Este jueves se conocerá que la Argentina sufrió en 2022 la mayor inflación de la Argentina en 32 años, desde 1990, cuando llegó al 1.343%, es decir, a la hiperinflación. Pero antes de que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difunda el índice de precios al consumidor (IPC), la ciudad de Buenos Aires, que gobierna Horacio Rodríguez Larreta, dio a conocer este lunes su propio indicador. El resultado fue una suba del 5,8% en diciembre, en el mismo nivel que en noviembre, y un alza de todo 2022 del 93,4%. Se trata de un número superior al IPC nacional de 1991, cuando llegó al 84%, en descenso respecto de 1990 a partir de la convertibilidad, el régimen porque el que un peso equivalió a un dólar hasta que estalló en 2002. En 1992 bajó al 17,5% y en 1993, al 7,4%.
Veremos si la estabilidad inflacionaria de la capital se mantiene en todo el país, donde en noviembre el Indec midió un 4,9%. De hecho, el ministro de Economía, Sergio Massa, adelantó este fin de semana al diario Perfil que el IPC del último mes de 2022 fue menor al 5%.
La Dirección General de Estadística y Censos de la ciudad midió los mayores saltos en diciembre en restaurantes y hoteles (9%), educación (8,6%) y bebidas alcohólicas y tabaco (7,4%), en coincidencia con las fiestas de fin de año y el inicio del verano. Los menores aumentos ocurrieron en información y comunicación (2%), transporte (3,6%) y recreación y cultura (3,7%). Les siguieron los alimentos y las bebidas no alcohólicas, con un 4,7%.
AR