El ministro candidato, Sergio Massa, convocó a las 8.30 a su equipo económico para mostrar que, pese a la campaña, sigue ocupado en la gestión. Y mientras llegaban a sus funcionarios, el postulante presidencial y ministro de Economía fue que enviando a cuatro de sus funcionarios a la puerta del Palacio de Hacienda, frente a la Casa Rosada, a contar a los periodistas los primeros pasos después de la oficialización de la candidatura. Quizá el más polémico para la interna con el kirchnerismo haya sido el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, que no descartó revisar las retenciones en caso de que su jefe gane las elecciones.
Preguntado sobre si un gobierno de Massa bajarías los derechos de exportación, Bahillo respondió: “No tenemos problema en evaluar las retenciones con el objetivo de aumentar la producción. Si hay que analizar y replantear el esquema para alentar la producción, se hará. Pero hay que hacerlo con prudencia porque no podemos resentir las cuentas del Estado”.
Es decir, su único prurito reside en el impacto en la recaudación tributaria, pero no mencionó el efecto que las retenciones tienen en reducir los precios locales de los granos respecto de los internacionales, de modo de morigerar la inflación, argumento que siempre defienden los economistas kirchneristas.
Pero ahora son tiempos del líder del Frente Renovador en la coalición gobernante, ahora renombrada Unión por la Patria (UP). Bahillo recordó que siempre se ha manifestado en favor de revisar las retenciones. Lo hizo, por ejemplo, en la última edición de Expoagro. Allí mismo quien manifestó disidencias con esa opinión fue otro integrante del massismo, José Ignacio de Mendiguren, secretario de Industria y Desarrollo Productivo.
De Mendiguren habló a la prensa, pero sobre los primeros pasos del ministro candidato. “Vamos a seguir trabajando para que la economía crezca y baje el desempleo y la inflación”, arrancó y entonces le recordaron que el jefe del Palacio de Hacienda falló en su pronóstico de bajar el índice de precios al consumidor (IPC) al 3% en abril, cuando llegó al 8,4%.
El secretario de Industria retrucó que el gobierno de Cambiemos duplicó la inflación en cuatro años y la economía cayó en tres de sus cuatro años. “Nosotros, pese a la pandemia, la guerra y la sequía, estamos creciendo por tercer año consecutivo”, se ilusionó con el alza del primer trimestre, que difícilmente se sostenga en el segundo, por el derrumbe de la cosecha.
Cuando lo interrogaron sobre la diferencia entre la candidatura de Massa y las de los opositores Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich o Javier Milei, De Mendiguren contestó: “No hay ninguna duda de que nuestro modelo es el de la producción, no el de la especulación financiera”. Le preguntaron si él tendrá la “lapicera”, sobre la que tanto habla la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner: “Sergio es una de las personas que más logra consensos. Conoce a los actores de la Argentina, al sector sindical, al empresario, al campo. Creo que será el gobierno del consenso”.
“La mejor campaña es la gestión”, dijo el secretario. Claro que para ello Massa necesita llegar esta semana a un acuerdo para renegociar el programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Si entra en atrasos del pago de este viernes, la Argentina podría necesitar el aval de un tercer actor, ya sea un país como Estados Unidos o un organismo como el banco de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), para salir de ese retraso, lo que complicaría el clima financiero. El ministro quiere que el FMI le perdone los incumplimientos de las metas del acuerdo (ajuste fiscal y monetario y acumulación de reservas) por impacto de la sequía y le adelante giros para reforzar los activos del Banco Central, pero a cambio de esto último el organismo le pide más recortes del gasto y más depreciación del peso oficial.
AR