Millones de personas padecen alguna alergia alimentaria. El huevo, la leche, los frutos secos, el pescado, los mariscos, las legumbres y las frutas son, en este orden, los alimentos que más alergias causan.
Qué es una alergia alimentaria
Las alergias alimentarias aparecen cuando el sistema inmunológico del cuerpo se sensibiliza y reacciona de manera exagerada a un componente particular del alimento. Este ataque está mediado por el anticuerpo IgE. Es esta respuesta inmune hiperactiva la que provoca los síntomas de la alergia: erupciones, inflamación, ahogo, urticaria, ardor, etc.
Esto puede ocurrir incluso al ingerir una pequeña cantidad, y aunque son más comunes en bebés y niños, pueden aparecer a cualquier edad, incluso una persona puede desarrollarlas a alimentos que ha ingerido durante años sin problemas.
Pero cuidado que no todas las reacciones a alimentos son alergias; el término alergia a menudo se usa de forma incorrecta para describir cualquier reacción adversa a los alimentos, como intolerancias alimentarias, reacciones tóxicas, intoxicación alimentaria, deficiencias de enzimas o aversión a los alimentos.
Los alimentos más alérgicos
Aunque la Organización Mundial de Alergias (WAO) sugiere que existen más de 170 alimentos relacionados con reacciones alérgicas y que cualquiera puede causar alergia, la lista de los más comunes se reduce a la siguiente:
- Maní: aunque solemos clasificarlos en la categoría de frutos secos, en realidad pertenecen al grupo de las legumbres, como las lentejas. Por tanto, pertenecen a un grupo de alergia alimentaria propio.
- Huevos: tienen el honor de estar en la lista principal de alimentos que provocan alergia sobre todo a los niños. La mayoría de las proteínas que desencadenan una alergia se encuentran en la clara de huevo (albúmina). Puede ocurrir que algunos alimentos que contienen huevo, al calentarlos, pierdan la forma de las proteínas que causan alergia.
- Frutos secos: almendras, avellanas, nueces de Macadamia, piñones, pistachos y nueces son algunos de los frutos secos que causan reacciones alérgicas con mayor frecuencia. Y, para complicar más las cosas, debemos tener en cuenta que cualquier alimento o plato preparado que contenga cualquiera de estos frutos secos también representa un peligro.
- Leche de vaca: son alérgenos comunes debido a las proteínas de la leche como la lactoglobulina, lactoalbúmina, caseína y suero. Para quienes son sensibles, los productos lácteos pueden causar problemas gastrointestinales y reacciones cutáneas. Si elegimos eliminar los productos lácteos porque somos alérgicos, deberemos excluir la leche, el queso, la manteca, el yogur y el helado.
- Trigo: no debemos confundir la alergia al trigo con la enfermedad celíaca, ya que pueden tener síntomas digestivos similares. La alergia puede provocar además urticaria, vómitos, erupciones cutáneas, hinchazón y, en casos más graves, anafilaxia. Las personas alérgicas al trigo deben evitar fuentes como el pan, la pasta o los cereales. La celiaquía está provocada por una reacción inmune anormal al gluten, una proteína del trigo.
- Mariscos: la reactividad se debe a las proteínas que se encuentran en almejas, cangrejos, langosta, ostras, vieiras, etc. El desencadenante más común es una proteína llamada tropomiosina, pero hay otras, como la arginina quinasa. A veces puede confundirse una alergia al marisco con una reacción adversa a un contaminante, como bacterias, virus o parásitos. Esto se debe a que los síntomas son similares: vómitos, diarrea y dolor de estómago.
- Pescado: la alergia a este alimento es común y suele afectar a alrededor del 2% de los adultos. A diferencia de otras alergias, puede ocurrir que esta surja en la edad adulta en forma de vómitos, diarrea (en los casos más leves) o una reacción más grave. No necesariamente una persona alérgica al marisco lo es también al pescado, porque no contienen las mismas proteínas.
- Algunas frutas: cerezas, melones, ciruelas o duraznos son algunas de las frutas que se asocian con mayor frecuencia a reacciones alérgicas en adultos.
Estos alimentos representan aproximadamente el 90% de todas las reacciones alérgicas. Se les suman ciertas semillas, incluidas las de sésamo y mostaza. Los síntomas de una reacción alérgica pueden afectar a la piel, al tracto gastrointestinal, al sistema cardiovascular y al tracto respiratorio.
¿Cómo podemos evitar estas reacciones? La forma más efectiva de controlarlas es tratar de no consumir los alimentos que causan los problemas. Para ello, es importante que revisemos bien las etiquetas de los ingredientes de todos los productos alimenticios y averigüemos si lo que debemos evitar puede tener otros nombres.
M.Ch.