La convocatoria era este sábado 8 de junio, porque el 5 fue del Día Mundial del Ambiente, en el campus de una universidad nacional del conurbano, la de San Martín (UNSAM), y se podía llegar con mate y lona para desayunar, botella para llenarla en el dispenser de la huerta allí instalada, repelente porque aún hay mosquitos, ropa de trabajo y si podían, bidones vacíos para regar y palas de punta para cavar. Llegaron unas 80 personas. Se trataba de la plantación colectiva Juntos Somos un Bosque, que organizaron la ONG Un Árbol y el Área de Sustentabilidad y Ambiente de la UNSAM. Muchos de ellos eran jóvenes que plantaban árboles por primera vez en sus vidas. A la noche a varios les dolían las espaldas. Pero valió la pena. Una movida para plantar 150 árboles nativos, como timbós, espinillos, aromitos, tarumás y coronillas -los que hospedan la mariposa argentina-, necesarios para combatir la crisis climáticas, en un año en que el Gobierno, aunque no incluyó la desprotección de bosque en la ley Bases, igualmente está logrando el objetivo que tenía en el proyecto original de congelar el presupuesto de 2023, pese a la inflación. Incluso ni siquiera está ejecutándolo.
“Tengo interés por la política ambiental internacional y me pareció una linda oportunidad y una nueva experiencia y reconectar también con esto de la naturaleza”, cuenta Ailén Nazarte, de 20 años, estudiante de la licenciatura en relaciones internacionales de la UNSAM. “Me hacía mucha ilusión intervenir en el espacio que habito todos los días. Vengo mañana, tarde, noche. Re lindo compartir esto. Conocí un montón de personas, docentes de un montón de instituciones. Una ambiente muy lindo y ojalá se puedan seguir haciendo este tipo de actividades”, comenta Ailén en el cierre de la jornada, amenizada por el músico Juan González. El día había comenzado con un desayuno saludable ofrecido por el Servicio de Diagnóstico y Tratamiento Nutricional de la universidad, a cargo de Mariela Cardozo. Después una charla sobre plantas nativas y a cavar pozos y sembrar. En los próximos meses, Un Árbol organizará otras plantaciones colectivas en Tartagal (Salta), Tigre, Lanús y San Miguel. Todo un movimiento contracultural en un país cuyo presidente, Javier Milei, niega el cambio climático provocado por el ser humano.
“La comunidad científica está totalmente de acuerdo en que el mayor desafío actual en la humanidad es la problemática climática, que es uno de los principales temas del ambiente: tenemos tres crisis importantes, que es el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación”, describe el director ejecutivo de Un Árbol, Marcos Macera. “Con estas plantaciones buscamos conmemorar lo simbólico de los bosques para el ser humano, son símbolo de vida, de abundancia, de diversidad. El árbol nativo es el símbolo del equilibrio de los ecosistemas, de la naturaleza y de la vida. Cada ecosistema tiene su propio conjunto de plantas, animales, hongos y de todos los reinos de vida que existen en el planeta. Son importantes para el equilibrio. Gracias a ese equilibrio tenemos agua potable, suelos saludables, alimentos sanos, oxígeno y aire limpio. La idea es cuidar todos estos servicios ecosistémicos que nos da la naturaleza. El cambio climático es es el mayor desafío de la historia de la humanidad. Porque por el cambio climático en muy pocos años vamos a generar un desequilibrio. Es un cambio climático antropogénico, mas allá de los cambios climáticos que siempre existieron en toda la historia del planeta, como estudia la ciencia. Es un gran desafío porque en los últimos pocos, a través de principalmente de la quema de hidrocarburos, generamos un desequilibrio en la atmósfera. Sacamos todo el carbono que estaba que estaba bajo tierra, lo que genera un efecto invernadero que calienta el planeta.”
