La frontera entre EEUU y México está empezando a notar la victoria de Donald Trump. El martes, justo cuando se cumplían dos semanas de las elecciones, grupos de paramilitares armados se plantaron en el campamento de ayuda humanitaria para las personas migrantes que la organización de Los Samaritanos tiene cerca de donde termina el muro en Sásabe, Arizona. Los voluntarios denuncian que sufrieron intimidación y acoso por parte de los paramilitares.
Pasadas las diez y media de la mañana aparecieron “cuatro hombres vestidos de camuflaje con rifles AR-15, chalecos antibalas y cámaras corporales”, según relata Andy Winter, uno de los voluntarios que se encontró con ellos el martes. “Entraron al campamento sin pedir permiso, tomando fotos y grabando vídeos”, explica. “Uno de ellos me dijo que era un traidor a Estados Unidos”. También les hicieron fotos a él y a su compañera Jane Storey, una profesora jubilada de más de 70 años que también estaba ese día allí.
Una hora más tarde de que el grupo se fuera andando, apareció otro grupo de paramilitares montados en cuatriciclos con estampado militar. “Nos obligaron a mover nuestras furgonetas para pasar. Estaban muy enojados y nos amenazaron. Nos llamaron traidores otra vez”, denuncia Winter, quien señala como algunos de los individuos llevaban la insignia del grupo paramilitar Arizona Border Recon.
Se trata de una de las milicias que hay en esa zona, conformada por exmilitares y trabajadores de seguridad privada. “Si no hubiéramos estado hoy en el campamento, lo más probable es que lo hubieran destruido”, asegura el voluntario.
El grupo hace años que opera en la frontera de Arizona como respuesta a la percepción de una inseguridad creciente al alto número de cruces fronterizos. Su misión, según explican, es garantizar la seguridad y perseguir a los cárteles que intentan traficar con drogas y personas. La existencia de este tipo de grupos paramilitares también es un ejemplo de como los ciudadanos privados están tomando cartas en el asunto, alimentados por la retórica xenófoba que Donald Trump ha estado usando todos estos años. Miembros de extrema derecha como los Proud Boys también han participado en algunas de las patrullas, al menos desde 2021.
“Se está deportando a todas las personas que buscan asilo, por lo que no han tenido muchos motivos para acercarse”
En mayo de 2023, poco después de que cayera el título 42 que aprobó Trump en el marco de la pandemia y que permitía expulsar a los migrantes sin que pudieran pedir asilo, la actividad de este tipo de milicias volvió a reactivarse. En ese período, grupos de ciudadanos privados armados practicaron detenciones a personas migrantes que encontraban cruzando la frontera de Arizona con México, según informaron los medios estadounidenses. También habían acosado a los voluntarios de las organizaciones humanitarias.
“La última vez que vimos a las milicias fue alrededor de julio. Durante todo este tiempo no han estado por aquí. Pero después de que ganara Trump las elecciones, esperábamos que tarde o temprano pasaría esto”, explica Gail Kocourek, que también forma parte de Los Samaritanos.
“Vamos a traer un experto en seguridad en nuestra próxima reunión para que explique formas en las que podemos protegernos, porque nosotros no vamos armados, pero ellos sí [los paramilitares]”, afirma. Desde que Biden aprobó la orden ejecutiva en junio, explica Winter, “se está deportando a todas las personas que buscan asilo, por lo que no han tenido muchos motivos para acercarse”.
Kocourek prevé que en los próximos meses aumente la tensión en la zona, debido a que la victoria de Trump en las urnas ha “envalentonado” estos grupos y su idea de que pueden tomar la justicia por su mano. La voluntaria teme que les dificulten el trabajo o roben el agua que dejan en determinados puntos del muro para las personas migrantes. “Están convencidos de que estamos trabajando con los cárteles, lo cual obviamente no es cierto, pero eso hace que aún sean más agresivos”.
Lo que más preocupa a ambos voluntarios es la forma en como puedan llegar a actuar estas milicias con las personas migrantes. Winter incluso teme que una vez Trump tome posesión, cierre las áreas de la frontera y no les permita seguir llevando ayuda hasta allí: “Y necesitaremos que haya ojos aquí para ver lo que pasa”.
