El diputado radical Mario Negri llevó anoche una piedra al recinto para recordar los proyectiles que arrojaron en 2017 quienes se oponían a la reforma previsional de Mauricio Macri, que cambió entonces la fórmula de actualización que antes se regía por los salarios y la recaudación de la Seguridad Social por una que siguiera la evolución de la inflación y los sueldos. El jefe de la bancada del Frente de Todos, Máximo Kirchner, le respondió llevando una bala de goma para hacer memoria de la represión policial a aquellos manifestantes. Lo hizo en su alocución final antes de que se aprobara la reinstalación del índice de movilidad jubilatoria que se guía por los niveles de la recaudación y las remuneraciones.
La Cámara de Diputados sancionó finalmente por 132 votos contra 119 la nueva fórmula. El Frente de Todos logró el respaldo del interbloque Unidad Federal para el Desarrollo y de los bloques de Córdoba Federal -que responde al gobernador Juan Schiaretti-, el Justicialista, Acción Federal y el Movimiento Popular Neuquino (MPN). Se opusieron Juntos por el Cambio, la izquierda, el Partido de la Justicia Social, el socialismo y Consenso Federal, el espacio que lidera Roberto Lavagna.
El nuevo índice atañe a 18 millones de personas, entre jubilados, pensionados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH), asignaciones familiares, pensiones no contributivas y pensión al adulto mayor (PUAM). El gobierno de Alberto Fernández había suspendido hace un año el indicador macrista para acotar los aumentos en 2020, dado su impacto en el déficit fiscal y la inflación. Fue el mismo objetivo que perseguía Macri con la reforma de 2017. Con la nueva ley, el Ejecutivo busca dejar de dar incrementos por decreto y desindexar la fórmula con el argumento de que su modelo económico se basará en la recuperación del poder de compra de los salarios.
“Lo que estamos haciendo nosotros es cumplir con lo que dijimos en la campaña electoral, que creíamos que esta fórmula era la mejor para que jubilados y jubiladas paulatinamente recuperen los ingresos que perdieron con el cambio de fórmula que hizo Mauricio Macri, y no sólo por el cambio de fórmula sino con la política macro”, sostuvo Kirchner. Antes del debate, Negri había difundido un video con Cristian Ritondo (Pro) y Juan Manuel López (CC-ARI) en el que denunciaban que “el kirchnerismo va a aprobar a escondidas el robo a los jubilados, que van a pagar la crisis”. Más tarde, en su alegato final, el radical que dirige el interbloque de Juntos por el Cambio dijo: “No decimos por capricho que no a la recaudación. Es muy sencillo: en 60 años hemos tenido 14 recesiones”. Claro que con la fórmula macrista que rigió en 2018 y 2019 los jubilados perdieron porque en esos años aumentó la inflación mientras que los haberes se actualizaban por los precios del periodo previo.
Negri explicó por qué llevó la piedra al recinto. En su coalición no se cansan de repetir que en 2017 los opositores arrojaron 14 toneladas de piedras, aunque este año el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, bromeó en una sesión que no se sabe bien quién las pesó. “La piedra que tengo acá no es un acto chovinista -dijo Negri-. Me acompaña porque en mi vida me convencí de que la democracia no es la violencia, les guste o no. Acá queda apoyada en esta banca, no agravio a nadie. Es un signo de madurez que hoy no haya violencia.”
“Como sabía que iban a traer una piedra, porque se han vuelto muy previsibles y su electorado no les pide más que eso, les traje las balas de goma”, respondió Kirchner. “Estas son las balas de goma que ustedes usaron. Y las muestro solamente porque trajeron las piedras. Acá están las balas que tiraron sobre la gente, que son los verdaderos resistentes. Ustedes no son resistentes, ustedes son el poder. Pueden haber perdido una elección, pero son el poder de la Argentina. Resistir resistieron los compañeros y compañeras en la plaza afuera”, agregó el diputado oficialista.
El diputado de Consenso Federal Jorge Sarghini consideró que el sistema es “insostenible porque hay un gran porcentaje de trabajadores en negro”. En tanto, Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), opinó: “Estamos asistiendo a un ajuste: acá no hay grieta. Todos los gobiernos les meten la mano en el bolsillo a los adultos mayores, como lo hemos visto durante décadas”. Entre los que votaron a favor, el mendocino José Luis Ramón, de Unidad Federal para el Desarrollo, dijo que, “aun no siendo la mejor fórmula, es una fórmula que mira en positivo, que mira una economía que se puede recuperar”, mientras que Alma Sapag, del MPN, dijo que “no hay fórmula mágica”.
De hecho, si la inflación sube en 2021, los jubilados perderán con la fórmula nueva, pero también lo habrían hecho con la de Macri. “En todo caso cabría ver con cuál se pierde menos, pero perder poder de compra se pierde seguro”, opinó el experto Carlos Martínez, de la Universidad de General Sarmiento. “Es que el argumento central, polémico, es ése: si hay una inflación alta y el Estado, mediante la recaudación, y los trabajadores, por sus salarios, pierden bastante en términos reales, ¿por qué los jubilados habrían de tener el privilegio de no perder, cuando, por ejemplo, los médicos o los docentes sí pierden?”, analiza Martínez, licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y magister en Diseño y Gestión de Programas Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Si la inflación del año próximo resulta similar a la del actual, entre el 34% o el 35%, las jubilaciones le empatarán, según un estudio de la Fundación Mediterránea. En cambio, si llega al 50%, como espera la mayoría de bancos, consultoras, universidades y think tanks consultados por el Banco Central, los haberes perderán mucho, porque quedarán más de diez puntos porcentuales por debajo.
A.R.