Las autoridades rusas detuvieron a 11 personas, incluidos los cuatro sospechosos de perpetrar un ataque terrorista este viernes que causó la muerte a al menos 133 personas en una sala de comercios a las afueras de Moscú. El tiroteo, que también dejó al menos 145 heridos, se produjo en una sala de conciertos en la localidad de Krasnogorsk, a las afueras de la capital rusa. La agencia RIA informó que entre los fallecidos hay tres niños.
Se trata del peor ataque que sufrió Rusia en los últimos 20 años. La principal agencia de investigación del país está tratando tanto el tiroteo como las explosiones y el incendio posterior como un atentado terrorista. El grupo de hombres armados no identificados abrieron fuego contra una multitud en una sala de conciertos. La agencia Tass informó que el incendio posterior provocó el desplome del techo de la sala, por lo que se teme que el número de víctimas ascienda durante las próximas horas.
El Comité de Instrucción ruso dijo que abrió una investigación penal sobre los cargos, aunque no indicó quién podría estar detrás del ataque, que ya fue reivindicado por el grupo terrorista del Estado Islámico, aunque la veracidad del mensaje no fue confirmada oficialmente. El Servicio Federal de Seguridad de Rusia, por su parte, intentó vincular el ataque con Ucrania y la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zakharova, publicó en Telegram que “ya sabemos en qué país planeaban refugiarse, Ucrania”, informa The Guardian. Las autoridades de Kiev, sin embargo, niegan cualquier implicación en el ataque.
La agencia RIA publicó en su canal de Telegram, citando al Kremlin, que Putin fue informado que 11 sospechosos fueron detenidos en relación con el atentado, entre ellos “los cuatro terroristas directamente implicados”. Anteriormente, los medios rusos citaban un mensaje del legislador Alexander Khinshtein que indicaba que dos personas habían sido detenidas en la región rusa de Bryansk.
Khinshtein informó que los terroristas habían huído en un vehículo Renault identificado por la policía a 340 kilómetros al suroeste de Moscú, en la noche del viernes, y que desobedecieron las órdenes de la policía cuando les dieron el alto, informa Reuters. Dos de ellos fueron detenidos y otros dos huyeron aunque fueron arrestados posteriormente. El legislador ruso afirma que las autoridades encontraron en el coche más armas así como pasaportes de Tayikistán, país centroasiático de mayoría musulmana que formó parte de la antigua Unión soviética.
El Estado Islámico reivindica el tiroteo pero Rusia lo pone en duda
El grupo terrorista Estado Islámico reivindicó el tiroteo. “Los combatientes del Estado Islámico atacaron una gran agrupación de cristianos en la ciudad de Krasnogorsk, en las afueras de la capital rusa, Moscú, y mataron e hirieron a cientos de personas y causaron una gran destrucción en el lugar antes de retirarse a sus bases de manera segura”, dice el canal de Telegram de Amaq, afiliada a la propaganda del grupo terrorista. Algunos canales rusos pusieron en duda la veracidad del mensaje.
Esta información no fue verificada de manera independiente y el Estado Islámico, que llevó a cabo ataques en diversos países, se atribuyó algunas veces en el pasado la responsabilidad de ataques en los que no se pudo comprobar su implicación. El 7 de marzo, el FSB dijo que había impedido un ataque a una sinagoga en Moscú que estaba planeando una célula del Estado Islámico.
La Guardia Nacional rusa busca a los autores. La agencia oficial RIA Nóvosti señala que los disparos con armas automáticas fueron efectuados por al menos tres personas con ropa de camuflaje en el centro comercial Crocus City Hall, donde también se declaró un gran incendio. Según distintas informaciones, los atacantes también detonaron explosivos y se produjeron al menos dos explosiones.
“Sin duda era un grupo de personas, hubo muchas ráfagas de ametralladora. Llevaban ropa marrón o chalecos marrones. Estábamos en el palco y los atacantes estaban cerca del escenario, bastante lejos de nosotros. Venían desde la entrada de la sala a lo largo del patio hacia el escenario, empujando a la gente hacia el centro de la sala”, dijo un testigo de lo sucedido, el fotógrafo Dave Primov, al servicio de la BBC en ruso.
