El impacto del encarecimiento de la nafta: la Argentina, entre la crisis por la caída en las ventas y la supuesta normalización
El alza del 150% en los precios en la Argentina, sumada a la devaluación del 54%, llevó a que nuestro país tenga el gasoil más caro de la región y el tercer precio más alto para la nafta. Esta situación redujo drásticamente el turismo de compra desde Uruguay y disminuido el consumo interno, afectando especialmente las provincias fronterizas y el sector agrícola.
Hace poco menos de un año que los entrerrianos —sobre todo los de Concordia, Colón y Gualeguaychú, ciudades con puentes comunicantes con Uruguay— dejaron de ver horas de filas de autos con patente uruguaya que venían a cargar nafta en la Argentina. Aprovechaban el precio local, que llegó a ser hasta cuatro veces más bajo que en países limítrofes. La suba de más de 150% del valor de la nafta super en estaciones de servicio desde diciembre, junto con la combinación de una devaluación del 54% seguida de un dólar planchado, hizo que la Argentina ocupe hoy el podio al ofrecer el litro de gasoil más caro de la región, y se ubique tercero al comparar el litro de nafta, solo por debajo de Chile y Uruguay.
La ausencia de patentes uruguayas de compras por Entre Ríos comenzó a notarse a principios de este año: “Ya para marzo de 2024 había un 80% menos de 'turistas de ocasión' en la provincia”, asegura a este diario Adriana Sors, presidenta de la Cámara de Estaciones de Servicio de Entre Ríos (Cecaer). “Hoy nuestras estaciones solo realizan ventas al público local y a algún ocasional turista”, apunta.
El cambio de tendencia tampoco hizo que los argentinos crucen las fronteras para aprovechar la diferencia: “No es frecuente el cruce o, al menos, como lo fue el aluvión que vivimos a la inversa. El combustible en Uruguay sigue siendo más caro que aquí, pero hasta en el gasoil la brecha se acortó de manera que a ninguna de las dos partes les conviene el viaje solo para llenar el tanque”, asegura.
En números, Uruguay se ubica en el podio de la región, con un valor del litro de nafta de US$1,80 al tipo de cambio oficial, mientras que en el último escalón lo ocupa Venezuela, con US$0,04, de acuerdo con el último corte del sitio de estadísticas Globalpetrolprices, al 4 de noviembre. La Argentina se encuentra tercero con un precio equivalente a US$1,16 el litro, seguido de Ecuador, Colombia, Bolivia y Venezuela. En el caso del gasoil, el precio por litro de Argentina se ubica en US$1,21, el más caro de la región superando a Uruguay, Chile, Perú, Paraguay, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela.
Crisis
Si bien el mercado mayormente festeja esta “normalización” de precios que liberará las regulaciones del mercado, los estacioneros se preocupan por la baja de la demanda: es que las ventas de combustible al público acumulan tres meses consecutivos a la baja. Según la Secretaría de Energía en base a datos de las empresas, en septiembre, las ventas cayeron un 9% promedio interanual.
“No es solo porque no vienen más extranjeros, también es porque hay menos consumo interno con esta crisis”, asegura a este diario Sandro, un estacionero de Entre Ríos. Es que haciendo doble click a la caída de la demanda para el mes, la más pronunciada fue en el gasoil, con un 11% de merma interanual. Este fenómeno está relacionado con la recesión, ya que las ventas de este tipo de combustibles se asocian directamente al ritmo de la actividad económica dado que se utiliza sobre todo en camiones, transporte público y maquinaria agrícola.
La caída de la venta de naftas, en cambio, fue de 7% en septiembre centralmente como consecuencia de la caída de la demanda de nafta premium, que se ubicó un 20% por debajo del valor registrado en septiembre de 2023, según la consultora Economía y Energía. “En este sentido, el consumo de naftas no evidencia una tendencia hacia la recuperación. Por el contrario, en los dos últimos meses se observan contracciones interanuales superiores a las verificadas en los meses previos”, asegura el último informe de la consultora al que accedió elDiarioAr.
El factor de los extranjeros se hace notar al comparar la baja de ventas por provincia. Según el último informe de Ventas al público de combustibles de Politikon Chaco, las mayores caídas se registraron en las provincias fronterizas de Formosa (29,1%), Misiones (28,1%), Entre Ríos (22,5%) y Corrientes (22,3%).
