De la anexión a la desaparición: “Trump da luz verde a la limpieza étnica” en Palestina
![Donald Trump en la Casa Blanca el pasado 3 de febrero.](https://static.eldiario.es/clip/f62feb5f-d48b-4fb4-8b97-956b6212ee41_16-9-discover-aspect-ratio_default_0_x597y114.jpg)
En su despacho en el Ministerio de Cultura de Palestina en Ramala, Hosam Abo Nasser colgó en la pared con chinchetas de colores seis folios que forman una lista interminable de nombres. “Son miembros de mi familia asesinados en Gaza”, dice. El último es el número 126, pero la lista está incompleta, advierte, son alrededor de 250 y todos ellos murieron el mismo día en un mismo ataque israelí el 31 de octubre de 2024 en el norte de la Franja.
En ese cuarto repleto de papeles, montones de libros y algún retrato, las ocurrencias de Donald Trump son especialmente dolorosas. La hija de Abo Nasser sigue en la Franja de Gaza, se ha visto desplazada siete veces en estos 15 meses de guerra y no ha conseguido salir de allí, pero ha sobrevivido. “No estoy triste porque ya he alcanzado lo más profundo de la tristeza. Es un sentimiento que me acompaña”, dice. “Como palestinos, no tenemos más opción que enfrentarnos al proyecto de Donald Trump. Sin embargo, una posición árabe unida es lo que en el fondo responderá a su oferta y, mientras tanto, Netanyahu explotará estas declaraciones para fortalecer su posición en el Gobierno, dándole más margen para permanecer en el poder”, añade.
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Junto a un Benjamin Netanyahu exultante, el presidente de EEUU defendió por segunda vez una limpieza étnica de palestinos en Gaza, añadiendo además que EEUU tomará el control de la Franja. “Esta no ha sido una decisión tomada a la ligera. Todas las personas con las que he hablado aman la idea de que Estados Unidos posea ese terreno, lo desarrolle y cree miles de empleos”, afirmó.
Abo Nasser, escritor e historiador, cree que el único futuro posible de Gaza pasa por un gobierno de unidad de la Autoridad Palestina. “De lo contrario, se producirá un vacío de poder que dará a Israel la excusa para reivindicar que no hay entidad palestina capaz de gobernar Gaza”, dice. Abo Nasser, miembro del partido Fatah, salió de la Franja en 2016 por la persecución y restricciones que sufría por parte de Hamás como “activista contra la división interna” en Palestina.
Desde el Peace Research Institute of Oslo, institución de referencia en estudios de paz, Jørgen Jensehaugen, investigador sobre Palestina, dice a elDiario.es que “aunque probablemente [el plan de Trump] no se implemente, lo importante es que da a Israel mucho más margen de maniobra porque da luz verde a la limpieza étnica como opción política”. “Además, complicará las negociaciones para la segunda fase del acuerdo de alto el fuego dado que Israel se sentirá seguro de que EEUU acepta sus objetivos más extremos”, añade.
Del túnel a Gaza a la Riviera Maya
En su primer mandato, Trump presentó su “plan de paz” —apodado por él mismo como el 'acuerdo del siglo'— en el que los palestinos no fueron consultados. En aquel plan, en el que redibujaba un Estado Palestino totalmente menguado, proponía la creación de un túnel para conectar Cisjordania con la Franja de Gaza. Además, reconocía la inmensa mayoría de los asentamientos ilegales como territorio israelí —diseñando un país palestino dividido en tres islas sin continuidad territorial— y asignaba el valle del Jordán a Israel, arrebatando a palestina toda la zona fronteriza que tiene con Jordania. El Estado palestino propuesto por Netanyahu y Trump, en consecuencia, era un territorio completamente rodeado y controlado por Israel que ni siquiera tendría derecho a crear sus propias fuerzas armadas.
