un alimento básico, producto de la inflación y el derrumbe del poder adquisitivo, estimaron desde el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA).
“La leche contiene lactosa, un azúcar primordial para el desarrollo de las neuronas; proteínas fundamentales para el metabolismo y evitar la anemia; y también calcio, clave para el crecimiento de los huesos”, dijo Fernando Burgos, pediatra, presidente de la subcomisión de Medios y Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). Por el aumento de precios, mucha gente debió resignar el consumo de “leches pasteurizadas y aquellas con pre y probióticos, que tienen fórmulas superadoras”, agregó.
Esa suba, en enero, estuvo levemente (cinco puntos porcentuales) por encima de la inflación interanual. El sachet que mide el Indec pasó de 240 a 865 pesos, promedio, 259% de aumento, cuando el salario real, al menos en diciembre, había recuperado solo 150%.
La segunda cuestión distintiva acerca de la leche es que, mientras artículos accesorios -como podría ser el enjuague bucal- ajustan su producción a la demanda (o sea que si la gente compra menos porque no tiene plata, se bajará el ritmo de producción), la leche mantiene una lógica bastante distinta. Y es que “las vacas no tienen grifo”, graficaron desde el OCLA, marcando que la oferta, en litros, suele tener alguna estabilidad, sin contar las fluctuaciones lógicas del ciclo anual de las vacas, que tienen su máximo pico productivo en octubre y su punto más bajo, en abril.
Datos de enero muestran una baja interanual en la producción de leche silenciosa pero alarmante, del 12,6%, cuando la oscilación usual en esta época del año es 9% a 10%. Se suma otro factor más, que también vino restando litros de leche en las góndolas: un alza del 10% en la exportación del sector.
Desde el OCLA explicaron que, en el contexto del generalizado aplastamiento del consumo, miles hogares argentinos resignaron en algún punto su consumo usual de leche. Se produjo menos, pero nadie lo notó por la baja demanda.
La menor producción de leche de enero (aclara un reciente informe del OCLA) fueron las altas temperaturas, cuestión que afecta en forma directa a los animales (producen menos), y se sumaron “las adversas relaciones de precios y costos que subieron por el efecto devaluatorio e inflacionario” en el sector.
En Argentina se consumen 190 litros de lácteos por habitante y por año. Es un consumo alto en comparación a otros pares regionales (salvo Uruguay), pero está mayormente compuesto por queso (14 kilos por habitante, o unos 140 litros de leche) y en menor medida, por leche: menos de 50 litros anuales, una cifra chiquita al lado de los 120 litros de un estadounidense promedio.
NB