El papa Francisco aseguró este lunes que “la democracia es un tesoro que debe ser custodiado” y llamó a defenderla frente a los “riesgos” que suponen los populismos y los posibles “imperios” de potencias internacionales.
“La democracia es un tesoro de civilidad. Y debe ser custodiada”, afirmó el pontífice durante la conferencia de prensa que dio hoy al regresar a Roma desde Grecia, donde terminó una gira de cinco días por el Mediterráneo que también incluyó Chipre.
Para el Papa, la democracia “debe ser custodiada no solo de una entidad superior sino en los mismos países”.
“Y veo dos peligros. Uno es el de los populismos que están por acá y por allá”, aseveró Jorge Bergoglio, quien en Atenas había advertido por un “retroceso” democrático global.
“Pienso en un gran populismo del siglo pasado, el nazismo, que fue un populismo que defendiendo los valores nacionales, según decía, llevó a la muerte de la gente y se volvió una dictadura cruenta”, afirmó en esa dirección.
Así, el Papa deseó “que los Gobiernos no resbalen hacia el camino de los populismos”.
De todos modos, como ya ha hecho en otras oportunidades, el Papa explicó que “estos populismos no tienen nada que ver con los popularismos, que son la expresión de los pueblos libres, que tienen que ver con su identidad, su folklore, sus valores, su arte”.
Para el Papa, el peligro que enfrentan las democracias es el camino por el que “lentamente se sacrifican los valores nacionales, se diluyen hacia un imperio, una especie de gobierno supranacional”.
“Esto es algo que nos debe hacer pensar. No se deben aguar las identidades propias en un gobierno internacional”, advirtió.
En ese sentido, recordó la narración “El señor del Mundo”, del británico Robert Benson, en la que “sueña el futuro con un gobierno internacional que, con medidas económicas, políticas, gobierna todos los otros países”.
“Cuando se da este tipo de gobierno se pierde la libertad y se busca una igualdad entre todos, esto sucede cuando una superpotencia dicta los comportamientos económicos, sociales y culturales a los otros países”, denunció.
Así, resumió que “los riesgos para la democracia son el peligro de los populismos, que no es el popularismo, y el de referencias económicos, culturales, a potencias internacionales”.
Para Francisco, tras una gira en la que buscó llamar la atención de Europa sobre el drama de los refugiados, “quien construye muros pierde el sentido de la historia, de su historia”.
“Corren el riesgo de ser esclavos”, planteó, aunque sin hacer referencias explícitas a Gobiernos.
En un nuevo llamado para que los países europeos reciban más personas, Francisco planteó además que “cada Gobierno debe decidir claramente cuántos pueden recibir. Ellos saben de cuántos son capaces”.
“Pero los migrantes deben ser acogidos, acompañados, promovidos e integrados”, insistió.
“Si no puedo hacerlo, debo hacer un diálogo con otros. Y reportarlos en la Unión Europea”, afirmó, antes de ejemplificar con los casos de países del sur del continente que enfrentan problemas para derivar migrantes hacia el norte, como Grecia e Italia.
“Si no resolvemos el problema, arriesgamos hacer naufragar la civilidad”, agregó el Papa, en línea con las duras críticas a la gestión europea de migrantes que había hecho ayer en la isla de Lesbos.
En ese marco, el Papa destacó una vez más los procesos de integración de los exiliados de las dictaduras latinoamericanas en los países del norte europeo, así como la “ensalada de frutas de cultura” que vio este lunes en su encuentro con jóvenes griegos en una escuela de Atenas.
“En el encuentro me dijeron que esto es el futuro de la Grecia. Es importante”, analizó.
En su diálogo de media hora con periodistas, el pontífice calificó además como un “anacronismo” la recomendación hecha por la Unión Europea, luego cancelada, para reemplazar el saludo de “Feliz Navidad” por un más amplio “Felices fiestas”.
“Es un anacronismo. En la historia tantas dictaduras trataron de hacerlo, como Napoleón, la dictadura nazi, la comunista. Es la moda de una laicidad aguada agua destilada. Es algo que no funcionó durante la historia”, criticó.
“Hablando de la Unión Europea: debe tomar en mano los ideales de los grandes padres fundadores, de unidad, de grandeza. Debe estar atenta a no hacer calle a las colonizaciones ideológicas”, reclamó sobre el bloque continental.
Según el Papa, “esto podría hacer dividir a los países y hacerla fallar. La UE debe respetar los países, como están estructurados dentro, y no los debe uniformar. Pero debe estar atenta”.
El riesgo es repetir lo sucedido con la recomendación sobre Navidad, señaló.
“Vienen a veces, tiran proyectos como estos y no saben qué hacer. Hay que dejar a cada país con su propia peculiaridad. Respetar su singularidad, estar atentos a no ser vehículos de la colonización ideológica”, reclamó.
Por Hernán Reyes Alcaide, para la agencia Télam.
IG