No sólo Elon Musk, el mayor multimillonario del mundo, y Larry Finck, CEO del fondo de inversión más grande del planeta, BlackRock, están embelesados con el discurso libertario, a favor del mercado y contra el Estado de Javier Milei. También los clientes de grandes bancos de inversión internacionales que por estos días visitan Buenos Aires –hoy la CEO de Citi, Jane Fraser, verá al jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y al ministro de Economía, Luis Caputo-– o los empresarios de la Confederación General de la Industria Italiana (Cofindustria) que el martes pasado agasajaron con un sencillo almuerzo buffet a sus colegas argentinos que acompañaron allí a la canciller Diana Mondino, en el mismo viaje que llevó al Presidente a encontrarse con el papa Francisco y con la premier de Italia, la también derechista Giorgia Meloni. Algunos inversores financieros de riesgo están tirando algunas fichas en bonos y acciones argentinas, a precios regalados y con el atractivo de prometer una rápida ganancia si Milei se mantiene firme, como hasta ahora, en su vocación de equilibrar las cuentas fiscales como sea. La alternativa para ellos es comprar en Ecuador o Venezuela.
Hay que entrar antes de que se estabilicen, se encarezcan y dejen de ofrecer tanta rentabilidad. Eso explica el desplome del dólar contado con liquidación (CCL), que opera triangulando con esos activos. Pero otra parte de la justificación de esa caída del CCL, así como del blue y el MEP (Mercado Electrónico de Pagos), tiene que ver con que empresas y personas deben desahorrar divisas para pagar los gastos cotidianos ante los aumentos de precios –50% en sólo dos meses del nuevo gobierno– y la consiguiente caída de ingresos –por menores ventas o por licuación de salarios y jubilaciones–. El propio Milei posteó en la red social de Musk, X, que la población desatesora dólares para llegar a fin de mes, como si se tratara de una buena noticia...
No es la primera vez que viene a la Argentina la CEO de Citi, que después irá a descansar a la Patagonia. Tampoco es extraordinario que vayan a venir en las próximas semanas economistas y clientes de bancos como Bank of America, Barclays, HSBC o Goldman Sachs. Suelen pasar dos veces por año en recorridas por varios países sudamericanos. En general, los que miran la Argentina están enfocados en inversiones especulativas, nada de construir plantas pensando en el largo plazo. Es usual que se reúnan con funcionarios –sobre todo, en este Gobierno, tan abierto al mundo financiero que muchos de ellos trabajaron en él, como Caputo, su vice Joaquín Cottani, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y su vice Vladimir Werning–, consultores y políticos para saber hacia dónde va el país.
“Hoy los inversores están optimistas por la voluntad de Milei de arreglar problemas estructurales, pero están preocupados por los gigantes riesgos de implementación –cuenta uno de los ejecutivos de Wall Street que vendrá–. Cada vez que no salen las reformas, miran cómo se resuelven, si consensuando o redoblando apuesta, como Milei. Eso te puede salir bien, pero trae volatilidad. El verdadero test no llegó: quieren ver si Milei rompe relaciones con los gobernadores y los sindicatos, con la inflación alta y la recesión peor, si la calle aguanta porque vive el día a día. Con la recesión va a caer la recaudación y necesitará hacer un ajuste gigante. Si afloja, pierde algo de la credibilidad del mercado. Si dolariza ahora, sin antes ordenar las cuentas fiscales, acumular suficientes reservas y liberando toda la inflación reprimida (por el anterior gobierno), el mercado lo tomará mal. Si dolariza dentro de un año, con toda la tarea ya hecha, lo tomará menos mal. Los inversores toman posiciones especulativas por los precios ridículamente bajos de los activos, pero FDI (las siglas en inglés de inversión directa extranjera, que consiste en la compra de empresas o en la radicación de plantas) no va a venir... nadie va a hundir dinero por reformas hechas por decreto, que después viene otro gobierno y las cambia por decreto. FDI vendrá cuando venga un gobierno no tan pro mercado y decida mantener las reformas pro mercado. Una cosa es que Milei sea un personaje simpático y llame la atención y otra que alguien ponga US$ 3.000 millones.”
El director de un fondo de inversión de Nueva York recuerda que el discurso de Milei en Davos dividió la audiencia entre empresarios estadounidenses y latinoamericanos a favor de Milei –“hay tipos hartos de Boric y Lula que lo quisieran de presidente”–y europeos, refractarios a su discurso antiecologista. “A Musk le divierte, es provocativo como él, pero eso es al margen de que vaya a poner guita”, agrega. Otro empleado de Wall Street reconoce más oportunidades en la minería –incluido el litio, que necesita Musk para los autos eléctricos que ensambla en EE UU, China y Alemania– y los hidrocarburos de la Argentina.
