El ministro Luis Caputo salió de la cumbre con la Unión Industrial Argentina (UIA) con un rosario de pedidos y reclamos para favorecer a un sector que sufrió bastante el año pasado la motosierra de Javier Milei, y que ahora está más en alerta por las turbulencias en la economía internacional a partir de la violenta política arancelaria de Donald Trump. Los industriales le expresaron hoy al titular de Economía la necesidad de mejorar la competitividad y reducir el costo argentino para “equilibrar las condiciones internas frente a la importación”.
La agenda entre la UIA y el ministro (y parte de su gabinete) se basó en la situación del sector frente al nuevo tablero que propone la mayor economía del mundo, así como la profundización del ajuste de Milei. En 2024 la actividad industrial tuvo una caída de 9,4% del producto y se perdieron 30 mil puestos de trabajo. En ese marco los industriales exigieron baja de gravámenes, luego de que el propio Caputo redujera las retenciones al campo hace apenas dos semanas.
El ministro intentó recojer el guante y aseguró que “este Gobierno está a favor de la industria y del sector privado”. No trascendieron qué guiños efectivos la Casa Rosada le hizo al sector.
Durante el encuentro, los industriales le hicieron un guiño al funcionario de Milei al destacar los resultados alcanzados en materia de equilibrio fiscal y comercial, la normalización de la deuda comercial, la reducción de la inflación y la brecha cambiaria, entre otros, pero también plantearon algunas quejas. El presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, expresó: “La industria no quiere protección ni condiciones especiales sino igualdad de oportunidades para competir frente a un mundo convulsionado en materia comercial”.
El ministro de Economía dijo defender el rol del sector, pero sostuvo que la baja de impuestos también debe correr por cuenta de las provincias y municipios donde las industrias están establecidas: “El Gobierno vino a bajar impuestos, en consecuencia necesitamos también el esfuerzo de las provincias y los municipios para reducir tasas e ingresos brutos”.
Caputo estuvo en la UIA con el secretario de Coordinación Productiva de la Nación, Pablo Lavigne, y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno.
Además de los números en rojo que dejó el año pasado, la UIA señaló que más del 46% del costo de los bienes industriales corresponde a impuestos y que el sector industrial es el que más aporta a la recaudación y el empleo, con 1,2 millones de trabajadores formales, generando dos empleos indirectos por cada puesto directo. Destacaron también que los precios de la industria estuvieron 50 puntos porcentuales por debajo del IPC durante 2024.
Ante el crítico panorama, la UIA planteó una serie de propuestas que, entienden, servirían para “mejorar la competitividad argentina en el corto y mediano plazo”: en materia tributaria exigieron la devolución de saldos a favor acumulados en impuestos nacionales con especial énfasis en Impuesto País, IVA y reintegros de exportación.
En el rosario de reclamos incluyeron la necesidad de permitir el cómputo del Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios como pago a cuenta de Impuesto a las Ganancias e IVA en un 100% para las PyMES y también con un esquema para grandes industrias, de forma potenciar a los sector formales, y la eliminación de derechos de exportación para las manufacturas de origen industrial (MOI), en un contexto de fuerte competencia global y suba de aranceles.
A nivel legislativo, la UIA pidió Impulsar el Proyecto de Ley de Promoción de Inversiones y Empleo y mientras se avanza, un esquema de amortización acelerada para la industria (en particular para PyMis), y la reducción del costo laboral no salarial: contribuciones patronales a cuenta de IVA para el sector industrial intensivo en trabajo.
Y frente a la competencia desleal, las autoridades solicitaron “utilizar de manera ágil el nuevo esquema antidumping; fortalecer los controles aduaneros para evitar el contrabando e implementar una mesa de seguimiento para formalizar y minimizar el impacto del comercio ilegal”.
MC