“Edmundo González es un héroe al que España no va a abandonar”. Apenas unas horas después de que Pedro Sánchez pronunciara esas palabras ante el Comité Federal del PSOE, el opositor venezolano se subía a un Falcon de las Fuerzas Aéreas españolas en Caracas con destino a España, que le concederá el asilo que solicitó junto a su mujer. El proceso duró ocho días y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que mantiene una relación fluida tanto con el gobierno venezolano como con la oposición en aquel país, tuvo “un papel decisivo”, según las fuentes consultadas.
Antes de poner rumbo a la base militar de Torrejón de Ardoz, donde aterrizó a primera hora de la tarde del domingo tras hacer sendas escalas en República Dominicana y Azores, el candidato de la oposición a Nicolás Maduro en las elecciones del pasado 28 de julio llevaba dos días –desde el 5 de septiembre– en la residencia del embajador español en Venezuela, Ramón Santos. Antes había sido la representación diplomática de Holanda en el país latinoamericano la que le había dado cobijo.
Edmundo González permaneció en las dependencias de la sede diplomática holandesa más de un mes, después de que la situación se caldeara una vez que la autoridad electoral venezolana proclamó la victoria de Maduro. La última vez que apareció en público fue el 30 de julio, dos días después de las elecciones en una manifestación ante la sede de la ONU en Caracas.
La oposición denunció un “fraude” y mantiene desde la misma fecha electoral que las actas de que disponen acreditan que González se impuso mientras la comunidad internacional exige a Venezuela que publique la totalidad de esos documentos. Estados Unidos y algunos países latinoamericanos, como Argentina o Uruguay, reconocieron a González como vencedor mientras que la UE mantiene la presión antes de pronunciarse explícitamente sobre los resultados que, en cualquier caso, no reconoce.
Una salida acordada
La acogida de González se produjo ante la certeza de que la justicia venezolana iría a por él, como previamente lo había hecho con otros líderes de la oposición. Y, en los últimos días, el cerco se fue estrechando. A finales de agosto, la Fiscalía citó al exdiplomático a declarar como investigado por delitos de conspiración, usurpación de funciones e instigación a la desobediencia. La negativa a presentarse en dependencias judiciales en las tres convocatorias hizo que la Fiscalía solicitara una orden de detención el pasado 3 de septiembre.
Para entonces los contactos con altos mandos del Gobierno de Maduro para facilitar el exilio del candidato opositor ya habían comenzado con la intermediación de Zapatero, después de que la oposición venezolana recurriese al expresidente español para evitar un proceso contra González que tenía como destino más probable su encarcelación. Las fuentes consultadas aseguran que el silencio que ha mantenido el expresidente español sobre lo sucedido en Venezuela desde las elecciones tiene que ver con preservar esa capacidad de negociación, pues es uno de los pocos dirigentes que puede dialogar al mismo tiempo con la oposición venezolana y el entorno de Maduro.
“Negociación política no ha habido, lo que hay es capacidad de diálogo tanto con el Gobierno como con la oposición”, señalan fuentes diplomáticas sobre el acuerdo que ha permitido la salida de González y su esposa, que se ha comunicado prácticamente al mismo tiempo desde Caracas y Madrid.
“Una vez ocurridos los contactos pertinentes entre ambos gobiernos, cumplidos los extremos del caso y en apego a la legalidad internacional, Venezuela ha concedido los debidos salvoconductos en aras de la tranquilidad y paz política del país”, expresó la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, en un comunicado publicado en Instagram.
Casi a la par se produjo el anuncio por parte del Gobierno español. En Exteriores admiten que los contactos con el Gobierno venezolano permitieron trasladar a Edmundo González y su esposa desde la residencia del embajador hasta el aeropuerto, donde subieron al Falcon del Grupo 45 del ejército del Aire acompañados del secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Globales, Diego Martínez Belío. En Torrejón de Ardoz les recibió la secretaria de Estado para Iberoamérica y el Español en el Mundo, Susana Sumelzo.
Desde el avión Edmundo González habló con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, a quien el final del proceso pilló de viaje a China junto al presidente, Pedro Sánchez. “El Gobierno de España está comprometido con los derechos políticos y la integridad física de todos los venezolanos”, expresó el jefe de la diplomacia a través de la red social X (antes Twitter).
Distinta repercusión del exilio de González
El exilio de Edmundo González tuvo distintas repercusiones. “Su vida corría peligro, y las crecientes amenazas, citaciones, orden de aprehensión e incluso los intentos de chantaje y de coacción de los que ha sido objeto, demuestran que el régimen no tiene escrúpulos ni límites en su obsesión de silenciarlo e intentar doblegarlo”, ha expresado la líder de la oposición, María Corina Machado, que fue inhabilitada antes de las elecciones a las que finalmente se presentó González como representante de la plataforma unitaria.
“Ante esta brutal realidad, es necesario para nuestra causa preservar su libertad, su integridad y su vida”, ha agregado en X, donde ha dado por hecho que el 10 de enero de 2025 será nombrado oficialmente candidato. “Edmundo luchará desde afuera junto a nuestra diáspora y yo lo seguiré haciendo aquí, junto a ustedes”, ha añadido en un mensaje destinado “a los venezolanos”.
Sin embargo, entre los opositores también hay decepción por el exilio del candidato. “Es un éxito para ellos [los chavistas] que Corina Machado se quede sola”, ha dicho el director del diario El Nacional de Venezuela, Miguel Henrique Otero, también exiliado en Madrid, en declaraciones al Canal 24 horas de TVE recogidas por EFE.
También el alto representante de la UE, Josep Borrell, ha lamentado la salida del representante de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD). “Es un día triste para la democracia en Venezuela”, señala en un comunicado en el que asegura que “en una democracia, ningún dirigente político debería verse obligado a pedir asilo en otro país”.
“La UE insiste en que las autoridades venezolanas pongan fin a la represión, las detenciones arbitrarias y el acoso contra los miembros de la oposición y la sociedad civil, y liberen a todos los presos políticos”, reza el comunicado que en el que el jefe de la diplomacia europea apunta que González “parece ser el ganador de las elecciones presidenciales, por amplia mayoría, según las copias de las actas electorales a disposición del público”.
La UE, que no reconoce los resultados electorales, presiona al Gobierno de Venezuela para que publique todas las actas, pero no ha dado por hecho oficialmente que la oposición se impusiera.
También en política interna ha habido reacciones, mientras el Gobierno celebra que la intermediación haya logrado evitar el probable encarcelamiento del candidato de la oposición, el Partido Popular ha cargado contra el Ejecutivo de Sánchez y el propio Zapatero, a los que acusa de “quitarle un problema a Maduro”.
La eurodiputada de Podemos Irene Montero también atacó al Gobierno a través de un mensaje en X donde culpa al Gobierno español de legitimar a la extrema derecha más golpista de América Latina. “Para hacer eso ya teníamos al PP”, dijo Montero.