Elecciones en Brasil 2022: los otros 12 balotajes del domingo

Lula gobernará en Brasilia y la derecha bolsonarista en la mayoría de Brasil

31 de octubre de 2022 09:47 h

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El último domingo de octubre, los 27 estados de Brasil dirimieron quién será el próximo presidente nacional. En 12 estados, en 12 balotajes estaduales, el electorado local, además de definir la presidencia nacional, definió la gobernación estadual entre dos rivales vencedores de la primera vuelta. Sumadas estas decisiones finales a las ya consumadas en primera vuelta, quedó configurada por completo la nueva geometría federal y regional de la política brasileña en los próximos cuatro años. 

En segunda vuelta nacional, el ex presidente Luis Inácio Lula da Silva, candidato del Partido de los Trabajadores (PT) y ganador de la primera del primer domingo de octubre, se impuso sobre su rival por el 50, 90 de los votos. El derrotado presidente Jair Messias Bolsonaro, candidato del Partido Liberal (PL), que obtuvo un 49, 10, quedó 1,8 puntos porcentuales debajo. Esta victoria sobre su rival, obtenida por el margen más estrecho de la historia democrática brasileña, hará que el 1° de enero Lula sea el primer presidente de esa misma historia en jurar al inicio de un tercer mandato. Sucederá a Bolsonaro, que ya se ha convertido en el primer presidente de Brasil que aspiró a una reelección, fue candidato, y no fue reelegido.

La imagen politica general al fin del balance de primera y segunda vuelta muestra un Brasil donde Lula ejercerá el poder Ejecutivo federal, pero donde la futura oposición de derecha lo hará en la mayoría de los 27 estados. El partido de Bolsonaro y sus aliados se habían asegurado ya en primera vuelta mayorías sólidas en ambas cámaras del Congreso de Brasilia, en las legislaturas estaduales, y en gobiernos y consejos municipales.

Además de votar el balotaje presidencial, 14 estados también dirimieron en balotaje entre dos rivales quién ganaría la gobernación. Sumados sus triunfos en primera y segunda vuelta, la derecha gobernará más estados, 13 sobre 27. También gobernará los 3 más poderosos, más ricos, y más populosos, Río de Janeiro, Minas Gerais, y San Pablo, todos en la región sudeste, también en su conjunto la más próspera de Brasil, y el motor económico del país. Los gobernadores de Río y Minas, reelegidos en primera vuelta, y el de San Pablo, elegido en segunda, son aliados y colaboradores cercanos de Bolsonaro (el presidente es oriundo de San Pablo, donde nació en 1955). De la región Sudeste en general, y en especial de estos tres estados en especial de consolidación y concentración de poder derechista, se suele destacar su carácter de 'productores de impuestos'. La misma caracterización los contrapone al Nordeste, 'consumidor de impuestos', región natal de Lula (el presidente electo nació en Pernambuco en 1945), y donde ya en la primera vuelta presidencial el PT había superado al PL por 13 millones de votos.

En sólo 10 estados, del centro, norte y nordeste brasileños, incluidos algunos de los más pobres y empobrecidos del país, gobernarán fuerzas aliadas con el presidente electo Lula.

En sólo 10 estados, del centro, norte y nordeste brasileños, incluidos algunos de los más pobres y empobrecidos del país, gobernarán fuerzas aliadas con el presidente electo Lula. En 4 estados, sus gobiernos electos se han declarados no alineados y los candidatos vencedores no habían invitado a sus votantes a optar ni por Lula ni por Bolsonaro en la segunda vuelta. SonPernambuco (noreste), Sergipe (noreste), Mato Grosso do Sul (oeste) y Rio Grande do Sul (sur), serán los únicos estados gobernados por candidatos que no apoyaban a ninguno de los dos.

En San Pablo, Tarcísio Gomes de Freitas, del partido Republicanos (RE) y un amigo cercano de Bolsonaro que lo acompañó casi durante todo su mandato como ministro de Infraestructura, se impuso con el 55,31 % de los votos. El candidato bolsonarista derrotó por un amplio margen de casi 10 puntos porcentuales, al candidato del PT, que obtuvo el 44,69 por ciento. Fernando Haddad, ex ministro de Educación de Lula, ex alcalde de San Palbo, había sido en 2018 el candidato presidencial del PT derrotado en segunda vuelta por el actual presidente Bolsonaro.

En la primera vuelta del 2 de octubre había sido decidido ya quién gobernaria en 15 de los 27 estados. De las candidaturas triunfantes, 9 habían sido respaldadas por el ex capitán del Ejército y ex diputado federal por Río de Janeiro, el presidente Bolsonaro. Las otras 6 candidaturas vencedoras sin necesidad de pasar a segunda vueta, había sido acompañadas por Lula, ex sindicalista metalúrgico, primer presidente obrero de Brasil y hoy presidente nuevamente reelecto.

Cuatro estados dados vuelta

En cuatro estados, Rio Grande do Sul, Pernambuco, Mato Grosso do Sul y Sergipe, candidatos que el primer domingo del mes habían ganado la primera vuelta fueron derrotados en el último. En el caso de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite (del PSDB, Partido de la Social Democracia Brasileña), único candiato a gobernador en tener novio, que lo acompaña en los actos electorales, había pasado a tercera vuelta gracias a una ventaja de apenas 2 mil votos sobre el tercero más votado, Edegar Pretto (PT). El ganador de la primera vuelta, Onyx Lorenzoni (PL), superaba a Leite por un 11% y había pedido el voto para imponerse también en segunda, porque, explicaba, “sólo así este estado gaúcho podrá tener una Primera Dama de verdad, la esposa del gobernador, mi cónyuge”.

En las elecciones generales anteriores sólo en dos casos se dieron vuelta en el balotaje los resultados de la primera vuelta. En 2019 esas dos viradas (la palabra portuguesa que designa esta contingencia electoral) significaron la victoria de candidatos bolsonaristas. De las cuatro viradas de este 2022, tres favorecieron candidaturas del PSDB, el antiguo partido de Fernando Henrique Cardoso y el que desertó Geraldo Alckmin para poder figurar junto a Lula como candidato a vice en la fórmula del PT. Este buen desempeño pemite al crepuscular partido recobrar algo de aliento. Particularmente, después de la acerba derrota en San Pablo, donde el gobernador Rodrigo Garcia (PSDB), que aspiraba a su reelección, quedó eliminado en la primera vuelta del 2 de octubre. Con esa abrumadora derrota concluyó en el estado más rico y poblado del país, motor y diapasón de su economía, una hegemonía que el PSDB había retenido por 28 años.

De las viradas de segunda vuelta ganadas por el PSDB, la más resonante es la de quien se sentará en el palacio de gobierno de Porto Alegre. También esto cambia el tradicional mapa político, porque confirmará un desplazamiento más al sur del centro de poder interno de ese colectivo partidario. En San Pablo, fue la primera vez que un gobernador del PSDB perdiera la reelección. Aquí no faltó simetría o proporción en el mapa. En el estado más rico de Brasil y en todo Brasil se rompió la misma ley histórica, la que decía que un presidente o un gobernador no pierde nunca una reelección.

AGB