La victoria avasalladora de Claudia Sheinbaum cuestionó algunos automatismos atribuidos al comportamiento electoral latinoamericano. Derogó una fe en la reiteración de lo previsible tan sólida como para eximirse del engorro de poner a prueba su efectiva regularidad cada vez que un país del continente celebraba elecciones generales. La participación del 62% en un país sin voto obligatorio y la mayoría del 59% de una candidata del Gobierno superadora en puntos porcentuales a la ganada en 2018 por el actual Gobernante derriban la norma patrón de una rutinaria derrota punitiva de los oficialismos en cada renovación de autoridades nacionales.
Claudia Sheinbaum, oficialista sin miedo y sin reproche
El mandato que debía atender Claudia Sheinbaum ante las presidenciales mexicanas de 2024 tiene su correlato exacto e invertido en el que debía orientar al oficialista Sergio Massa ante las argentinas de 2023: las de este junio eran elecciones que sólo ella podía perder, las de aquel octubre fueron elecciones que él solo debía ganar.
La candidatura del espacio político del Ejecutivo en funciones, aun al más denostado, cuenta con ventajas. Innegables, inevitables, forzosas, independientes del recurso a los recursos que le sobran a esa posición, y anteriores aun a cualquier uso y abuso. Es posible que la campaña de la coalición de Sigamos Haciendo Historia haya disfrutado de esta preeminencia sin dejar que los escrúpulos fueran una rémora al transitar atajos que se le abrían a cada paso.
La oposición protestó con firmeza y laboriosidad en toda situación en la que percibieron abusos que saltaban a sus ojos. Xóchitl Gálvez, que aspira ser recordada "como la mujer indígena que desafió al pode", lideró la coalición opositora. Fuerza y corazón por México salió segunda en la elección del domingo con el 27% del total de los votos. Ingeniera en computación, empresaria de demostrada idoneidad para los negocios, ex senadora nacional por la Ciudad de México, la candidata presidencial derrotada había hecho del denunciar las ventajas ilegítimas de las que su contrincante Claudia Sheinbaum habría gozado -sin más mérito que ser candidata oficialista- un eje enfático, mediático, judicial, de su campaña.
La mayor ventaja del oficialismo, en la elección presidencial mexicana, sin embargo, se afinca en una circunstancia ajena al hecho de que la candidata en campaña tenga por detrás un gobierno y una administración que disponen desde dentro del aparato del Estado. La ventaja es el propio curriculum del sexenio que llega su fin. El geógrafo Alain Musset ha pedido disculpas por ofrecer una explicación tan brutal, o tan simple, de la popularidad de AMLO y de MORENA. El autor de Le Mexique (2017), servicial breviario publicado por la Universidad francesa, entiende que ‘la gente vota a los gobiernos que les dan cosas que necesitan, y no a opositores contreras que dan sermones que son palazos’.
Del soliloquio del PRI al coloquio con MORENA
La científica y académica, la militante política de izquierda, la ingeniera especializada energías renovables y agitadora ambientalista, la ex alcaldesa de Tlalpan y ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, la confesa favorita del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no es sólo su heredera. Ni será sólo su sucesora. Ni tampoco la primera mujer en llegar a la presidencia solamente..Es también “la primera persona judía en ser elegida presidente”: así expresa esta información, que la mayoría de los medios latinoamericanos desatiende, The New York Times. Cuyos cronistas observan a continuación que el de Sheinbaum será el raro caso más único que raro “de una líder judía al frente de uno de los países católicos más grandes y poblados del mundo”. En su discurso en el Zócálo la presidenta electa dijó que ese domingo nocturno ella era la última de un gran linajer de mujeres que lucharon por la igualdad y por México y que primera en esa geneaología era Juan de Azbaje: la monja sor Juana Inés de la Cruz.
Antes del miércoles 5, cuando se conocerán números mucho menos priovisorios, los recuentos preliminares arrojaban que en las elecciones federales el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), el partido fundado por AMLO, había ganado el gobierno en 6 de las 8 estados que renovaban autoridades y obtenido mayorías absolutas en al menos 22 de las 32 Legislaturas estaduales. La jefatura de Ciudad de México, en la disputa más reñida del domingo, acaso la única con resultado desconocido de antemano, también quedó en manos de la candidata oficialista.Clara Brugada.