“Cada persona emite un promedio de dióxido de carbono que va entre los cuatro y cinco toneladas anuales”, advierte Macera, mientras suena la guitarra del final. En promedio los árboles, que pueden vivir 30 años, capturan una tonelada en toda su vida. Entonces cada persona debería por lo menos plantar entre cinco y diez árboles todos los años. Eso solo para compensar cada año. Después tenemos que mirar lo que hicimos desde que nacimos hasta hoy. Entonces tenemos que hacer eficiente lo que consumimos en cuanto a la huella de carbono. Y nuestras empresas o nosotros como empleados o en los organismos, organizaciones o como emprendedores, tenemos que buscar que los servicios que hagamos dejen de tener un impacto negativo y podamos compensar ese impacto, no solo compensarnos, sino empezar a tener un impacto positivo, o sea, dejar el planeta mejor de lo que lo estamos.“
“El Área de Ambiente y Sustentabilidad de la Secretaría de Extensión y Vinculación se encarga de extender como todo el conocimiento, la experiencia y los recursos que se producen dentro de la universidad de aportarlos a la comunidad entera”, explica su coordinadora, España Verrastro. “Trabajamos con huertas, plantas nativas. La idea es concientizar y también capacitar y generar recursos educativos para que la comunidad primero se apropie de la posibilidad de transformar su ambiente y mejorarlo y hacer un estilo de vida más saludable, sustentable y pueda conectarse con la naturaleza.”
Pero esta apuesta de esta universidad pública por el medio ambiente ocurre en tiempos de ajuste del presupuesto universitario pero también del de protección de bosques nativos. En los primeros cinco meses del año en este último rubro el Estado gastó 87,6% menos que en el mismo periodo del año anterior y ejecutó sólo el 2,4% de la partida anual, según datos oficiales relevados por la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP). De hecho, productores agropecuarios de Salta y Jujuy comentan que este año no recibieron ni un peso. En la Fundación de Ambiente y Recursos Naturales (FARN) señalan que el presupuesto de protección de bosques se mantuvo en pesos igual que en 2023, pese a la inflación proyectada de más del 140%. En el proyecto original de la ley Bases se incluían dos artículos para reformar la norma de bosques, uno para permitir talar áreas protegidas y otro para derogar el artículo que estipulaba que el 2% del presupuesto nacional debía destinarse a la materia, objetivo que nunca cumplieron gobiernos anteriores. Después, el Gobierno de Milei dio de baja el primer cambio y dejó el segundo, aunque con la promesa de mantener el gasto de 2023. La propuesta también provocó rechazos porque igualar el presupuesto del año pasado implica reducirlo en un 60% en términos reales. Finalmente, la ley Bases, que este miércoles tratará el Senado, excluyó cambios a la norma de bosques, pero igual se congeló el presupuesto, como en muchas otras áreas del Estado.
“Claramente hay un cambio en el tema climático”, se refiere el director ejecutivo de Un Árbol a la llegada al poder de un negacionista climático. “Hoy las secretarías y las personas que venían trabajando ya hace un montón de años en estos temas no tienen una dirección clara. La visión política hoy es distinta a la científica. Acá no voy a hablar de política, ni partidaria ni ideológica, sino que nosotros buscamos las cuestiones científicas. El Gobierno dijo igual que seguimos con el Acuerdo de París (contra el calentamiento global), no es que nos fuimos de todo los acuerdos firmados, pero a nivel ejecutivo no tenemos las herramientas si no tenemos el dinero disponible. Esta semana estuve en el Argentina Carbon Forum, un foro súper importante. Estuvieron provincias de la Argentina, muchos países de Latinoamérica, empresas, y vimos que desde el Ejecutivo los representantes mantienen la misma postura, pero fueron muy enfáticos en que está difícil la cosa. Ahora en Chaco también hay una ley que abrió la posibilidad de deforestar un millón de hectáreas. El mundo está yendo hacia otro lado. O sea, a partir del 2025, la Unión Europea sólo importará granos y carnes de tierras libres de deforestación a partir del 2020. En el foro estaban emprendedores, activistas, también empresas como Bayer, que ya tiene un canal de agricultura regenerativa. O sea, el mundo está yendo hacia otro lado, las empresas están yendo hacia otro lado. Se necesita más vocación política”, concluye Macera. En la apertura del Argentina Carbon Forum, este martes y miércoles en Buenos Aires, expusieron dos funcionarias: Marcia Levaggi, subsecretaria de Política Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores, y Ana Vidal de Lamas, subsecretaria de Ambiente, que está a las órdenes del secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, el cambiante Daniel Scioli. Entre los expositores también figuraron representantes de la certificadora de captura de carbono Verra, la química alemana Bayer, la eléctrica Genneia, la empresa de forestación GMF o la cerealera Bunge. A contramano de la política oficial, provincias, empresas, universidades, organizaciones ambientales y ciudadanos de a pie comienzan a adoptar pasos para reforestar.
AR/JJD