Durante la noche del viernes se difundieron videos del edificio envuelto en llamas mientras circulan grabaciones del ataque, en las que se escuchan disparos mientras los asistentes al concierto huyen aterrorizados para salvar sus vidas o se ve cómo varios hombres disparan contra la gente a su entrada en el centro comercial y los cuerpos de varias víctimas yacen en el suelo.
Un gran número de agentes del orden y personal de emergencia se congregaron fuera del edificio mientras continuaba el incendio en el interior. Más de 70 equipos de ambulancias trabajaron en el lugar de la tragedia y los periodistas fueron dispersados por los agentes antidisturbios.
El medio independiente Meduza informó que, en el momento del ataque, podría haber habido más de 6.000 personas en la sala, ya que tiene capacidad para 6.200 espectadores y todas las entradas para el concierto estaban agotadas. Los músicos están a salvo, según confirmó la banda.
Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, dijo que el presidente ruso Vladimir Putin fue informado sobre el ataque en cuanto empezaron los disparos en la sala de conciertos. “En los primeros minutos de lo ocurrido en el Crocus City Hall el presidente fue informado sobre el comienzo del tiroteo”, dijo. “El presidente impartió todas las instrucciones necesarias”.
El Ayuntamiento de Moscú suspendió todas las actividades masivas previstas el fin de semana en la capital rusa. “Tomé la decisión de suspender este fin de semana en Moscú todas las actividades masivas deportivas, culturales y otras”, escribió el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, en Telegram.
Aviso de las embajadas occidentales
El Ministerio de Exteriores de Rusia llamó a la comunidad internacional a condenar el atentado. “Toda la comunidad internacional está obligada a condenar este horrible crimen”, señaló María Zajárova, la portavoz de Exteriores, en su canal de Telegram. Decenas de países expresaron sus condolencias y condenas por el ataque.
Las embajadas occidentales en Rusia habían advertido sobre posibles atentados terroristas en este país, avisos que el presidente Putin consideró “un intento de intimidar y desestabilizar nuestra sociedad”. Una semana antes de las elecciones presidenciales rusas del 15 al 17 de marzo, varias embajadas occidentales alertaron sobre posibles ataques terroristas en Rusia. La primera delegación en emitir una alerta para sus ciudadanos fue la representación de EEUU, que hace dos años también advirtió a sus nacionales sobre el inminente inicio de la guerra en Ucrania pocos días antes de que esta comenzara.
Según un mensaje en la página web de la embajada de EEUU, grupos extremistas tenían “planes inminentes de atacar” grandes aglomeraciones de personas en territorio ruso durante los próximos días. También la embajada de Reino Unido citó en su web esa advertencia y aseguró que estaba siguiendo de cerca esas informaciones. Más tarde, otras embajadas, como las de Alemania, Países Bajos y Letonia, pidieron a sus ciudadanos extremar las medidas de seguridad ante el riesgo de ataques en Rusia.
John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, dijo que la Casa Blanca está trabajando para recopilar más información sobre el ataque. “Nuestros pensamientos obviamente estarán con las víctimas de este terrible ataque a tiros”, dijo en una conferencia de prensa.
Kiev negó cualquier implicación en el ataque. “Desde luego, Ucrania no tiene nada que ver con el tiroteo/explosiones (...). No tiene ningún sentido”, tuiteó el asesor del jefe de la oficina del presidente de Ucrania, Mijaílo Podolyak. “Ucrania nunca recurrió al uso de métodos terroristas”, agregó, antes de concluir: “No cabe la menor duda de que los sucesos de las afueras de Moscú contribuirán a un fuerte aumento de la propaganda militar, a la aceleración de la militarización, a la ampliación de la movilización y, en definitiva, a la escalada de la guerra”. También negaron su implicación los voluntarios rusos que efectuaron varias incursiones fronterizas en las últimas semanas.