Entrevista

Marta Gómez: “Los latinoamericanos hacemos música tan bonita porque si no morimos de depresión”

La cantante y compositora colombiana Marta Gómez vuelve a la Argentina a presentar su nuevo disco, Seré guitarra, y reencontrarse con un público que la sigue y adora desde hace muchos años. Tocará el 5 en Buenos Aires, el 7 en Rosario, el 8 en La Plata y el 13 en Mendoza y cada show contará con invitados especiales. Y es que a lo largo de su carrera la artista forjó vínculos muy fuertes con nuestro país y sus músicos.

Radicada en Barcelona, Marta Gómez es a sus 46 años una figura destacada de la escena musical independiente: compuso más de 200 canciones, publicó 21 discos, recibió el premio Latin Grammy 2014 y tuvo varias nominaciones más. También fue nominada a los Premios Billboard en 2005 y fue incluida en varios discos del sello de world music Putumayo Records.

El disco que la trae esta vez de este lado del Atlántico está integrado por composiciones originales inspiradas en su preocupación por el medio ambiente y su amor por las infancias.

Con la dulzura y la energía positiva que la caracteriza, la colombiana charló con elDiarioAR ni bien puso un pie en tierras argentinas.

—¿Cómo encontraste el país? ¿Qué te cuentan tus amigos músicos de cómo están viviendo esta etapa?

—Justo tuve la suerte que había una reunión en la casa de Lito Vitale, así que me fui pa allá. Llegué a verlos a todos en una sola reunión. Sí se dice que están las cosas difíciles, pero Argentina es un país tan poderoso, con una gente tan empoderada. Nunca he sentido que me digan: estamos perfecto, todo está maravilloso. Siempre hay una precariedad y tal vez por eso hay una música tan increíble. Una cosa que pasó hermosa fue que se unieron todos en la causa de una fundación que se llama Casa de la Música, que pretende ser parecido a La Casa del Actor. Me pareció hermoso cómo, dentro de una situación tan difícil, estaban pensando en que los músicos y las músicas mayores tengan donde vivir. Yo creo que la situación es la de siempre. Estamos siempre olvidados. Se habla mucho, por ejemplo, de las provincias, que están recortando el presupuesto para conciertos, pero yo creo que eso pasa en nuestro trabajo siempre, no solo en Argentina, sino en Latinoamérica. Eso de estar ahí remando contra la corriente. A veces será era un poco más sencillo con cierto gobierno o u otro, pero la música nunca es prioridad. Nosotros siempre estamos teniendo que convencer a la humanidad de que nos necesitan.

—Tu vínculo con Argentina es muy fuerte. ¿Cómo se fue generando?

—Yo es que me siento de aquí. Tengo un vínculo con Argentina desde muchos años antes de conocer Argentina. Tenía una profesora que fue la primera persona que me enseñó a tocar guitarra, a cantar. Es como mi mentora desde los cuatro años. Y ella tenía una amiga que vivía en Argentina. Esta amiga le mandaba cassettes con música de aquí. O sea, por ejemplo, nosotros crecimos escuchando a María Elena Walsh cuando en Colombia nadie la conocía. Eran épocas donde no había YouTube ni nada. Entonces yo empecé a conocer mucho repertorio argentino, sobre todo coral, zambas, por ejemplo. No tenía ni idea de lo que era una zamba, pero la sabía porque la cantaba con el coro. En Colombia también se escuchaba mucho, sobre todo cuando yo era niña, a Carlos Gardel. Hay toda una leyenda de que si murió ahí, es nuestro. Entonces yo ya tenía un vínculo muy fuerte. Argentina es un país muy potente culturalmente para Colombia. También por las películas. Y la música, el rock argentino. Yo tuve un grupo de rock argentino. Crecí con eso, es parte de mi. Conozco más Argentina que Colombia. No es que me enorgullezca, pero así ha pasado. Colombia por esta guerra que ha vivido nos limitaba la posibilidad de viajar y de conocer lugares cuando Argentina no. Entonces yo conozco Jujuy, el Sur, el Norte. Soy muy feliz cuando llego aquí y me siento de aquí.

—¿Y qué vas a presentar esta vez?