Intimidación a los voluntarios
Los Samaritanos es una de las organizaciones de ayuda humanitaria que se dedica a recorrer la frontera en esta parte de Arizona brindando comida y agua a las personas migrantes que cruzan el muro. Es uno de los pocos puntos en el que las personas migrantes pueden encontrar un lugar en el que resguardarse de las altas temperaturas y conseguir agua potable y alimentos. Una vez después de cruzar el muro, aún quedan por delante kilómetros de desierto antes de llegar a Tucson, una de las ciudades más cercanas a la frontera.
Aunque los voluntarios desalientan a las personas migrantes a continuar con la travesía y les recomiendan entregarse a la Patrulla Fronteriza para pedir asilo, muchos de ellos siguen empeñados en continuar la ruta y mueren en el camino. Entre 1981 y 2023 se encontraron al menos 4.288 migrantes muertos en la zona, según la organización Human Borders. El área donde se han encontrado los cuerpos abarca toda la extensión del desierto de Arizona, llegando incluso hasta Phoenix, que está a 224 kilómetros en línea recta desde el puerto de entrada de Sásabe. Sin embargo, las organizaciones humanitarias calculan que la cifra puede ser mucho más elevada.
A pesar de realizar una labor humanitaria, en el pasado, algunos de los voluntarios han sido perseguidos por la misma patrulla fronteriza. Jane Storey, una de las voluntarias que el martes se encontró con los paramilitares, fue detenida el diciembre de 2023 por dar agua a un niño migrante que había cruzado. Pasó una noche en el calabozo. Otro voluntario de la ONG No Más Muerte, Scott Warren, fue imputado con tres delitos graves –bajo el Gobierno de Trump– por ayudar a dos migrantes que habían cruzado el muro. Warren, que se enfrentaba a 20 años de prisión, finalmente ganó el juicio.
Después de que se fuera el último grupo de paramilitares, Winter explica que esa misma mañana llegó otro grupo de hombres que dijeron que uno de ellos pertenecía a la Patrulla Fronteriza. “Aunque después el hombre nos dijo que era el vicepresidente del National Border Patrol Council”, dice el voluntario. El NBPC es un sindicato de la patrulla fronteriza donde hay unos 18.000 inscritos. El pasado mes de octubre, su presidente, Paul Pérez, apoyó la candidatura de Trump.
El hombre que aparece en las fotografías tomadas por los voluntarios y que se identificó como el vicepresidente del NBPC es Art del Cuato, una cara conocida en la cadena FOX. La semana pasada, del Cuato fue entrevistado en el programa ‘The Ingraham Angle’ para valorar la decisión de Trump al nombrar Thomas D. Homan, exoficial de policía que durante el primer Gobierno de Trump estuvo al frente de la gestión de la frontera. Va a hacer “un trabajo fantástico”, aseguró. Homan ha sido designado como el “zar de la frontera” por el presidente electo y durante la anterior administración Trump fue uno de los arquitectos de la política de separar familias.
Trump ha prometido empezar con su plan de deportación masiva desde el día uno que pise la Casa Blanca. La presencia de figuras como Art del Cuato recogiendo información, como explica Winter, es una señal más de como el círculo cercano al magnate ya está preparando el terreno para ejecutar su plan nada más tomar posesión. “Nos preguntaron qué hacíamos, le dije que solo proporcionamos comida, agua y refugio hasta que la Patrulla Fronteriza pueda venir a recoger a las personas”, expone.
Esa misma noche tres mujeres y un niño durmieron en la tienda que tienen montada hasta que a primera hora vino la Patrulla Fronteriza a recogerlos. “Le expliqué el frío que hace aquí por la noche y cómo a veces la Patrulla Fronteriza no recoge a las personas por la noche”, explica Winter.
En una entrevista reciente con NewsMax, Homan hablaba de la siguiente manera sobre las ciudades que se nieguen a ejecutar los planes de deportación masiva: “Hay un estatuto bajo el Título 8, Código de los Estados Unidos, sección 1324, que habla sobre albergar y ocultar a un inmigrante ilegal, hacerlo a sabiendas para ocultarlo de ICE. Necesitan leer ese estatuto y familiarizarse con él. Porque si cruzan esa línea, habrá consecuencias”.
DM