“Together for implementation” (Juntos para la implementación) resalta sobre un fondo azul, en la sede de la ciudad balnearia de Sharm el-Sheij en Egipto, para dar la bienvenida a los cientos de líderes políticos y científicos de todo el mundo, que participan desde el 6 al 18 de noviembre en la cumbre número 27 de la Conferencia de las Partes (COP), creada en 1995 para el combate contra el calentamiento global por las Naciones Unidas. Entre los asistentes, la presencia muy significativa de los presidentes Gustavo Petro de Colombia y Nicolás Maduro de la República Bolivariana de Venezuela.
La Gran Alianza Amazónica
Una ambiciosa protesta para proteger a la mayor región de bosque tropical del planeta fue planteada por los presidentes Petro, Maduro y su par de Surinam, la ex Guayana Neerlandesa- Chan Santokhi, en la tercera jornada de la COP27. “Si alguna responsabilidad tenemos los sudamericanos es detener la destrucción del Amazonas e iniciar un proceso de recuperación coordinada, eficiente, consciente”, aseguró el presidente Maduro. Durante su intervención, Santokhi manifestó que las autoridades deben “velar por el bienestar de las personas que viven en las selvas, los recursos naturales, los ríos, las culturas de las comunidades y sus vínculos con la selva”.
El mandatario colombiano Petro reiteró la promesa formulada el día anterior: Colombia se ha comprometido a entregar 200 millones de dólares anuales durante 20 años para la conservación de la Amazonía que comprende parte del territorio de Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Brasil, Bolivia, Guyana, Surinam y la Guayana Francesa y se encuentra en riesgo por la deforestación y los incendios de las últimas dos décadas.
Nuevo acercamiento entre Bogotá y Caracas
Unos meses atrás, muy pocos o nadie hubiera imaginado que los presidentes de Venezuela y Colombia abogaran por una misma causa: la defensa de los bosques de la Amazonía. Pero tampoco que Nicolás Maduro asistiera a la cumbre de la COP 27. Un factor importante para esto ocurriera es la llegada al gobierno del izquierdista Petro quien ha iniciado el acercamiento para poner fin a la prolongada ruptura de las relaciones bilaterales entre ambas naciones cuyo factor principal se asienta en el proclamado distanciamiento de Venezuela del marco democrático y del Estado de derecho.
Respecto a eso último, Ronal Rodríguez portavoz del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, en Colombia, pondera que, durante su visita el 1 de noviembre a Caracas, el primer mandatario Pedro señaló que el ABC de la Corte Interamericana de DDHH está basado en la democracia liberal. “El hecho de haya mencionado ese elemento y la necesidad de que Venezuela vuelva al sistema interamericano, sin lugar a dudas, es muy importante”, afirma a pesar de que aún no hay señales claras de que Venezuela quiera reintegrarse al sistema interamericano de DDHH. En 2012, el gobierno de Venezuela -entonces en la administración de Hugo Chávez— se autoexcluyó tanto de la Corte como de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ambos mecanismos de la Organización de Estados Americanos (OEA), encargada de “asegurar la promoción y protección de los derechos humanos en el continente americano”. Sin embargo, la solicitud de Petro quedó fuera de la declaración oficial que emitieron ambos mandatarios luego del encuentro.
Nicolás Maduro, ¿único presidente válido del país de mayor reserva de petróleo?
A la vez, la participación de Maduro significa un reconocimiento tácito de que Maduro es el único presidente de la nación en desmedro del “presidente encargado” Juan Guaidó, quien se juramentó en enero de 2019 ante la Asamblea Nacional de Venezuela. Nicolás Maduro en la COP27, conversó unos minutos con el presidente francés, Emmanuel Macron en un pasillo, e incluso se dio un apretón de manos con el enviado especial de EEUU, John Kerry. Los datos no son meros gestos protocolares sino que indican un cambio de estrategia global frente a Venezuela.
El cambio a nivel internacional ha sido acelerado por la situación provocada por la invasión de Rusia en Ucrania y la consecuente crisis energética. En este contexto, Venezuela vuelve a surgir como un actor principal por ser fuente de suministro de gas y petróleo importante para Occidente. Potencias como EEUU y Francia se han visto obligadas a revisar sus relaciones con Venezuela, lo que favorece al gobierno bolivariano del presidente Maduro. Y pone en alerta a la oposición venezolana que se da cuenta de que ha cambiado la correlación de fuerzas y aún no ha redefinido la estrategia a seguir. “Eso hace que tengamos que pensar cuáles van a ser las prioridades, cómo mantener relaciones con un régimen no democrático, buscando, sobre todo, una mayor protección de derechos humanos”, dice el analista Rodríguez
El regreso de Venezuela a la Suramérica andina
Por su parte, la declarada intención del presidente Maduro es que Venezuela regrese al bloque regional de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), integrado por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú y del cual Venezuela formaba parte hasta 2006, cuando el entonces presidente Hugo Chávez decidió separarse, alegando que la plataforma era una gran mentira y estaba “herida de muerte y hoy puedo decir que está muerta. La mataron. No existe” aludiendo la firma de libre comercio de Colombia y Perú con EEUU, a la vez de su intención de incorporarse al como miembro de pleno derecho al Mercosur, durante la Cumbre del Gas, celebrada en la ciudad capital de Asunción del Paraguay, en la que participaron los presidentes Evo Morales de Bolivia, Tabaré Vásquez Uruguay, el anfitrión Nicanor Duarte Frutos de Paraguay y Chávez de Venezuela.
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