El ministro de Economía, Luis Caputo, soltó que las prepagas le declararon “la guerra a la clase media”. Fue la semana pasada, luego de los aumentos que realizaron desde que asumió el Gobierno de Javier Milei. También aseguró que “de alguna manera hay que hacerlas competir”, pese a que ya desregularon el sector con el mega decreto de necesidad y urgencia (DNU). Además el vocero presidencial Manuel Adorni añadió que no permitirán que se cartelicen, como la Coalición Cívica (CC) denunció que lo hicieron.
Pero esa “competencia” que propone el ministro Caputo plantea varios problemas. Por un lado, las personas mayores o con enfermedades graves no pueden cambiar de empresa de medicina privada. Por el otro, el asesor en las sombras de la Casa Rosada para las desregulaciones, Federico Sturzenegger, fue quien justificó los aumentos del 105% en el primer trimestre, el doble que la inflación, porque en el anterior gobierno “los precios se pisaron de manera no sostenible”.
No está clara la posición oficial: primero favoreció el negocio de las prepagas, desregulándolas, quitándoles los precios máximos y permitiendo que reemplacen a las obras sociales, pero después, ante las quejas de los pacientes —muchos de ellos, sus propios votantes— se alzó la voz contra las subas. Los que aparecen poco en este asunto son los rostros de las compañías, más allá de la de Claudio Belocopitt, dueño de Swiss Medical y presidente de la cámara empresaria que las agrupa, la Unión Argentina de la Salud (UAS).
Unos 6,7 millones de argentinos tienen cobertura de prepagas, es decir, el 15% de la población total. Por cierto, el 15% con más poder de compra, salvo algunas excepciones de trabajadores sindicalizados de altos ingresos que cuentan con su propia obra social, como petroleros o bancarios. El 40% de los 6,7 millones de afiliados a las prepagas son clientes directos y el 60% deriva sus aportes de la obra social o recibe planes corporativos, es decir, su empleador se lo abona.
Entre 10 empresas controlan el 83,4% del mercado, según la denuncia de cartelización que presentaron este año dirigentes de la CC, el diputado Maximiliano Ferraro, los legisladores porteños Hernán Reyes y Facundo Del Gaiso y el exdiputado por Catamarca y neurocirujano Rubén Manzi. Estas son las principales firmas, según este informe:
- OSDE, Organización de Servicios Directos Empresarios, controla el 31,3% del segmento. Es una asociación civil y la preside Martín Pochat, dueño de concesionarias de autos como Car One, Bleu, Gaulois, Burg, Stampa y Wagen y de Consultores en Desarrollos Tecnológicos (CDT), que también presta servicios a OSDE. La asociación fue uno de los principales aportantes a la Fundación Pensar en 2015, cuando esta entidad impulsaba la campaña presidencial de Mauricio Macri. Su director general, Luis Fontana, ha advertido que con “una eventual caída del DNU se interrumpiría el lento y progresivo trabajo de recuperar honorarios médicos, los valores sanatoriales y el servicios para socios, camino emprendido tras la publicación del decreto”. Quien era director de procesos y sistemas de OSDE, Gabriel Oriolo, asumió como superintendente de Servicios de Salud del gobierno de Javier Milei.
- Swiss Medical es la empresa de Belocopitt que tiene el 14,8% del negocio. En 2020, este contador devenido empresario apareció en el puesto 27° del ranking de millonarios argentinos elaborado por la revista Forbes, con una fortuna de US$440 millones. Comenzó su negocio en 1989 comprando la Clínica Suizo Argentina y restaurándola como un hotel cinco estrellas, y después adquirió prepagas y otros sanatorios como Los Arcos para conformar su grupo. Además ingresó en el negocio de los seguros con SMG y en el de los medios de comunicación, al quedarse con el 40% del Grupo América, donde es socio de José Luis Manzano y Daniel Vila.
- Galeno dispone del 8,3%. Pertenece al médico cirujano Julio Fraomeni. En su blog cuenta que “trabaja 14 horas por día” desde los 16 años. “La idea de gastar un millón de dólares en una casa de veraneo es una quimera irrealizable. Eso no está a tono con mi personalidad, porque prefiero invertir en mis empresas, capitalizo mucho en ellas y manejo todas las operaciones con bolsillo de almacenero”, cuenta. En 1985 fundó Galeno, después compró los sanatorios La Trinidad y Mitre, más tarde creó una aseguradora y se quedó con Efectivo Sí. En el ranking de Forbes de 2020 apareció en la posición 13°, con US$710 millones.
