El magnate norteamericano John McAfee, conocido por sus antivirus, fue encontrado muerto este miércoles en la prisión catalana de Brians 2, según han confirmado fuentes penitenciarias. La muerte del recluso se produce un día después de que la Audiencia Nacional haya aprobado su extradición a Estados Unidos, país que lo reclama por supuestos delitos fiscales cometidos entre 2016 y 2018.
El conocido informático fue detenido en octubre del año pasado en el aeropuerto de El Prat y ha estado en la cárcel de Sant Esteve Sesrovires (Barcelona) desde entonces, al pesar sobre él una orden de búsqueda y captura de Estados Unidos. ElDiario.es pudo entrevistar a McAfee desde la prisión en noviembre pasado, cuando aseguró que “la vida en las cárceles españolas es como el Hilton comparado con el surrealismo abyecto y la deshumanización de las prisiones americanas”.
Según la nota emitida por el Departament de Justicia de la Generalitat, funcionarios de vigilancia penitenciaria y los servicios médicos han intervenido tras encontrar el cuerpo del hombre, de 75 años, pero no han sido capaces de reanimarlo. Finalmente los sanitarios han certificado la muerte. “La comitiva judicial se ha desplazado el centro penitenciario e investiga las causas del deceso. Todo apunta a que podría tratarse de una muerte por suicidio”, asegura el comunicado.
La justicia de Estados Unidos acusaba al magnate de cargos por varios supuestos delitos de evasión e impago de impuestos. En total, McAfee se enfrentaba a diez años de prisión, al acusársele de haber estafado hasta cuatro millones de dólares al fisco de su país de origen. La Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional celebró una vista la semana pasada, tras la que se autorizó su extradición, después de varios meses re reclusión en la prisión de Brians 2, cerca de Barcelona. La defensa de McAfee tenía tres días para formular recursos contra la decisión, aunque su salida se consideraba muy probable.
En su último mensaje en Twitter, publicado la semana pasada, el fallecido se refería a su vinculación con las criptomonedas, sector al que se había dedicado en los últimos años de su vida.
“Estados Unidos cree que he ocultado criptomonedas. Me gustaría haberlo hecho, pero la realidad es que se han disuelto a través de las muchas manos del equipo de McAfee. El resto de mis activos están incautados. Mis amigos desaparecen, tienen miedo a asociarse conmigo”, indicaba el magnate, tras lo que afirmaba “no tengo nada, pero no me arrepiento de nada”.
Una juventud agitada
McAfee nació en 1945, pero él asegura que su vida comenzó en 1983. Fue cuando visitó a un terapeuta y le recomendó que se apuntase a Alcohólicos Anónimos y abandonara la bebida. “Mi vida era un auténtico infierno”, aseguró en un extenso perfil que publicó Wired en 2012.
Nacido en Reino Unido, pero criado en una ciudad de menos de 100.000 habitantes de Virginia (EE.UU), McAfee -siempre según su relato a este diario- vivió una infancia bajo el yugo de un padre alcohólico que le agredía tanto a él como a su madre. Cuando él tenía solo 15 años, su padre se pegó un tiro en la cabeza.
Empezó entonces una juventud agitada en la que, primero el alcohol y después otras drogas, se convertirían en su mejor acompañante tanto en los momentos de ocio como en la vida laboral. Ganó sus primeros dólares vendiendo suscripciones a revistas puerta a puerta mientras estudiaba en la Universidad. Tras graduarse en matemáticas, encadenó todo tipo de cargos en la incipiente industria tecnológica americana. Solían acabar mal.
En 1983, antes de empezar su rehabilitación, McAfee trabajaba de director de ingeniería en una empresa californiana de almacenaje informático. Solía abrir una botella de whisky escocés de buena mañana y esnifar cocaína en su despacho, aparte de vendérsela a sus subordinados. De nuevo, dejó el puesto o le echaron (con McAfee nunca se sabe). Se encerró en casa drogándose durante semanas y, asegura, se planteó suicidarse igual que su padre. En lugar de apretar el gatillo, se unió a una terapia de grupo. Desde entonces sostiene que no ha vuelto a probar la bebida.
La fiebre del antivirus
El renacimiento de McAfee en 1983 sería la antesala de su boom como empresario. En 1987, ya sin beber ni tomar sustancias, los primeros virus informáticos empezaban a afectar a equipos de todo el mundo. McAfee leyó un artículo sobre el tema en una revista y montó McAfee Associates en su casa de Santa Clara (California). Su plan de negocio era regalar el antivirus en un primer lugar y luego cobrar por el servicio técnico o para instalarlo en empresas. Al cabo de cinco años, la mitad de las principales 100 compañías mundiales lo tenían instalado en sus ordenadores y pagaban una licencia. En 1990 McAfee facturaba cinco millones de dólares anuales sin apenas haber invertido dinero.
“Siempre he seguido a mi corazón y a mis intuiciones. Nunca me arrepentiré de esto”, señalaba desde la cárcel a este diario.