James Cameron, que dirigió la película Titanic y que hizo 33 inmersiones a los restos del naufragio, se encontraba en un barco el pasado domingo cuando el sumergible Titán desapareció y no se enteró de lo sucedido hasta el lunes. El director de cine contó a la BBC que sospechó que había ocurrido un desastre en cuanto supo que el submarino había perdido tanto la navegación como la comunicación al mismo tiempo.
“Sentí en mis propias carnes lo que había pasado. Que el sistema electrónico, de comunicación y de seguimiento fallaran simultáneamente... el submarino se había esfumado”, dijo el director, que inmediatamente habló con sus contactos dedicados a los sumergibles. “No podés perder la navegación y comunicaciones a la vez sin un suceso catastrófico extremo o una catástrofe energética. Y la primera cosa que se me pasó por la mente fue una implosión”.
Este jueves, la Guardia Costera de Estados Unidos confirmó que los restos encontrados cerca del Titanic eran los del sumergible turístico Titán y que sus cinco ocupantes fallecieron en “una implosión catastrófica”. La Marina estadounidense detectó una firma acústica “consistente con una implosión” el mismo día en que el Titán inició su descenso.
Cameron dijo a la BBC que la semana “pareció una farsa interminable y de pesadilla en la que la gente iba de un lado para otro hablando de ruidos, golpes, oxígeno y otras cosas”. “Sabía que el submarino estaba exactamente debajo de su última profundidad y posición conocidas”, explicó el director, y añadió que una vez desplegado el robot controlado a distancia el jueves, los equipos “lo encontraron en cuestión de horas, probablemente en minutos”.
“Una terrible ironía”
El director sugiere que hay “una terrible ironía” en la pérdida del sumergible Titán y su tripulación y su similitud con la pérdida del Titanic en 1912, que siguió su rumbo pese a que el capitán fue advertido en repetidas ocasiones de la presencia de hielo delante del barco. “Ahora tenemos otro naufragio que se basa, lamentablemente, en los mismos principios de no escuchar las advertencias”, explicó. “Advirtieron a OceanGate”.
La compañía había tenido personas trabajando que renunciaron, añadió Cameron, pero no especificó por qué. El director dice que algunos miembros del mundo de la inmersión, entre los que no se incluyó directamente, escribieron una carta a OceanGate advirtiendo, en sus palabras, de que iba “camino hacia el desastre”.
Cameron no es el primero en mostrar su preocupación sobre las operaciones turísticas de la empresa. La compañía fue advertida en 2018 de los riesgos que corría por su “enfoque experimental”, que podría tener consecuencias desde “menores a catastróficas” para la industria, según el The New York Times, que tuvo acceso a una carta entregada por representantes del sector a Stockton Rush, director general de OceanGate, que ha fallecido en el submarino desaparecido.
Además, documentos judiciales de EEUU muestras que un exempleado de OceanGate advirtió sobre problemas de seguridad ya en 2018.