- Sancor Salud es una asociación mutual que domina el 7,8% del mercado. Nació con la cooperativa láctea Sancor, en Sunchales, provincia de Santa Fe, pero después se independizó. La preside Claudio Nari, un administrador agropecuario de un pueblo de Santa Fe llamado San Guillermo. Lo secundan otros empresarios de la zona: Juan Carlos Illa, Alberto Rossetti, Adolfo Ferrero, Marcelo Novara y Miguel Altuna.
- Medifé tiene el 4,7% del sector. Pertenece a la asociación civil Acción Social de Empresarios (ASE), cuyo presidente es Jorge Piva, también director del sanatorio Finochietto e hijo de un histórico empresario pyme del transporte cercano a Juan Domingo Perón y Raúl Alfonsín. Piva es secundado en la ASE por Héctor Seoane, Pascual Giammarco, Juan Carlos Arias y José Mendes Teixeira.
- Mutual Jerárquicos cuenta con el 3,1% del negocio. A la cabeza está Juan José Sagardía, que se hizo famoso en 1994 porque era el tesorero de la sucursal Santa Fe del Banco Nación en la que el subtesorero, Mario Fendrich, le dejó un día una nota escrita diciendo: “Gallego, falta plata, me llevé 3 millones (de pesos que eran convertibles a dólares)”. Sagardía perdió el trabajo y se enfocó en la Mutual Jerárquicos, que dirige a sus 80 años. Fue candidato a senador en 2021 por una lista llamada Primero Santa Fe y en artículos publicados en el diario El Litoral se muestra crítico de la política y entre apoyos y reproches a Milei. En la mutual lo secundan su hijo Diego, Carina Nicola y Enrique Fanjeau.
- Medicus no figura en el informe del partido fundado por Elisa Carrió, pero en el sector calculan que tiene el 3% del segmento. El 50% pertenece a Swiss Medical, pero la otra mitad aún queda en manos de la familia De All, dueños también del sanatorio Otamendi. José De All, médico graduado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y con un master en la Escuela de Management Kellog en la Northwestern University, de Estados Unidos, preside Medicus. Las otras familias fundadoras, los Aufiero y los Pavlovsky, vendieron su parte en la prepaga a Belocopitt.
Aunque su peso es menor, en los últimos días fue noticia en el mercado que la prepaga Hominis anunció que suspenderá el aumento del 13% anunciado el 27 de marzo a sus afiliados para aplicar desde mayo. La decisión va en sintonía con el reclamo informal del Gobierno de frenar tantas alzas. No es casualidad que Hominis le haga caso. Pertenece a la Fundación Sanatorio Güemes, que preside el médico Mario Lugones, asesor en las sombras de la política sanitaria de Milei y padre de Rodrigo, el socio de Santiago Caputo en la consultoría de imagen que le hacen al presidente. En el Güemes también están involucrados el radical Enrique “Coti” Nosiglia, el gremialista Luis Barrionuevo y el expresidente de Independiente Julio Comparada.
La CC acusó a principios de año a las prepagas de “cartelización” ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) y las empresas ya hicieron su descargo. A Milei no lo inquietan mucho los monopolios y oligopolios en su discurso fanático del mercado. Pero a los seguidores de Carrió, sí y por eso invocaron en su denuncia.
“El cartel es la coordinación de posturas de mercados entre empresas que compiten en forma horizontal, esto significa que son empresas que están prestando el mismo servicio a la sociedad y se supone que deberían estar compitiendo por ofrecer mejores precios o mejores servicios para disputarle el mercado a los otros. Pedimos que se analice el marco normativo y regulatorio para entender cuáles son los impedimentos legales que evitan que los pacientes no puedan entrar y salir libremente de las empresas de salud. Esto para proponer un marco regulatorio adecuado que sirva como sustento para un mercado competitivo. Asimismo, se pueden analizar los componentes que forman el valor o los costos del servicio de medicina prepaga. En el caso de los medicamentos, sería necesario que la CNDC opte por abrir al máximo el análisis de este mercado porque se ha dicho que estos inflaron los precios y se les trasladó ese costo a las prepagas”, dice la denuncia del partido de Carrió.
Esto último apunta a los laboratorios. Entre los más grandes del mercado argentino figuran Gador, Bayer, Bagó, Roche, Elea Phoenix, Novartis, Pfizer, Takeda, Richmond, Baliarda, Boehringer Ingelheim, Merck, AstraZeneca, Ivax, Sidus y Bristol-Myers Squibb, entre otros. Sin embargo, ninguno aparece mencionado en la denuncia de la CC.
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