ELECCIONES EN BRASIL 2022

Lula se ganó el apoyo del jurista que en 2015 impulsó el juicio político y la destitución de Dilma

Gran favorito en las encuestas de intención de voto para llegar por tercera vez a la presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva sigue sumando apoyos del mundo académico en general y del Derecho y las Ciencias Sociales en especial. Aun las desmentidas que pronunciaron jueces del Supremo Tribunal Federal (STF) y el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE) sobre anuncios y sospechas del presidente Jair Messias Bolsonaro acerca de la pureza del sufragio y de la limpieza del recuento de los votos electrónicos pueden traducirse en sostenes a Lula. Este miércoles, el candidato petista pudo añadir a esta lista el nombre de Miguel Reale Júnior. Este jurista fue uno de los autores intelectuales de la acusación de impeachment o juicio político a la cual la Cámara de Diputados dio curso en 2015 y que concluyó en la veloz condena y exoneración por el Senado de la presidenta petista y sucesora de Lula, Dilma Rousseff, en agosto de 2016.

Candidata del PT en 2010 como heredera y sucesora predilecta del primer obrero llegado a la presidencia, Dilma Rousseff asumió en 2011 como primera mujer presidenta de Brasil. Su gobierno continuó el programa petista de transformación económica y promoción social puesto en marcha por Lula desde 2003. En 2014, Rousseff buscó y obtuvo su reelección. Pero el segundo mandato de esta economista y ex militante guerrillera torturada por la dictadura militar fue interrumpido por la destitución que el Senado votó el 31 de agosto de 2016. El certero golpe mortal era mérito de los términos en que los juristas Hélio Bicudo, Janaina Paschoal e Miguel Reale Júnior habían formulado la acusación.

La presidenta Rousseff era acusada de pedalada fiscal. Una práctica contable ya consuetudinaria en el Ejecutivo brasileño, porque había sido la seguida por sus predecesores varones en Brasilia. Básicamente, el 'maquillaje de las cuentas' consistía en presentar como anticipadamente ya saldadas, en un balance anual, deudas de determinadas reparticiones de la administración públicas cuyo pago tenía fecha cierta y próxima, pero en el próximo año fiscal. De esta manera, en los números presentados no se veía el rojo de un déficit temporario.

Destituida, la petista Rousseff fue sucedida por su vicepresidente y ex aliado pasado a la oposición, el también jurista y profesor de Derecho Constitucional Michel Temer, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB). Una figura con aspecto de “mayordomo de película de terror”, aun según la prensa favorable al impeachment que contribuía a difundir la confusión de que Rousseff había sido destituida por corrupción, como responsable del mal uso de dineros públicos de la petrolera estatal Petrobras para financiar la alicaída vida política del oficialismo y del PT como partido de gobierno.

Si de los 36 pedidos de apertura de juicio político que el presidente de la Cámara de Diputados había aceptado considerar fue escogido aquel cuyo coautor era Reale Júnior, se debía a la precisión quirúrgica de la imputación en la que había colaborado este profesor de Derecho Penal de la Universidad de San Pablo (USP) y ex ministro de Justicia de Fernando Cardoso. De ser aprobado, y de ser destituida Dilma, la presidenta no arrastraría en su caída ni a aliados ni a ex aliados, porque en la pedalada fiscal se le atribuía una responsabilidad personal por nadie compartida.

Según expresó en notas enviadas al informativo virtual G1 y al periódico Estado de San Pablo, Reale Júnior anhela que la victoria del ex migrante nordestino y exsindicalista metalúrgio paulista se dé el 2 de octubre en la primera vuelta de las presidenciales porque “Brasil no aguanta otros cuatro años de Bolsonaro”. El actual presidente, asegura el jurista que buscó y logró destituir a Rousseff por un maquillaje contable del que a posteriori la Justicia la declaró inocente, es un peligro para “la democracia, la dignidad humana y el medio ambiente”.

El jurista señaló que “sin perspectiva de victoria de una tercera vía” descartó su intención de votar por la senadora Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), el más tradicional partido de la centroderecha en el país. La senadora se ubica en la cuarta posición de los sondeos electorales con apenas un 5 % de las intenciones de voto. Para octubre, Lula alcanzó una ventaja del 47 % en la intención de voto frente al 31 % del Bolsonaro, que aspira a una primera reelección.

AGB