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El presidente estadounidense combinó aquella propuesta, también presentada junto al propio Netanyahu en una rueda de prensa en la Casa Blanca, con un esfuerzo para que los países árabes normalizasen relaciones con Israel a través de los conocidos como Acuerdos de Abraham. Ambas iniciativas excluían a los palestinos de la ecuación, pero el esfuerzo de normalización pretende alejar a los países árabes de la cuestión palestina y que den su consentimiento a la ocupación. Una vez la comunidad internacional normaliza la ocupación y anexión, el proyecto colonial de Israel llega a su fin, tal y como advierten los expertos.
Trump ha pasado de aquella polémica propuesta unilateral de Estado palestino a querer echar a los dos millones de palestinos de Gaza y tomar el control de la Franja para convertirla en un destino turístico. Ahora el presidente ha optado por ignorar por completo la solución de los dos Estados —que los expertos ya consideran irrealizable ante la política israelí de hechos consumados—. “Hay que aprender de la historia. Son tantas décadas que ya no se pueden contar y no se puede seguir intentando y cometiendo el mismo error una y otra vez. Gaza es un infierno y ya lo era antes de que empezase el bombardeo”, decía Trump este martes junto a un Netanyahu sonriente.
“Esto destruye las perspectivas de expandir los Acuerdos de Abraham a otros países”, opina Jensehaugen. El presidente de EEUU había afirmado que quería aprovechar el impulso del acuerdo de alto el fuego en Gaza para sumar a más países árabes a los Acuerdos de Abraham (firmados por Sudán, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Qatar), pero las peticiones de una limpieza étnica complican esa posibilidad.
“Lo que ha dicho Trump son solo declaraciones para elevar sus exigencias y demandas a los árabes de forma que ellos exijan menos en sus negociaciones. Son declaraciones dirigidas especialmente a países como Arabia Saudí, Egipto, Jordania y Qatar, considerando que son jugadores clave en la cuestión palestina. Quiere concesiones a cambio de estas afirmaciones”, opina Abo Nasser.
El activista y antropólogo israelí Jeff Halper lleva décadas estudiando el proyecto colonial de Israel y advierte que, desde la llegada de Trump, Palestina está en su momento más peligroso desde 1948 con la creación del Estado de Israel. “Los burdos comentarios de Trump reflejan el impulso de la política israelí-estadounidense que ha estado claro durante años, pero que ahora está alcanzando su culminación en el proceso de normalización”, señala.
“Que un par de millones de gazatíes sean reubicados de forma semivoluntaria o por la fuerza, o que simplemente se pudran allí bajo alguna autoridad títere palestina o árabe, no supone ninguna diferencia. Israel no tiene ningún interés estratégico en Gaza y, aparte de unos pocos colonos, ningún interés en integrarla en un Gran Israel. Es marginal y prescindible. El principal interés de Israel es sacar a 2 millones de palestinos de su dominio directo y después poner a los tres millones restantes de su bantustán [territorios de la Sudáfrica del apartheid para habitantes no blancos] de Cisjordania bajo algún subcontratista del tipo de la Autoridad Palestina. Así logran un Gran Israel con una mayoría judía del 70-80% que cubra toda la Palestina histórica”, concluye.
La propuesta de Donald Trump para tomar el control de Gaza es ilegal. Hasta ahora, Israel había intentado crear una nueva doctrina legal alegando que el IV Convenio de Ginebra que protege a los civiles en tiempos de guerra no se aplica en Palestina. De este modo, argumenta que no está llevando a cabo una ocupación y que los asentamientos —comunidades que Israel levanta sobre territorio palestino— son legales. La explicación que da Israel es que el convenio exige que haya dos actores soberanos para que se aplique y que Palestina no lo es. Sin embargo, la Corte Internacional de Justicia ya ha declarado y escrito negro sobre blanco que Israel está llevando a cabo una ocupación ilegal en Palestina y que los asentamientos son ilegales.
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