Análisis del “lunes negro”

Japón derrumbó las bolsas mundiales y arrastró consigo a la Argentina de Milei

El Banco Central de Japón subió la semana pasada su tasa de interés del 0,1% al 0,25% por temor a un brote inflacionario, tras 17 años de precios deprimidos, y su decisión golpeó a las bolsas de todo el mundo desde el viernes hasta este lunes.

La Argentina de Javier Milei, que soñaba con un repunte, también cayó en la volteada. La bolsa de Tokio cayó este lunes un 12,4%; la de Frankfurt, 1,8%, la de Londres, 2%, la de Nueva York, entre el 2,6% y el 3,1%, según el índice; y la de Buenos Aires, 6,2%. Los títulos públicos argentinos derraparon y por eso el indicador de riesgo país se elevo 2%, a 1.639 puntos básicos. Las acciones argentinas en Wall Street bajaron hasta 4,5% en el caso de Corporación América, la empresa de Eduardo Eurnekian, el expatrón de Javier Milei; 3,8% la tecnológica Globant y 3,4% Cresud, el holding agrícolainmobiliario de Eduardo Elsztain, amigo del presidente. Sólo cuatro firmas argentinas allí evitaron la baja.

“Cuando Japón encarece la tasa, se termina la bicicleta financiera de tomar prestado allí para invertir en Estados Unidos o países emergentes, lo que llevaba a que había acciones sobrevaloradas ridículamente como Nvidia (fabricante de los chips que permiten la inteligencia artificial) o Tesla (la de los autos eléctricos de Elon Musk)”, describe Gabriel Holand, director de HR Global Financial Advisors. “Cuando al mundo le va mal, caen más los países más débiles, como el nuestro”, agrega Holand, que considera que otros factores también jugaron e contra de la estabilidad global: “Casualmente cuando Kamala Harris sube en las encuestas, en Wall Street, que prefieren a Donald Trump, se suman a este cimbronazo. Además, ellos presionan para que la Fed (Reserva Federal, banco central de EE UU) empiece a bajar la tasa”, comenta el malestar de los inversores norteamericanos porque las autoridades monetarias siguen preocupadas por la inflación a pesar de que su receta está impactando en una suba del desempleo y empieza a cernirse la amenaza de una recesión en la superpotencia.

Los dólares financieros sintieron el impacto negativo: el MEP (Mercado Electrónico de Pagos) aumentó 0,9%, a $1.346, y el contado con liquidación (CCL), 1,2%, a $1.337. En cambio, el blue descendió 0,3%, a $1.390.

Maximiliano Donzelli, manager de estrategias de inversión en IOL Invertironline, observó que la baja de la bolsa japonesa supuso “la mayor caída en puntos de su historia en términos nominales y la más importante desde el derrumbe de los mercados de 1987”. “La principal razón es el cambio en la política monetaria del Banco de Japón, que subió los tipos de interés por encima de lo previsto y esto tomó por sorpresa a los inversores. Tras esta suba en el costo del crédito, los inversores están readecuando sus estrategias y esto trajo incertidumbre de corto plazo. Además del efecto contagio, un informe débil sobre empleo en Estados Unidos ha aumentado los temores de una posible recesión en un contexto donde la Reserva Federa no dio indicios claros de una baja de tasa de interés que ayudaría a apuntalar la economía”, añade Donzelli. En la sociedad bursátil Adcap advierten que el tembladeral también derrumba a las criptomonedas. De hecho, el Bitcoin derrapó 6,3%.

“La caída en los mercados parece seguir a una lectura negativa de indicadores recientes de actividad y empleo en los EE UU porque podrían dar lugar a un escenario de aterrizaje duro para esa economía y una baja apresurada de tasas por parte de la Reserva Federal”, analiza Juan Carlos Barboza, del grupo financiero Mariva. “Estas preocupaciones se dan en conjunto con el desarme de carry trade (bicicleta financiera) en Japón por la suba de tasas en aquel país.”

Barboza se pregunta por el impacto local: “Es todavía prematuro saber el impacto sobre una Argentina que necesita reducir el riesgo país para refinanciar vencimientos porque aún no está claro si este escenario externo se consolidará. Si bien hay una baja de las tasas de los bonos del Tesoro de los EE UU en el tramo de tres a 10 años, esto parece reflejar un vuelo a la calidad y aversión al riesgo que podrían hacer más desafiante el financiamiento de emergentes y Argentina en particular”. Es decir, se suman dudas sobre la capacidad del gobierno de Milei de pagar la deuda ante la incipiente caída de reservas y los fuertes vencimientos de 2025.

Pero no todos culpan a Japón. “Una combinacion de factores: malos datos de empleo en EE UU la semana pasada y más tensión en Medio Oriente son los factores fundamentales que gatillan las ventas, y el impacto se exacerba por valuación, acciones habían subido mucho; posicionamiento y falta de liquidez, es agosto, verano boreal”, expone el director general del fondo NWI, Alberto Ades. “Al subir la volatilidad, fuerza a muchos inversores a reducir su exposición, lo cual lo torna un ciclo vicioso”, continúa. Descree que afecte a la Argentina en lo inmediato: “No creo que mucho en el corto plazo porque no hay planes de reacceder a los mercados por ahora”. Otro colega suyo, que prefiere el anonimato, coincide en el análisis: “El derrape se debe a que los últimos datos muestran que quizás la Fed puede llegar tarde a bajar las tasas y que entonces no podrá evitar una recesión. La Argentina es de los países menos integrados al mundo y por lo tanto debería importar poco. Pero afecta a los activos argentinos vía disminución de riesgo, el 'flight to quality'”, se refiere al “vuelo hacia la calidad” en términos de activos financieros.

Malas noticias para Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo. Podrán echarle la culpa al mundo. Pero hay que ver si la población los comprende. En general, no lo hace. Como no lo hizo con el gobierno de Alberto Fernández cuando responsabilizaba de sus males a la pandemia, la guerra de Ucrania o la sequía.

DM/AR