A la merma interanual en los volúmenes de ventas se le suma “el incremento de todos los costos operativos que crea un desfasaje en el punto de equilibrio del negocio, que es muy preocupante”, alerta Sors. Más atrás en la cadena —productoras y refinadoras— celebran este aumento porque entienden que se trata de una “normalización” del sector.
Por qué aumentaron las naftas: Export Parity, tipo de cambio e impuestos
Si la política energética fue uno de los ejes más sensibles y determinantes de las últimas administraciones, el precio de los combustibles es el termómetro que mide el pulso de la agenda económica y social en el país. Cada ajuste en los valores no solo impacta directamente en el bolsillo de la gente, sino que también actúa como un indicador de las tensiones y desafíos que enfrenta la gestión gubernamental en este ámbito.
Especialistas en el sector resaltan tres elementos centrales permiten entender la dinámica de aumento de precios estos últimos meses: la política de paridad de exportación, el componente tipo de cambio en el costo y la actualización de los impuestos a los combustibles.
Paridad de Exportación: el impacto de los precios internacionales
Históricamente, el precio de los combustibles en la Argentina estuvo desacoplado del mercado internacional a través de diferentes mecanismos de control de precios indirectos que buscaban amortiguar el impacto de las fluctuaciones globales en el bolsillo de los consumidores. Como explicó Flavia Royón, exsecretaria de Energía durante el gobierno de Fernández y de Minería los primeros tres meses de Javier Milei, “la política energética queda muchas veces subordinada a decisiones políticas para contener la inflación”. El “control” de precios se logra gracias a la posición dominante que tiene la petrolera con mayoría estatal YPF, con más del 55% del mercado de refinación.
Sin embargo, esta situación cambió con el nuevo gobierno. Hoy, los precios internos del crudo están cada vez más alineados con la paridad de exportación, es decir, el precio al que las petroleras podrían vender su producción en el mercado internacional. La brecha, que llegó a ser del 40%, se ha reducido a menos del 10% en los últimos meses.
El alineamiento con la paridad de exportación, si bien favorece a las empresas del sector y es un incentivo que el Estado quiere dar para aumentar la competitividad y atraer más inversiones para desarrollar Vaca Muerta, tiene un costo para los consumidores, ya que el precio del combustible refleja más directamente las fluctuaciones del mercado internacional.
El Componente del Tipo de Cambio
El contexto macroeconómico argentino es fundamental para entender el aumento de los combustibles. Como explicó el exministro de Energía de Cambieos Juan José Aranguren, “el costo del combustible tiene cuatro componentes: el precio del crudo, el precio de los biocombustibles (en dólares y pesos), los impuestos y el tipo de cambio”.
Dado que el barril de crudo cotiza en dólares, mientras que la nafta se vende en pesos, el tipo de cambio es un factor determinante para el valor de venta en el surtidor. Cuando el tipo de cambio se devalúa más rápido que la inflación, las refinerías trasladan esos costos al precio en surtidor. Esto es lo que ocurrió en diciembre, cuando la devaluación del 54% tuvo un impacto directo en el precio de la nafta. En los últimos meses sin embargo el tipo de cambio aumenta a un ritmo menor que la inflación: “Hoy desaparece el tema en la ecuación. Sin embargo queda uno pendiente, que es el de los impuestos”, asegura Aranguren.
Los Impuestos: el ajuste que faltaba
Los impuestos al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), que representan una parte significativa del precio final, deberían actualizarse cada tres meses según la variación del índice de precios al consumidor acumulada del trimestre anterior, como se estableció en el decreto N° 501, de mayo de 2018. Con el foco puesto en el control de la inflación, estuvieron congelados desde julio de 2021 y durante más de diez trimestres.
Durante la gestión de Javier Milei, se realizaron tres actualizaciones en los impuestos a los combustibles en mayo, agosto y octubre, con incrementos de entre el 3% y el 3,5% en diferentes momentos del año. Sin embargo, aún restan ajustes por implementar, previstos para 2025, que empujarán al alza el valor en surtidor.
NR/JJD
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