—Tengo disco nuevito, recién salido del horno, que se llama Seré Guitarra. Es un disco precioso. Está mal que yo lo diga de mi propio disco, pero es hermoso. Tiene un sonido muy distinto a los demás. Es producido por un guitarrista que se llama Beto Ojeda, con el que llevo tocando muchos años. Realmente le di toda la libertad. Entonces hay sonidos electrónicos, hay vocecitas, hay como muchas capas. Eso es lo que más me gusta de este disco. Normalmente yo grababa siempre en un estudio tal cual la canción es en concierto. Y esta vez, al tener a un productor que aparte conoce tanto el trabajo mío, pues se hizo como por capas, muchas capitas. Sí grabamos todos juntos, pero después decía: “Voy a meterle un violín a esta parte. Voy a poner una voz de una niña en esta parte”. Es una joya para los oídos. Es una cosa muy bonita. Y las canciones, la verdad, son muy lindas. Son muy esperanzadoras dentro de la temática que estoy viviendo yo ahora. Cuando estaba en la maternidad primera, pues todas las canciones eran sobre eso. Cuando estaba en la lucha feminista, todo era sobre esto. Y ahora lo que ocupa mi mente es el planeta, el medio ambiente, lo que le estamos dejando a nuestros hijos, si tendremos tiempo con ellos, si tendremos agua, si tendremos aire. Entonces dentro de ese miedo, está dedicado a las infancias, pues es un miedo disfrazado de ternura y de alegría. Estoy muy feliz con este nuevo disco.

—¿Y vas a tener invitados en los shows de acá?

—Siempre tengo gente que conozco en cada parte. En Buenos Aires hay un invitado sorpresa que no lo puedo decir, pero estará Maggie Cullen, a quien amo, que es una niña que acabo de descubrir hace poco y he quedado como todos, enamoradísima de su voz y de su alma. Va a cantar la canción “Seré guitarra”, que le da el título al concierto y al disco. Voy a estar también con Alan Sutton y las criaturitas de la ansiedad, que es un grupo que me encanta. Los descubrí en la pandemia. Quedé fascinada, coincidí con ellos en Colombia y los invité a grabar. Vamos a cantar la canción que grabamos en el disco. Y también va a estar Carlos “Negro” Aguirre, que nunca hemos cantado juntos. Y lo admiro un montón. En Rosario va a estar un pianista increíble, Joel Tortul, que tiene un trío que se llama Garupá. Los he visto dos veces cuando han ido a a Barcelona. Está mal que lo diga, pero es el mejor pianista que he visto en mi vida.

—Llevás ya muchos años viviendo en Barcelona. Hay muchos latinoamericanos viviendo allá. Es una ciudad que acoge a muchos artistas. ¿Cómo la sentís?

—Por un lado, claro, hay muchísimos. Por otro lado, por Barcelona pasan muchos, lo cual es maravilloso, porque los vas viendo cómo van yendo de gira. No sé. Franco Luciani va a cada rato, Martín Neri. A mí me fascina porque así no vivan allí, pues está siempre lleno de argentinos y de latinos. Pero no lo veo distinto a otras partes. Estamos ya por todos lados. Madrid es igual, repleto de gente de aquí haciendo música. Y como hemos vivido una situación tan difícil con la música -nosotros no tenemos nunca subvenciones ni apoyos como tienen Francia o Canadá, que son países donde hacer música es como cualquier otro oficio y te ayudan, y si haces un disco, te pagan-, con situaciones tan precarias, eso hace, buscándole alguna cosa positiva, que hagamos música del alma, porque igual no nos va a ir bien (risas). Más vale que en vez de hacer reggaetón y salsa pues voy a hacer lo que me salga del corazón. Como, por supuesto, es el ejemplo de Cuba. Una situación tan difícil ha hecho que en contrapeso se creen canciones maravillosas. Y esto pasaba, por ejemplo en Estados Unidos antes, cuando las situaciones eran difíciles, cuando estaban en guerras y había conciencia social. Fue cuando mejor música se hizo. Y ahora que ya está todo como en calma -siguen en guerras, pero ellos no se enteran-, entonces también el nivel baja. Es súper curioso. Por supuesto que quisiera que todos estuviéramos en una situación maravillosa, pero yo creo que eso hace que creemos música tan bonita, porque no tenemos opción. O hacemos eso o morimos de depresión.

—Tenés una carrera ya de 20 años. ¿Qué influencias tuviste más recientemente en tu música?