Desde la década de 1980, ningún partido ni gobierno ni fuerza, movimiento o espacio de la política conoció una hegemonía como la que a partir del 1° de octubre será la de MORENA. En el siglo pasado, ese hegemonía la debió el Partido Revolucionario Institucional (PRI) a disponer del monopolio de la fuerza e instaurar un régimen que le permitió gobernar por 71 años sin solución del continuidad.
Por sí solo, antes de sumar a sus aliados el ecologista Partido Verde y el socialista Partido del Trabajo, MORENA, cuenta con más de la mitad de las bancas en la Cámara de Diputadas y Diputados y en el Senado. Por tres años. En los primeros tres años de un período presidencial que dura seis, Sheinbaum podrá gobernar sin oposición y sin límite mayor que su albedrío. Tiene las bancas y los votos en ambas Cámaras que garantizan en el Legislativo progreso sin trabas al flujo de sus iniciativas. Acaso, poner en marcha una reforma constitucional sin tabúes.
Sin aparente rencor, pero no sin suspicacia, analistas opositores miran hacia un horizonte de más extendida hegemonía para MORENA. Con una cuarta toga en la Corte Suprema afín al ideario de Estado de Bienestar de la ‘Cuarta Transformación’ de AMLO, la reforma constitucional puede ser un trámite inútil. Del que se abstenga, por oneroso, una Presidenta electa que en su primer discurso en la noche dominical de su victoria prometió austeridad y disciplina fiscales, independencia de la autoridad monetaria, administración púlblica y planes sociales financiados con los recursos asignados por la ley del Presupuesto. En esas condiciones institucionales favorables, con los tres Poderes consonantes en el diapasón del Estado Providencia "humanista" al que rebela la injusticia de la pobreza, las leyes sancionadas por el Legislativo y promulgadas por el Ejecutivo correrían poco riesgo de ser frenadas por quienes protesten e invoquen una presunta inconstitucionalidad.
Un escritor se corrige, pero no se había equivocado
Desde que los relatos de Me perderé contigo (1988), que hicieron del Distrito Federal entretenido laberinto de hacinamientos y capital mundial del desencuentro, hasta Todo lo de cristal (2023), autobiografía como fuga de 7 domicilios con fantasmas, “donde dos niños (uno el autor) se bajan los pantalones para mostrarse y tocarse debutantes”, cada libro de Rafael Pérez Gay aseguró una nueva ración mínima, vital y móvil de alegría. Jamás ensució con sentimentalismo la desdicha. En El cerebro de mi hermano (2014) dio testimonio fraterno de José María Pérez Gay, de un mal degenerativo mal diagnosticado hasta el fin. El académico, diplomático, prosista incisivo y erudito, y prolífico germanista, había muerto en 2013; su esposa, Lilia Rossbach Suárez, actual embajadora de México en la Argentina, fue propuesta por AMLO en 2021 para este destino sudamericano austral. Al presidente saliente, Rafael halla autoritario, y él quiere un Mëxico sin totalitarismo y con democracia, según la alternativa que propone el programa del canal de YouTube La Saga donde lo entrevistan.
Menos de dos semanas antes de las elecciones federales del 2 de junio, hizo lo que “nunca había hecho”: firmó un llamamiento donde con otras 250 figuras públicas pedía el voto para la oposición a MORENA. Contra “Claudia”. Cuenta Rafael Pérez Gay a su entrevistadora que ha tenido “la desgracia” de ver un programa donde estuvo “Claudia”. Se corrige: “Perdón, perdón... Claudia Sheinbaum. Si yo no digo nunca así ¿por qué estoy diciendo ‘Claudia’?”. El narrador y memorialista chilango nacido en 1957 no es nomás el gran escritor que es. Es también una persona inteligente. La era de Claudia ya había comenzado.
AGB