Análisis

Pese a que el relato oficial diga lo contrario, la economía sigue sin reaccionar

Esta semana tres datos de la economía real contradijeron el relato que intenta instalar el presidente Javier Milei. El más preocupante es el que refiere a la producción industrial: en junio, se ubicó 20,1% por debajo de un año atrás y se retrajo incluso respecto de mayo en la serie desestacionalizada (-1,6%). Si nos centramos en el dato acumulado del primer semestre del año, junio mostró el peor registro de 2024: se produjo 16,1% menos que en el mismo período de 2023.

Mirando más a mediano plazo, junio de 2024 fue el peor junio de la serie (desde 2016) y en la serie desestacionalizada, sólo hay 3 meses peores que este: marzo, abril y mayo de 2020, en plena pandemia.

Junio de 2024 fue el peor junio para la producción industrial desde que comenzó a registrarse la serie, en 2016.

Asimismo, no hubo ningún sector que escape a la tendencia general, sino que todos cayeron con respecto a junio de 2023, si bien con diferente intensidad: mientras que “Otros equipos, aparatos e instrumentos” (-37,4%), “Muebles, colchones y otros” (-36,3%) y “Productos minerales no metálicos” (-35,6%) fueron los más afectados, “Refinación del petróleo” (-1,2%), “Alimentos y bebidas” (-8%) y “Sustancias y productos químicos” (-12,3%) exhibieron las menores caídas.

La industria no parece encontrar piso y esto resulta especialmente preocupante en materia de empleo: estamos refiriéndonos a uno de los principales sectores que emplea personal registrado en el sector privado. En promedio, en los últimos 15 años, representó el 20% de todos los puestos de trabajo asalariados. Le sigue en importancia la rama de actividad “Comercio y Reparaciones”, que ocupó en promedio el 19% de trabajadoras/es de los últimos 15 años. Este rubro tampoco está repuntando. 

Un ejemplo en este sentido lo aporta la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que informó que en julio las ventas minoristas no sólo se derrumbaron con respecto a un año atrás (-15,7%) sino que cayeron incluso con respecto a junio (-1,6%) en su serie desestacionalizada. Acumula así un desplome de 17% en los primeros 7 meses del año en comparación con 2023.

Si desagregamos por sectores, todos presentaron caídas interanuales, y en la intermensual sólo creció “Ferretería, materiales eléctricos y materiales de la construcción” (+1%). Los sectores más perjudicados interanualmente fueron “Perfumería” (-32,6%), “Farmacia” (-26,4%) y “Alimentos y bebidas” (-20,9%) que resultan llamativos por tratarse de sectores que cubren necesidades básicas.

Pese a este difícil panorama, las pymes están intentando sostener el empleo: según las bases estadísticas de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo, del total de empleo perdido en los primeros 5 meses de gestión de Milei sólo el 26% es explicado por empresas de hasta 500 trabajadoras/es mientras que la mayoría (74%) tuvo lugar en empresas de más de 500.

Por último, la construcción quizás ha podido dejar atrás su peor momento: el traspaso de obra pública a las provincias reactivó algunas de ellas. Ello permitió que en términos intermensuales, la actividad haya repuntado 2,7% en junio. Sin embargo, se ubica en un nivel 35,2% por debajo del mismo mes de 2023, y en el primer semestre acumuló un desplome de 32,7%.

Lamentablemente, las perspectivas hacia adelante no son esperanzadoras: sólo 14,5% de las grandes empresas del sector de la construcción que realizan obras privadas consideran que aumentarán en el tercer trimestre del año y esta perspectiva empeora entre las empresas ligadas a la obra pública: sólo 9,9% consideran que mejorará la actividad.

En materia de empleo, el promedio de los últimos 15 años arroja que este sector ocupa el 7% del personal asalariado registrado. Pocas empresas prevén contratar personal en este rubro: 12,7% de las empresas de obras privadas y 5,4% de las empresas de obra pública.

En síntesis, las perspectivas de la actividad económica y de la posibilidad de que se cree empleo registrado resultan sumamente desalentadoras.

DM/CB