—Yo estoy siempre oyendo música. Lo que pasa es que debo confesar que soy muy fiel a mis músicos. Entonces yo si oigo a Chabuca Granda, la oigo todos los días. Sigo escuchando a Pablo Milanés, a Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa, Raúl Carnota. Es curioso porque como hicieron tanta música, entonces yo los sigo descubriendo. Hay canciones de Pablo Milanés que estoy descubriendo. A veces me pasa con Mercedes Sosa. Digo: esta canción no la había oído. Es gente que produjo tanto que yo no quiero perder el tiempo escuchando mala música cuando todavía me falta descubrir cosas de mis ídolos. Entonces sigo aprendiendo de ellos aunque no estén, lo cual me encanta. Pero siempre que descubro alguien nuevo también me dedico a estudiarlo. Soy muy estudiosa, me fascina sacar canciones, es mi hobby. Escucho una canción bonita de Maggie, por ejemplo, y me siento con la guitarra a cantarla y la grabo. Tengo todavía esas ganas que tenía de hacer música cuando era adolescente y niña. Yo tenía un profesor de guitarra desde los nueve años que iba a mi casa a enseñarme a sacar canciones. Yo le decía: Mira, me gusta José Luis Perales. Y nos sentábamos a sacar los acordes. Y eso sigue siendo mi fascinación. Lo sigo haciendo. No hay una semana que pase sin que yo haga eso, por ejemplo, con Alan Sutton, que es un chico que no es de mi generación. Su música le gusta más a los jovencitos. Mi hijo lo descubrió y quedó fascinado. Veo en él una magia y digo: wow, qué letras tan lindas. Y entonces me siento a transcribir la canción. O sea que sí, sigo disfrutando mucho de la gente que llega nueva. Alan Sutton y Maggie Cullen son de la nueva generación los que más estoy escuchando diariamente.

—Hace poco reposteaste enojada algo sobre esta polémica canción que grabaron varios músicos colombianos, "+57”. ¿Qué tenés para decir sobre el tema?

—Es realmente triste. La rabia ni siquiera es el principal sentimiento, sino la tristeza. Porque hay tantos músicos que llevamos años luchando por nuestra infancia, porque haya canciones bonitas. No necesariamente que sean políticamente correctas. Puede ser gracioso, como Luis Pescetti, podemos no enseñarles nada con la música, sino hacerlos divertir. Es decir, no quiero ser moralista. Se pueden hacer canciones divertidas, graciosas. Pero cuando tú ya pasas a burlarte... De hecho, tuvieron que corregir la canción, porque en un momento hablaban de drogas, de alcohol, de una niña de 14 años que se escapa a la discoteca y se maquilla y está buena. Cuando se habla así, con tanto desconocimiento, sobre todo en una ciudad como Medellín, de donde son todos ellos, que es una ciudad hermosa, que ahora está teniendo el mayor problema de sexualización de niñas y adolescentes en la historia. O sea, donde esto no es un chiste. Las niñas que están bailando en las discotecas realmente tienen 14 años. Lo tuvieron que cambiar. En vez de “fourteen”, “eighteen”, algo que han debido pensar desde el primer momento. Es muy triste no solamente porque la canción sea horrible. Lo único que me consuela es que a ellos no se les entiende nada. Por primera vez agradecí que canten tan mal y que no se les escuche. Después es triste las declaraciones que hacen, excepto Karol G, que fue la única que se disculpó. Pero los demás se morían de la risa. Es muy triste aparte que sea un proyecto patrocinado por Colombia, con el prefijo de Colombia, cuando hay tanta música. De hecho fue muy bonito porque días después en los Latin Grammy la persona del año fue Carlos Vives. Cantó con un montón de músicos maravillosos colombianos en el escenario y la gente retuiteaba: “esto sí es el +57”.

—¿Qué artistas colombianos nos recomendás?

—Hay una nueva camada de gente joven que me encanta. La primera se llama La Muchacha. Ese es su nombre artístico. Ella se llama Isabel, pero su nombre artístico es La Muchacha. Es muy diferente a lo que hago yo. Ella es absolutamente directa, irreverente. Tiene canciones para el feminismo maravillosas. Hay también otro músico que es de Pasto, del sur de Colombia. Nunca salían músicos de allí. Como que era siempre la gente de Bogotá la que se daba a conocer. Y este chico se llama Lucio Feuillet y hace música también joven, pero con esa raíz andina del sur de Colombia, que es muy parecido a Ecuador, a Bolivia. A él aparte le está yendo súper bien, está de gira por todo Colombia. Es un músico increíble, que está empezando a ser representante de Colombia en festivales en Estados Unidos, en Europa. Se va con todo un carnaval, con sus máscaras, con sus instrumentos nativos. Y hay unas chicas que se llaman Las Añez, que son gemelas, que me encantan. También tienen un sonido súper poderoso. Colombia está en un momento para mí fantástico de creación de cosas muy originales.

Los shows de Marta Gómez en Argentina:

-Buenos Aires

5 de Diciembre, Teatro Coliseio, 21 hs

-Rosario

7 de Diciembre, Plataforma Lavardén, 21 hs

-La Plata

8 de Diciembre, Teatro Ópera, 20:30 hs

-Mendoza

13 de diciembre, Teatro Independencia, 21 hs

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