Del otro lado del Atlántico, en la antigua cuna imperial, Roma, a 80 cuadras del Coliseo, donde Milei dice haber conocido a su perro Conan en otra vida, 80 empresarios italianos reunido en la Cofindustria admitieron en el almuerzo con sus 40 colegas de la misión argentina su interés por los minerales, el petróleo, el gas, el hidrógeno verde, las energías solar y eólica, la economía del conocimiento, el sector automotor y la biotecnología. Entre los anfitriones había media docena del grupo ítaloargentino Techint –se ausentó su dueño, Paolo Rocca– y otros de los fabricantes de vehículos CNH e Iveco, la eléctrica ENEL –que con Milei y su tarifazo previsto en marzo desistió del plan de vender Edesur y dejar la Argentina– y otros fabricantes de maquinaria que buscaban venderle a los visitantes. Del lado argentino estaban desde grandes empresarios como Alejandro y Marcos Bulgheroni –propietarios de Pan American Energy (PAE), que tiene sus estaciones Axion–, Alejandro Elsztain –CEO de Cresud, holding agrícola-inmobiliario–, presidentes de cámaras empresarias como Mario Grinman, de la de Comercio, y Alfredo González, de la Media Empresa (CAME), o jóvenes hombres de negocios como José Luis Acevedo o Andrés Prieto. Tanto Mondino como los empresarios argentinos reconocieron que la Argentina atraviesa un mal momento, pero destacaron que el Gobierno está dando pasos para resolverlo y que ofrece recursos naturales y humanos.
“Ellos están más entusiasmados que nosotros, tenemos en cantidad, calidad y precio lo que ellos necesitan, pero también necesitan que la Argentina ordene su economía, sus cuentas, sus calles”, comenta Grinman. Otros de sus compañeros de viaje destacaron que Milei fue sensación en las calles de una Italia que lo compara con Meloni. “Nos preguntaron si nuestro presidente va a poder llevar adelante las reformas... es la pregunta que todos nos hacemos”, responde el presidente de la Cámara Argentina de Comercio. Mondino, más voluntarista que realista, les soltó: “Sáquense de la cabeza la Argentina que fue hasta ahora”. Difficile. También se reunió con el ministro de Agricultura, Soberanía Alimentaria y Bosques, Francesco Lollobrigida, al que le reclamó importar alimentos argentinos. En tiempos en que Europa se puebla de protestas de agricultores, Lollobrigida le advirtió que no pueden dejar que entren productos elaborados por mano de obra barata y ella lo retrucó: “¿Dónde está el libre comercio, la libre competencia?”. Al parecer, la economista cordobesa está dándose cuenta de que la libertad absoluta no rige en el mundo desarrollado.
Más realista, pero firme en su apoyo al Gobierno, Grinman admite: “Yo había anticipado que estos meses iban a ser terribles, son los costos q hay que pagar. Tenemos caídas de ventas en unidades del 12%, 25%, 30%, según el rubro. Es normal si se quieren hacer las cosas bien. Es normal que nosotros, que atesoramos en dólares cuando nos sobran los pesos, los vendemos, debemos romper el chanchito cuando nos faltan”. Se refiere a las empresas que deben vender las divisas que habían comprado en meses anteriores para cubrir los costos ante la falta de ingresos. Grinman quedó conmovido con el Papa al finalizar la ceremonia de la canonización de Mama Antula en la basílica de San Pedro: “Debía salir hacia la izquierda, pero dio un giro hacia la derecha para ir a saludar a Milei. Fue una tremenda señal. Y después hablaron 70 minutos. Es una señal de que se deje de pelear el pueblo argentino, de que piensen en ese 50% de pobres, fue una señal para todos los argentinos, incluido Milei”.
Pero más allá de la mística, los dólares paralelos bajan en parte por la crisis. No es motivo de festejo, como tampoco lo era la deflación en el final de la convertibilidad, la pseudodolarización que rigió la Argentina entre 1991 y 2002. “Los dólares bajan porque hay mas oferta que demanda. La gente esta vendiendo dólares ahorrados”, cuentan en la sociedad bursátil SBS mientras el blue caía este jueves a $ 1.075, el MEP a 1,.086 y el CCL a 1.153. “Vemos que hay empresas y personas que se habían dolarizado bastante antes de las elecciones por miedo a lo que podía pasar y notamos que muchos están desarmando posiciones para poder pagar tarjeta, gastos, sueldos, etc.”, agregan. Parte de ese temor era por la promesa electoral de dolarización, que se esfumó al inicio del gobierno Milei, pero que el Presidente está volviendo a agitar.
También están los que especulan con una mejora de la Argentina o con un rulo para hacer negocio rápido. “Los dólares financieros (MEP y CCL) eran una variable que se había adelantado anteriormente debido a la incertidumbre que generaba el gobierno actual, pero con la inflación bajando y el ordenamiento de las cuentas fiscales la incertidumbre se va disipando y el dólar baja a medida que se aumenta la credibilidad del Gobierno respecto al camino a seguir”, se entusiasma Tobias Sanchez, analista de Cocos Capital. “El mercado ve con buenos ojos el que haya déficit cero”, comentan en un banco extranjero. Pero Mauro Mazza, de Bull Market Brokers, la sociedad de la familia Marra, lo atribuye a un fenómeno de corto plazo: “La nueva estrategia Bausili-Caputo de permitir a las pymes acceder por hasta US$500.000 en dos cuotas al dólar oficial (a $853) para saldar su deuda importadora, está generando una ola de desarme de posiciones de pymes en la bolsa, tantos en Cedears (acciones de empresas extranjeras) como ON (deuda de compañías locales), venden y con esos pesos van al oficial”. Y así ganan hasta $300 por dólar. Más especulación que inversión.
AR/MG