Seguramente, las siestas son el pasatiempo favorito de tu perro: del sofá al suelo y del suelo a su cama (o a la tuya si sos de esos que ama dormir con ellos). Aunque parezca que siempre está en un estado de sueño profundo, lo cierto es que este no lo es tanto como creés, ya que los canes duermen alternando el sueño y la vigilia; hecho heredado de sus antepasados lobos y coyotes.
Esta forma tan peculiar de dormir les ayuda a estar alerta ante posibles peligros, como demostró Marc Bekoff, biólogo y etólogo que pasó horas investigándolos mientras dormían para plasmar está conclusión en su libro, Canine Confidential: Why Dogs Do What They Do (Confidencial canino: por qué los perros hacen lo que hacen).
Esto no quiere decir que no duerman, de hecho, “en general un perro adulto sano suele dormir unas 12 horas en total y un cachorro hasta 18, cifra que puede alcanzar un perro anciano”, explica Amparo Cons, veterinaria del Centro Veterinario Soto de Madrid.
Esto suena genial hasta que llega el insomnio para interrumpir sus placenteros sueños. Porque sí, en ocasiones nuestros perros también padecen problemas para dormir como nos ocurre a los humanos: estas son sus causas y las posibles formas de ayudarlos a conciliar el sueño reparador que necesitan.
Razones por las que tu perro no duerme
Existen muchos factores que provocan el insomnio en los perros: “Uno de los más comunes son las alergias, que les provocan picor y dificultad a la hora de dormir”, explica Uritz Alday, veterinaria de la Clínica Gure Kide.
Por otro lado encontramos la demencia. Cada vez es mayor la esperanza de vida en los perros, que alcanza un promedio de entre 10 y 13 años según un estudio publicado en Scientifics Report. Por este motivo, como anota Alday, “es frecuente que padezcan esta enfermedad que puede provocar trastornos y dificultades en el sueño debido a dolores crónicos o a insuficiencias renales por las que beben más agua y se les puede escapar el pis e insuficiencias respiratorias que provocan tos, etc.”.
Además, “cualquier tipo de dolor a cualquier edad, incluso una temperatura inadecuada de la casa, cambios en las rutinas, una incorrecta educación o que padezcan ansiedad por separación son factores que también pueden provocar trastornos del sueño a corto y largo plazo”, explica Cons.
Las características comunes a cada raza también pueden influir aumentando la posibilidad de padecer insomnio: “Es el caso de algunas más nerviosas o ansiosas, o aquellas que por conformación física los hacen más propensos a sufrir dolores articulares como es el caso de los perros grandes o con dificultades respiratorias como los braquicefálicos”, explica Uritz.
Existen estudios, como el disponible en la estadounidense National Library of Medicine, que revisa los trastornos del sueño en perros y sus tratamientos. En él se habla de la narcolepsia como el más común, una alteración neurológica que afecta la aparición y organización del sueño, seguida de los trastornos respiratorios.
En el caso de los humanos, el estrés y las preocupaciones son una de las mayores causas de insomnio. Pero, ¿los perros también duermen peor según su estado de ánimo? Un estudio del Instituto húngaro de Neurociencia Cognitiva y Psicología demuestra que la macroestructura del sueño está modulada por la experiencia social positiva y negativa en perros adultos.
En él, a través de un sistema de polisomnografía no invasivo se recopilaron los datos del sueño del perro durante tres horas de duración después de ser expuestos a diferentes interacciones sociales.
Antes de dormir fueron expuestos, por una parte a interacciones positivas como caricias y juegos y, por otra, a interacciones negativas que los sometían a estrés (separación, acercamiento amenazador y cara inmóvil). Se demostró que la latencia y duración del sueño era mayor después de las experiencias positivas.
Así podés ayudarlo a conciliar el sueño
El primer paso es darle la atención que merece prestando interés a los posibles síntomas que revelan su insomnio. Para empezar, debemos saber que “cuando el animal está en casa, debería estar tranquilo, recostado y con una frecuencia respiratoria muy lenta”, explica la veterinaria de Gure Kide.
Notarlo inquieto también es señal de alarma: “Lo más probable es que el animal ladre, gimotee y deambule; si no duerme cerca de nosotros y estos síntomas mencionados no están a nuestra vista, podremos observar excitabilidad, cansancio e incluso agresividad”, matiza Cons.
Una vez los síntomas levantaron nuestras sospechas, lo idóneo es llevar al animal al veterinario, donde diagnosticarán la causa y aplicarán el tratamiento específico para cada caso, aunque, según explican las veterinarias entrevistadas, hay algunos consejos que podemos seguir para favorecer un mejor descanso.
“Lo más importante es realizar ejercicio durante el día, ya que nuestros animales necesitan gastar mucha energía, no es suficiente con un par de paseos para hacer sus necesidades”, explica Uritz.
La veterinaria Amparo Cons es partidaria de buscar, en primer lugar, soluciones alternativas a la medicación, por lo que añade la importancia de “marcar unos horarios de comida y una rutina y actos tan simples como evitar sobreexcitar al perro cuando llega la hora de dormir”.
Otra clave que destacan ambas veterinarias es la música: “Se han hecho ensayos y se ha demostrado que sonidos de la naturaleza y música clásica o instrumental relajante tiene un efecto positivo en ellos”, añade Cons.
Estudios como este de 2020 recogido en PubMed amparan esa idea. En él se realiza una revisión de diferentes investigaciones respecto a la influencia del enriquecimiento auditivo en la salud y comportamiento canino, llegando a la conclusión de que la exposición a la música clásica parece tener una influencia calmante en perros, aunque esto depende de factores como la raza y personalidad del perro, y del tipo de música.
IAA/CRM