El ejército de Israel mató al líder de Hezbollah, Hasán Nasrala. Según el comunicado de las Fuerzas de Defensa israelíes (FDI), Nasrala “fue eliminado” junto a otros comandantes y dirigentes de la milicia en los bombardeos de este viernes sobre Beirut, capital de Líbano. La organización también confirmó la muerte de su dirigente esta mañana.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, asistió justo ayer a la sesión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, donde justificó la necesidad de terminar con Hezbollah —milicia libanesa y grupo paramilitar que está respaldado por Irán— después de varios meses de fuego cruzado en la frontera entre ambos países. Minutos después de su intervención, las fuerzas israelíes atacaban Beirut. Los medios internacionales especulaban sobre la muerte del líder chiita después de que la milicia no pudiera contactar con él y este no diera señales de vida tras una noche de intensos bombardeos, hasta que Nadav Shoshani, portavoz de Israel para la prensa internacional, anunció su muerte esta mañana.
“Hasán Nasrala no volverá a aterrorizar al mundo”, compartió el ejército israelí en su cuenta de X.
“Siguiendo información precisa de las FDI y del sistema de seguridad israelí, los aviones de combate llevaron a cabo un ataque selectivo contra el cuartel general de la organización terrorista Hezbollah, que estaba ubicado bajo tierra, incrustado debajo de un edificio residencial en el área de Dahye en Beirut”, explica el ejército en un comunicado. “El ataque se llevó a cabo mientras la cadena de mando superior de la milicia operaba desde el cuartel general y promovía actividades terroristas contra los ciudadanos del Estado de Israel”.
Israel afirma haber atacado “más de 140 objetivos terroristas” de Hezbollah
Mientras, las fuerzas de defensa de Israel continúan atacando Líbano. Los habitantes de la capital huyen de los edificios residenciales y cientos de vecinos de los suburbios del sur de Beirut —una zona del extrarradio conocida como el Dahye y controlada por Hezbollah, donde supuestamente se encontraba el cuartel general de la organización— acampan en las calles. Muchos de ellos querían escapar de los bombardeos israelíes de esta madrugada y pasaron la noche en la Plaza de los Mártires de la capital.
El ejército de Israel afirma que atacó “más de 140 objetivos terroristas” del grupo libanés, incluidas instalaciones que guardaban “lanzacohetes dirigidos contra civiles israelíes” e “instalaciones de producción de armas”. Aseguran que algunas de ellas estaban “incrustadas debajo de edificios residenciales en la zona de Beirut”.
Por otro lado, Israel activó el estado de alerta máxima esta mañana ante una posible represalia por parte de Líbano, según confirmó el portavoz del ejército, Nadav Shoshani. Shoshani recordó en una conferencia online que Israel ya mató a muchos de los dirigentes de Hezbollah: “La mayoría de los líderes de alto rango fueron eliminados”. “Esperemos que esto cambie las acciones de Hizbulá”, añadió el militar israelí, según recoge Reuters.
“Todas las fuerzas de la resistencia en la región apoyan a Hezbollah”
Los bombardeos de los cazas israelíes continúan. El ejército atacó al menos un punto al este de la ciudad. Por toda la capital libanesa resonó una explosión a primera hora de la mañana, mientras los medios locales informaban de un bombardeo cerca de la localidad de Bhamdoun, a escasos 20 kilómetros al este de Beirut, según informó EFE. Paralelamente, la Agencia Nacional de Noticias del Líbano informó sobre varios “violentos” bombardeos en poblaciones cercanas y las FDI confirmaron que están atacando el valle de Bekaa.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, no tardó en responder al ejército israelí. Khamenei instó a la población musulmana a apoyar a los civiles libaneses y a la milicia chiita, e insistió en que deben hacerlo “con cualquier medio que tengan para ayudarlos a enfrentar al perverso régimen” de Israel. El dirigente iraní no mencionó de manera directa la noticia de la muerte de Nasralá, pero condenó los ataques israelíes contra los civiles en Beirut. “Todas las fuerzas de resistencia en la región apoyan y están junto a Hezbollah”, enfatizó.
El asesinato de Nasralá puede ser un punto de inflexión en la escalada de violencia en Oriente Medio. El conflicto entre Israel y Hezbollah comenzó el pasado 8 de octubre, un día después de que Hamas asaltara el sur de Israel y matara a alrededor de 1.200 personas y momento en que el ejército israelí lanzó su ofensiva contra la Franja de Gaza, operación que ya causó la muerte de más 41.500 palestinos. Durante el mandato de Nasralá —que duró más de 30 años— Hezbollah ayudó a entrenar a milicianos de Hamas y Yemen, y recibió cohetes y armas de Irán —rival ideológico y geopolítico de Israel—. La versión oficial de la milicia es que luchan para la defensa de Palestina y la retirada de las tropas israelíes de la Franja.
Desde entonces, el fuego cruzado entre Israel y Líbano ha sido habitual, aunque durante gran parte del conflicto inicial no figuraran como objetivo los líderes más importantes de ambos grupos. Sin embargo, durante los últimos meses, Israel asesinó en diferentes ataques a varios miembros activamente importantes del gobierno de Hezbollah.
Hace poco más de una semana, 12 personas murieron y miles resultaron heridas en Líbano, después de que explotaran los beepers que utilizaban los integrantes de la milicia para comunicarse. Según los medios internacionales, el servicio de inteligencia israelí había colocado explosivos en los aparatos, que detonaron a la vez y desataron el caos en Líbano. También explotaron a los pocos días walkie-talkies y aparatos electrónicos.
Con la capacidad de comunicación de la milicia libanesa muy disminuida, el asesinato de Nasralá puede suponer un duro golpe en la organización del grupo, pero también desembocar en la escalada del conflicto. Según explica Peter Beaumont, corresponsal en Jerusalén del diario The Guardian, los ataques israelíes representan un desafío directo para Teherán, para quien Nasralá era su aliado estratégico regional más importante.
“Si bien el mando y control de Hezbollah se vio gravemente dañado, es probable que conserve una capacidad significativa. Otros aliados iraníes, incluidos Irak, Siria y Yemen, tienen sus propios misiles y drones, que, si bien no son tan importantes como los de Hezbolah, podrían utilizarse, y no necesariamente sólo contra Israel, sino también contra objetivos estadounidenses”, explica el experto sobre una posible escalada de la violencia.