Las elecciones presidenciales de este martes en Kenia no se parecieron a ninguna otra de las anteriores en este país de África Oriental de 50 millones de habitantes. La diferencia la aportó un excéntrico candidato presidencial que popuso medidas políticas ‘novedosas’ para sacar al país, relativamente estable en términos políticos, de la grave situación económica y social. George Wajackoyah, un respetado abogado de DDHH, se convirtió en una celebridad de la noche a la mañana cuando anunció su candidatura a la presidencia. Sus políticas poco ortodoxas -su propuesta principal es legalizar la marihuana- han sacudido una carrera presidencial dominada por rostros viejos y conocidos.
Wajackoyah de niño vivió en las calles de Nairobi la ciudad capital de Kenia hasta que se unió al movimiento religioso Hare Krishna. Este político de 62 años con barba gris que declaró que no bebe alcohol ni come carne, fue oficial de policía después de graduarse de la escuela y finalmente se unió a la unidad de inteligencia. Por haber obtenido información sobre el asesinato de un ministro del gobierno en 1990, debió huir a Gran Bretaña, donde trabajó como sepulturero y guardia de seguridad, y luego a EEUU. En esta travesía, adquirió una lista de títulos tan larga que fue objeto de burlas a lo largo de la campaña electoral. Regresó a Kenia en 2012 y se graduó en 2015 de la Facultad de Derecho de Kenia en Nairobi, donde se había inscripto debido a que se cuestionara la legitimidad de sus títulos anteriores. En Nairobi, estableció su propio bufete de abogados, representando a clientes de alto perfil como Stella Nyanzi, una activista ugandesa y crítica del presidente ugandés Yoweri Museveni, y según sus propias declaraciones se desempeñó como profesor adjunto en la Universidad Internacional de Estados Unidos África.
Liturgia de campaña electoral
En uno de los últimos mítines de su campaña, Wajackoyah quien puede hablar 11 idiomas incluidas las lenguas locales ingresó a la ciudad de Mwea con medio cuerpo afuera del techo corredizo de una camioneta seguida por otros autos a corta distancia. Un enorme parlante ubicado en uno de los autos de la comitiva transmitía reggae y anunciaba su nombre.
Mwea es un pequeño pueblo de cultivo de arroz en Kenia, y tan pronto como los residentes se dieron cuenta de lo que estaba pasando, una multitud corrió detrás de la camioneta de Wajackoyah. Este entusiasmo sugiere que muchos kenianos anhelan una nueva forma de hacer las cosas.
“En Japón, a quien roba se la da la oportunidad de suicidarse”, sostiene Wajackoyah. “En Kenia, si alguien roba, o va a Diputados o o va al Senado”. En la Kenia que él propone, los políticos corruptos tendrán la opción de morir. Sin embargo su política más popular y a la vez más controvertida radica en la legalización de la marihuana.
En las varias ocasiones que se dirige a sus eventuales votantes, preconiza: “Tenemos que cambiar nuestra forma de pensar para mirar la economía y arreglar esa economía, ¡y la única forma de arreglar la economía es cultivando marihuana!”. Generalmente la respuesta se repite: los y las adolescentes gritan emocionados y corean “¡Bhangi! Bhangi”, o marihuana en kiswahili.
Propuestas nuevas de un candidato muy nuevo
Según Wajackoyah la legalización del cannabis ayudaría a Kenia a pagar su deuda de 9 billones de chelines kenianos (71.000 millones de dólares). Considera la prohibición de la planta como un vestigio de los valores cristianos coloniales que se impusieron en Kenia.
Actualmente, la legislación keniana prevé fuertes penas para los delitos relacionados con el 'bhang' y castiga duramente su posesión.
Tres países africanos, Lesoto, Zimbabue y Sudáfrica, ya han legalizado el cultivo de marihuana en un intento de sacar rendimiento de un sector de miles de millones de dólares que se está expandiendo rápidamente. Mientras tanto, en América Latina solo México y Uruguay han aprobado el uso recreativo del cannabis y nueve países más lo han legalizado para uso medicinal.
Ante la falta de industria en el país, el nuevo candidato propone vender testículos de hiena, marihuana medicinal a Israel y carne de perro a China. Respecto a eventuales compradores con antecedentes atroces en materia de DDHH, manifestó “Derechos humanos mi trasero. Vamos. Primero liberemos nuestro país y luego hagamos lo que tenemos que hacer”.
Ngala Chome, analista política de Sahan Research, un grupo de expertos con sede en Nairobi, calificó las propuestas políticas de Wajackoyah de “cómicas”. Sin embargo advierte que todos están vinculados a lo que más les importa a los kenianos en esta elección: la economía. La alta inflación, escasez de combustible y alto nivel de empleo, la economía es el mensaje más poderoso. y reconoce que por primera vez, los políticos se ven obligados a pensar en los temas que más preocupan a los kenianos.
Las elecciones de este martes han sido, en última instancia, una competencia entre dos de los políticos más establecidos del país, el ex primer ministro Raila Odinga y el vicepresidente William Ruto, a quienes encuestas recientes muestran que compiten codo a codo. Wajackoyah, a quien las encuestas preelectorales otorgan un 2%, podría obtener suficientes votos para obligar a Odinga y Ruto a una segunda vuelta.
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